Capítulo 18: Todo el Mundo Tiene Secretos

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Ten Ten

La sensación de estar siendo observada me obligó a levantar la vista y me topé con Hinata, quien desvió la mirada inmediatamente. Hice un pequeño paneo a los demás miembros del equipo, y la mayoría de ellos ni siquiera intentaron ocultar su desconfianza. Supongo que eso merecía después de no haber sabido mantener mi boca callada. Shikamaru me había dejado en evidencia frente a todos, y rejuntar toda su rabia y frustración en mí era lo más fácil. Sobre todo, después de haber perdido a un cuarto del equipo.

Crucé los brazos e ignoré sus juicios. Sí, también odiaba que Ino hubiera desaparecido en ese bosque de mala muerte, y que Shikamaru y Chōji le hubieran seguido. Sólo con aquellas bajas, ya podríamos considerar la misión como perdida. Pero culparme no iba a solucionar nada. Por el contrario, sólo iba a lograr separar más al equipo. Observé a Lee, quién parecía a puertas de iniciar una conversación y suspiré irritada.

— Descansaremos aquí. — Anunció Naruto atravesando el tenso silencio. — Kiba, Shino; revisen el perímetro. También...

— Ten Ten y yo nos encargaremos de la fogata. — Se ofreció Rock Lee y le mandé una mirada asesina.

— Asegúrense de no avivar demasiado el fuego. — Anotó Sasuke en voz baja, pero manteniendo la firmeza que lo caracterizaba. — No queremos dar cuenta de nuestra ubicación demasiado pronto. — A juzgar por las bolsas debajo de sus ojos y sus silencios cada vez más largos, era obvio que la estaba pasando peor que cualquiera de nosotros en esta situación. Y para nadie era un secreto que, tras cada día, las posibilidades de que recuperáramos a Sakura eran más escasas.

— Sasuke y yo les haremos saber el plan de acción para mañana. Tendremos que reformular algunos cambios, hasta que vuelvan Ino; Shikamaru y Chōji. — Lee y yo intercambiamos miradas. Puede que eso nunca pasara... — No se tarden.

Rock Lee y yo nos alejamos del grupo hacía el ligero bosque que colindaba con el camino. Y, a diferencia de lo que creía, mi compañero no se dispuso a atacarme con irritantes preguntas. Por el contrario, se mantuvo en silencio mientras derribaba un árbol mediano de un solo golpe. Me agaché y empecé a cortar trozos de leña del tronco, mientras intentaba ignorar los susurros de mi conciencia.

— ¿Por qué no me lo dijiste? — Murmuró turbado mientras le daba un innecesario golpe a otro árbol. No sonaba enojado, precisamente. Más bien, herido. — ¿Aceptaste el trato que te ofreció ese sujeto? Porque si es así, podríamos...

— ¡Basta, Lee! ¡Por favor! Yo no hice un trato con nadie. Ni siquiera conocí a ese tipo... exactamente. — Se sentó en el suelo visiblemente aliviado y sonrió.

— Ya sabía que tú, más que nadie, no podría ser capaz de algo así. Sin embargo, por alguna razón, necesitaba escucharlo de tu propia boca. — ¿Qué se supone que significaba eso? — Bueno, ya que dejamos eso claro. — Pronunció mientras se levantaba. — Podemos ir y contarle todo a Naruto. — Lo intercepté por el brazo y lo arrastré, de nuevo, al suelo.

— No. — Sentencié impasible. — No haremos eso.

— Pero...

— Todo el mundo tiene secretos, Lee. Y puedes estar tranquilo, que los míos son mucho más livianos que otros.

— ¡No puedo aceptar eso! — Gritó ofuscado. — La vida de Sakura está en peligro, y probablemente la de Ino, Shikamaru y Chōji también. Necesitamos toda la información que tengamos para ayudarles ¡Es nuestro deber como ninjas! — Era.

— ¡Has silencio! Nos pueden escuchar ¿Qué no lo entiendes? No importa lo que diga. No cambiaría en nada lo que ha pasado. Sólo abriría heridas innecesarias. — Me miró sin mucho convencimiento. — Por favor, Lee, confía en mí. Si yo creyera que mis palabras podrían ayudar en algo, las habría dicho sin dudar.

Recuerdos de la Hoja: Confesiones de los Once de KonohaWhere stories live. Discover now