26

129 12 0
                                    

Me levanté más temprano que de costumbre, solo dormí un par de horas. Me preparé para la escuela y salí lo antes posible, no creo ser capaz de ver a Lisa a la cara.

Llegué media hora antes y me mandaron a un aula donde estaban los otros que llegaron temprano porque los de primer año aún no terminan. Al tocar el timbre practicamente corrí a mi salón, el corazón me iva a mil y no exactamente por la carrera.

Me senté en mi puesto y me puse a leer un libro que tomé ayer de mi colección, necesito distraerme o me volveré loca.
Unos minutos después entró Lisa por la puerta del salón, no hay palabras para describir lo que estoy sintiendo en este momento, nevios, pánico de que me diga algo frente a todos, esperanza de que no lo haya tomado tan mal, siento mi corazón latir por todo mi cuerpo, espero que ella no lo pueda escuchar.

Llegó hasta donde yo estaba, me entregó mi celular y volvió a salir sin decirme ni una sola palabra, no cambió la expresión de su cara en ningún momento, mejor dicho, no tenía expresión alguna. Me decepcioné un poco, creo que no le importó en lo absoluto lo que dije en el diario. ¿Les habrá dicho a las chicas?¿Como lo habrán tomado?¿Me ignorarán igual que ella? No podría soportarlo. No tengo el valor de saber si escribió algo, se que es cobarde de mi parte, pero mi corazón no soportaría otro golpe, al menos no ahora.

Irene llegó 20 minutos después, no puede mirarla en ningún momento, desearía que nunca hubiéramos estado en cuarentena y así no me hubiera dado cuenta de lo que siento por Lisa y todo seguiría igual que antes.

A la hora del recreo puse mi cabeza sobre mis antebrazos y no pude evitar llorar.

–¿Vamos a salir?-sentí a Irene preguntarme.

–No me siento bien-dije sin levantar la cabeza.

–Ok-salió dejándome sola otra vez.

Me temblaba todo el cuerpo y no podía dejar de llorar, la presión en mi pecho es insoportable, tenía otro ataque de ansiedad, en estos últimos meses se han hecho frecuentes.
Logré calmarme antes de que entraran mis compañeros. La profesora Kwon nos avisó de que nos cambiarían de aula, mañana tenemos que ir directo a la que queda del otro lado de la escuela, es la única aula en uso de ese lado, lo agradesco mucho, así no tendré que ver a Lisa, ni estar escondiéndome de ella.

A la hora de salida estaba lloviendo pero eso no me impidió irme, ellas se quedarán porque no traen sombrilla y no les será grato que yo esté en el mismo lugar que ellas. Casi no habían personas en la calle, a los pocos minutos la lluvia había cubierto mi ropa por completo, las lágrimas empezaron a salir sin permiso, todos los momentos que pasamos juntas me vinieron a la mente, cuando corríamos bajo la lluvia para no mojarnos y al final terminábamos jugando con el agua, cuando salíamos a comer dulces y llevábamos las manos llenas de ellos y todos nos miraban raro, nuestras vacaciones juntas, las noches de pláticas sin sentido, pero aún así ninguna quería irse a dormir, momentos que no olvidaré jamás.

Llegué a mi casa, subí a mi habitación, me cambié de ropa y me acosté a dormir.

–Pasta...¡pasta!-sentía a alguien llamándome mientras movía mi cuerpo.

Abrí lentamente mis ojos y para mi sorpresa el cielo ya estaba obscuro, no sé cuanto tiempo estuve durmiendo, pero aún me siento cansada, esto de no dormir en las noches me está matando.

–¿Qué pasa Mei?-pregunté sin levantarme.

–¿Quieres ir a una fiesta de 15 el lunes?

–¿Que día es hoy y de quién son los 15?-aún estoy un poco desorientada, siempre que despierto lo estoy.

–Hoy es miércoles y la fiesta es de Tita. ¿Vas o no Pasta?

–Si voy, será bueno despejarme. Ahora déjame dormir-dije sacándola de la cama y volviendo a mi posición anterior.

Al otro día llegué bastante temprano al colegio, me senté en la última mesa al lado de la ventana, frente a mi se sentó Irene y no pude ignorarla cuando me hablaba, creo que aún no lo sabe.
Así pasó el resto de la semana, preocupada por los seminarios, los repasos y sin poder ignorar a las chicas, porque sí, ellas venían a nuestra aula para pasar el recreo, al principio yo no salía, pero las extrañaba mucho y Lisa no venía con ellas, tenía que aprovechar antes de que se enteren de todo.

El fin de semana fue aburrido, no había nada que hacer, y aunque lo hubiera, yo no tenía ganas de hacer nada.

El lunes fue como todos los días anteriores, salí de la escuela a las 5, cuando llegué a mi casa mi prima me estaba llamando por teléfono para ver si yo estaba lista, le dije que si, se que es una locura, tendré que hacer mágia para terminar rápido.

Me duché lo más rápido que pude, me vestí con una blusa con mangas largas sobre el ombligo, es completamente de encaje escepto en la parte de los senos y una saya negra, arreglé mi cabello en una coleta, cogí mi cartera y salí en dirección a la casa de Mei. Es un record, estoy lista en menos de media hora, hay que darme un premio por esto.

Llegué a casa de Mei, la cual quedaba a una cuadra de la mia, ella llevaba un vestido rosa pastel sin mangas a mitad de los muslos y con perlas en la parte superior.

Había un auto esperando por nosotras y por la familia de la cumpleañera. Todos montamos y nos dirigimos al fin del mundo, practicamente lo era, es super lejos, está un poco más lejos que la estación de policía, y esta queda en el lado contrario de la ciudad al que vivimos.

Llegamos alrededor de las 6, entramos a la terraza que ahora estaba adornada con globos azules y blancos, habían muchas mesas, pero la mayoría estaban ocupadas, por suerte somos invitadas especiales y hay una reservada para Mei, para mi y para dos personas que venían con nosotras, una era una mujer de unos cuarenta y su hijo de doce años.

No se por qué pero presiento que esta será una noche interesante.

Los adolescentes también se enamoran (Chaelisa)Where stories live. Discover now