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🥠 Jinah

Baekhyun no comentó nada sobre nuestro destino desde que puso el coche en marcha y aunque fuese lo suficientemente curiosa decidí respetar la sorpresa que evidentemente había planeado sin tanto margen de tiempo. Confesó que la idea pasó como flashazo por su mente cuando estaba comprando la cena y quiso hacerla realidad.

Tipos de detalles así eran los que podía catalogar como impresionables, si los seguía haciendo comenzaría a desconocerme.

Para hacer el camino menos silencioso le platiqué los pormenores de la visita a mi familia, inclusive le conté la mentira que dije sobre la sorpresiva visita que él había hecho en aquella casa. Baekhyun simplemente rio y agradeció la descripción que le di. A pesar de sugerir que yo dijera que era un pretendiente, negué alegando que mi papá era un celoso sobreprotector y también porque no podría verlo de esa manera.

Sobre Jimin decidí no mencionar mucho, solamente el hecho de que le tuve que mentir sobre mi actual vivienda. Cuando noté cómo se tensó aun cuando iba concentrado manejando, supe que estuvo bien callar y permanecer en silencio sobre mi verdadero paradero. Lo dejé más tranquilo diciéndole que Jimin se estaba guardando en casa gracias a su nula agenda pero no logré sacar más información sobre ello pues se mantuvo mudo sobre dicho tema.

Pasaron varios minutos hasta que estacionó el coche y por la dirección que tomamos, nos hallábamos lo suficientemente alejados de la ciudad, tanto que no se veía nada de ella.

Creía conocer Seúl, toda mi vida la había vivido en el mismo lugar y por lo mismo debería conocer a mi ciudad como la palma de mi mano. La había recorrido de norte a sur y de este a oeste cuando buscaba trabajo. Estaba sorprendida de no tener idea de la existencia del lugar al que arribamos.

Nos bajamos junto con Mongryong siendo sostenido por mí mientras Baekhyun bajaba con la comida y el par de refrescos que nos ambientaría. Parecía que no era la primera vez que venía pues me dirigió con confianza hasta las bancas de un mirador.

La vista era preciosa, sin edificios ni casas que arruinaran el paisaje y simplemente teniendo por un lado el puente que conectaba los distritos de Seúl y el río Han frente de nosotros siendo iluminado por la luz de la Luna mientras que nosotros teníamos los faroles por encima. Y la mejor parte de ello era que era un espacio hecho para ambos, sin gente ni nada que nos interrumpiera.

Estaba tan asombrada por la vista que cuando sentí un jalón de la correa de Mongryong me sobresalté recordando que no estaba sola. Escuché su risa y volteé a verlo donde lo caché tomándome una foto, no era la primera vez que lo hacía pero siempre me causaba vergüenza.

Bajó el teléfono de sus manos y me senté a su lado dejando el pequeño festín que había conseguido por el medio de los dos en la banca. Amarré a Mongryong a la silla y giré mi vista al calmado río.

―Es bellísimo ―murmuré en un susurro que fue lo suficientemente audible para él pero mantuvo la mirada fija en mí y asintió―. Nunca había venido aquí.

―Es un buen escondite, gajes del oficio supongo ―respondió mientras abría la caja de alitas y las latas de soda para así tenderme una―. Brindo porque esta sea la primera de muchas escapadas nocturnas, mi Honey.

Comentarios así eran los que me gustaban y ocasionaban unas ganas de complacerlo por la seguridad que lo decía. No dudé en chocar las lata consigo y beber en el acto.

No lo abrumaría con los negativos pensamientos sobre Jimin, simplemente quería disfrutar la noche y olvidarme un momento de todo. Si habíamos llegado a ese lugar especial, no se lo arruinaría, sólo me dejaría llevar.

Candy » BaekhyunWhere stories live. Discover now