Candy » Baekhyun

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🍨 Jinah 

Baekhyun llevaba media hora aferrado a mi brazo para no dejar que me marchase a la casa de mis padres. Mi plan era sencillo, pasar el fin de semana con ellos puesto que era la costumbre de nuestros cumpleaños, pero mi novio no lo entendía.

―Eres peor que los niños cuando van al kínder por primera vez.

Fue lo que tuve que decir para me soltase y me dejara ir a regañadientes. Muy internamente me gustaba que fuéramos tan dependientes del otro.

―Felicidades, honey.

Le había costado un trabajo descomunal permitir que bajara del automóvil. Y siendo sincera, también a mí me hubiera gustado pasar mi cumpleaños con Baekhyun. 

🍨

Jimin había apartado un pastel en una cafetería de Seocho-gu, lo suficientemente lejos como para que el pastel corriera riesgo de derretirse o de caerse de mis manos. Bufé tan pronto llegué al lugar ya que rápidamente me di cuenta por qué había escogido esa cafetería.

Las fotos de Jongin alrededor me dejaron claro la preferencia de mi hermana por ese lugar.

Gracias al cielo no había demasiadas personas y pude pagar sin problema. Fue hasta la salida que llegó mi percance.

―¿Segura que no eres tú la que buscas los problemas?

No dejé caer el pastel conforme di la vuelta a la calle. Y allí me encontré una figura oscura delgada recargada en una pared, casi oculto entre las sombras de la calle y los coches.

―Yixing.

Con todo y el cubrebocas negro que portaba, sus ojos se achicaron. Había una sonrisa bajo esa tela y no pude evitar sentir unos nervios interminables. Esperaba que nadie lo estuviese siguiendo.

―¿Vas a una fiesta? ―me preguntó con un notable ensanchamiento de su sonrisa y su tono de curiosidad se hizo presente sin abrumarme siquiera.

―Es un pastel de cumpleaños ―respondí bajando la mirada al frío pastel que tenía en mis manos―. Mañana es mi cumpleaños ―añadí en un susurro.

No esperé que me respondiera y comencé a avanzar para caminar por la vía que me conduciría a la avenida donde planeaba tomar un taxi.

―Es mejor que me vaya antes de que esto se derrita.

El pastel hecho de helado no había sido la mejor idea de Jimin, aunque en la vitrina se había visto deliciosamente atractivo.

―Te llevo.

Su mano sostuvo mi brazo sin ejercer ninguna fuerza sin embargo eso no evitó que me sorprendiese de sobremanera. No oculté mi asombro y Yixing lo notó, tanto que me soltó.

―O te acompaño a buscar un taxi.

Su tono fue claramente nervioso y hasta tartamudeó. Quise reír pero me contuve y negué.

―Te acepto el aventón porque este pastel corre el riesgo de desplomarse.

La risa de Yixing era atropellada pero sincera, como la de un chiquillo haciendo travesuras que quisiera contenerla. Era de esas risas que con sólo escucharla uno se contagiaba y terminaba riendo a la par.

Morí de frío ya que el auto se convirtió en un iglú a causa del aire acondicionado que luchaba por mantener de pie el pastel. Personalmente prefería viajar con las ventanillas abajo pero esta era una situación de desesperación.