34

382 23 0
                                    

🐝 Baekhyun

Varios días habían transcurrido desde aquel pequeño incidente y aunque mi agenda se atiborró en el último mes, había podido disfrutar ampliamente de la compañía de Jinah y sus constantes frases de apoyo, como "te deseo suerte", "lo harás bien" o "te esperaré despierta".

En efecto, cada que me decía su última frase siempre se encontraba en su computador o preparando mi cena. Era muy cansado concluir la rutina y luego asistir al gimnasio, aunado a eso la forzosa dieta pero estaba feliz dentro de todo.

Poco a poco olvidaba el agrío sabor de boca que me dejó haber visto a Jinah con ese chico, sin embargo todavía no desistía mi incomodidad por el contraste entre ambos. Quizá el estar en el servicio militar provocaba en las personas adoptar una figura mucho más madura y masculina, y por ello forcé a mi cuerpo a ejercitarse de más durante las últimas horas del día.

Sé que era algo tonto pero al compararnos mi mente me conducía a una pregunta, ¿qué teníamos en común?

Junhong era alto, altísimo, tal vez hasta más que Chanyeol. Y para ser sincero no parecía un mal chico, ni tampoco podía asegurar que hubiese quitado el dedo del renglón con su exnovia. Así que como loco me fui a entrenar con Jongin y no puse peros cuando tenía que comer lo que la señora Hwang me mandaba.

Y Jinah, bueno, no era necesario que ella lo notase, no quería que se preocupara por mí así que actuaba como siempre. Muy amoroso y tierno a su lado.

―No debería estar aquí contigo ―refutó formando un leve puchero en su rostro.

Ya estábamos lo suficientemente mojados como para que dijese eso, así que me limité a reír en su oído y la aprisioné para que chocase su espalda con mi torso. Al encontrarnos dentro de la bañera, el espacio era limitado así que no había de otra que estar completamente pegados, a ninguno parecía molestarle en lo absoluto.

Desde que tuvimos nuestra presentación en la regadera, dejé de reprimir ese gusto culposo por el físico de Jinah por lo tanto no me importaba para nada acariciarle o explorar su cuerpo con mis manos. Para ser honesto sí estaba creando una especie de adicción a ella, y era muy tarde echarme para atrás.

―Se supone que estás cansado, deberías ir a dormir y listo ―volvió a atacarme con su sensatez.

―Esto también me relaja ―repliqué entre risas que velozmente la contagiaron.

Agarré un poco de la espuma creada por nuestro baño y la comencé a utilizar como parte del masaje que me dispuse a darle desde sus hombros y por toda la extensión de sus brazos. Por increíble que pareciera, aunque yo fuese el agotado física y mentalmente, estar en esa posición con mi novia me relajaba muchísimo más que simplemente dormir.

Por la postura en la que nos hallábamos, la flexión de sus rodillas hizo más fácil la tarea de tallar mis manos por cada centímetro de sus piernas, sabía que le causaba un ligero cosquilleo pero me gustaba ser el causante de ese particular movimiento que su cadera hacía al removerse.

―Te recomiendo que no hagas eso, sino voy a tener cierto problema ―susurré directamente en su oído para intentar calmarla pero no funcionó.

La cabeza de Jinah se recargó en uno de mis hombros y aunque quise ser fuerte de contener mis acciones, no tardé mucho en aprisionar sus labios con los míos con movimientos veloces que hicieron fundirnos en una pasión desconocida para ambos. Con cada beso que nos dábamos, aquella fricción entre ambos aumentaba para hacer mucho más difícil la tarea de controlar nuestras hormonas.

Cuando me di cuenta Jinah ya estaba colocada entre mis piernas y con sus manos aferradas a mis brazos. Teniéndola frente a mí me di el lujo de deleitar su anatomía y no perdí oportunidad de besar cada centímetro de esa tersa piel. Y sin pedir su autorización previa, mis manos subieron a tornear lentamente sus pechos, aquellos que en el instante respondieron a mi tacto.

Candy » BaekhyunWhere stories live. Discover now