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🥠 Jinah

Si dijera que no estaba molesta con el mundo sería una mentira total.

Estaba abrumada, estresada por las cuentas, aburrida por pasármela en casa porque si salía me enfrentaría con las molestas fans pero principalmente estaba enojada por la inmadurez de mi hermana. Ni siquiera sabía si esa era una relación de fraternidad bilateral, siempre había sentido que daba más yo que la misma Jimin.

Quizá ese día sería uno distinto, lo supe cuando recibí una llamada de la casa de mis padres. Hace días que no iba y deseaba hacerlo pero no quería enfrentarme a mi gemelita, sabía que si lo hacía me le iría encima y le diría unas buenas palabras hirientes que le harían mover su conciencia.

―Jinah, hay un chico queriendo verte ―dijo mi mamá con voz nerviosa.

«¿Un chico? No podría ser Junhong ¿verdad?». A mi exnovio aun no le llegaba su fecha de salida y aunque cortamos los lazos por la paz, siempre podría caber la posibilidad de que me buscara por alguna razón. No me imaginaba cuál, ya no había nada que nos unía.

―Dijo que esperaría aquí para verte.

Eso no era algo que Choi Junhong diría, él exigiría mi dirección y vendría a buscarme.

Sin pensarlo dos veces, tomé mi bolso para ir rumbo a la casa de mis padres.

Dejé de pensar en las posibilidades y sólo me concentré en llegar con cuidado y sin ser atacada por nadie hasta mi destino. Jamás me había acostumbrado a usar el molesto cubrebocas, el polvo amarillo de Seúl no me afectaba como a muchas otras personas sí, un ejemplo mi hermana.

Sin hacer escalas como no solía hacerlo cuando los visitaba ya que siempre buscaba llevarles algún presente, llegué directamente a mí antiguo hogar. Era la hora que lo seguía sintiendo como mío así que esperaba que nadie me estuviese siguiendo con el fin de hacerle daño a mi familia o a mí.

Pasaron varios minutos antes de llegar a la antigua casa, y cuando arribé no vi nada extraño, ni siquiera un coche desconocido. Sin reparar en nada más, entré con mis propias llaves al interior donde esperaba ver a una tercera persona pero sólo me encontré con mi mamá.

―¿Cómo estás? ¿Está todo en orden?

Últimamente desde que todo se desató esa era la típica pregunta que les hacía cuando los llamaba, estaba preocupada por ellos y su seguridad. Si las fans habían sido capaces de atacar a Jimin y a mí, nada les costaba acosarlos a ellos.

―Todo bien, Jinah ―respondió con una sonrisa.

Así era Im Sungji, mi madre siempre había sido una persona tan comprensiva que intentaba no preocupar a los demás con sus problemas. Cosa característica mía.

Asentí dándole un rápido beso en la frente. Viré mi mirada nuevamente al exterior buscando rastros del chico, de mi papá o de Jimin pero no hallé nada.

―Tranquila, no lo hice pasar, debe estar ahí afuera.

Pero no había nadie, al menos no cuando llegué hasta hace apenas unos minutos. Me asomé por la ventana y efectivamente ahí había estacionado un coche Audi, que seguro era un último modelo.

Al verlo adiviné justamente quién era y por lo mismo no me detuve para salir corriendo a la calle.

Ahí estaba, muy pulcro como cualquier modelo de revista, igual que como los ilustraban en la televisión y de la misma forma que lo había visto días previos. Ese era el famosísimo Baekhyun y estaba precisamente estacionado frente a mi casa. Todo lucía de fotografía salvo por el cubrebocas que le cubría la mitad del rostro.

Candy » BaekhyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora