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🍭 Baekhyun

Sentir el aire fresco y natural golpeando mi cara era una sensación diferente en todas las formas. No se comparaba al viento que se percibía desde el balcón de mi edificio o el contaminado aire que uno respiraba cuando se bajaban las ventanillas de los automóviles. Era totalmente distinta y lo superaba por mucho.

La naturaleza nos rodeaba con sus múltiples tonos de verde tornándose a unos anaranjados y amarillos por la llegada del otoño. En cada paso que dábamos, se escuchaba el crujir de las hojas caídas de los árboles y los continuos cantos de las aves que habitaban en el bosque.

Llevábamos más de media hora en caminata y Jinah no se detenía en preguntar cada cinco minutos si ya habíamos llegado, yo me limitaba a reír y negar ante su infantil actitud. Incluso para mí resultaba complicado escalar la montaña, no era algo que hubiese hecho seguido ni siquiera antes de debutar pero lo disfrutaba muchísimo.

El destino valía la pena.

―¡Hemos llegado!

Tan pronto habíamos llegado al mirador más alto y solitario de la montaña, ensanché una sonrisa de oreja a oreja.

La vista era asombrosa, se veía gran parte del pueblo y si girabas al lado contrario se apreciaba la frontera con Corea del Norte. La gente no caminaba hasta ese mirador por esa segunda razón, cuestión de sugestión y por la enemistad del país vecino. Personalmente no me importaba ya que el panorama era el más fascinante de todos.

―Bienvenida a mi segundo lugar favorito en el mundo.

Jinah giró su vista hacia todos los ángulos, admirada por la belleza del lugar y la calma que se respiraba allí. Era un lugar especial por ello, por la paz que irradiaba.

Le señalé que mirase por debajo de la estructura de madera en la que nos encontrábamos y lo hizo en el acto. Ahí se hallaba el yacimiento de una cascada, la cual también ayudaba a armonizar el ambiente con la corriente que producía.

―¿Por qué es el segundo? ¡Este lugar es bellísimo! ―exclamó fascinada al ver la caída del agua bajo nuestros pies.

Me resultaba inevitable borrar ese gesto de felicidad ya que había valido la pena totalmente este viaje y la larga caminata.

―El primer lugar es donde más tranquilidad he vivido ―afirmé aferrando mis manos a la barandilla de madera que nos rodeaba―. ¿Quieres saber dónde es?

Jinah me miró algo confundida y terminó asintiendo con una ligera sonrisa que todavía tenía estragos de la felicidad por estar ahí.

Di un paso para acercarme totalmente a ella, acorté la distancia con una mano que rodeaba su cintura y subí la otra hasta su mejilla para que por nada del mundo apartara su mirada de la mía.

―Contigo ―pronuncié delicadamente, prácticamente tocando sus labios con los míos―. A tu lado he encontrado la mayor paz que en estos años no había tenido. Eres la primera persona que le muestro este lugar. Y eres con la que me gustaría perderme para vivir una vida normal.

Sus ojos brillaron y no era precisamente por la luz del sol de mediodía sino por mis palabras pronunciadas tan firmemente que hasta a mí me habían dado escalofríos. Sin embargo las sentía y estaba siendo muy serio al respecto.

Estuve a punto de cerrar mi discurso con un beso de no ser porque entreabrió sus labios y se dispuso a hablar.

―Gracias ―murmuró acariciando ambas extensiones de mis brazos, causando un evidente cosquilleo―. Gracias por hacerme parte de tu normalidad y por compartir momentos como estos conmigo.

Candy » BaekhyunTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang