Continuación de:
💫COMPLICITY💫
Siete años después del matrimonio Valdés Carvajal, se ven enfrentadas a uno de los retos más importantes que puso en riesgo su relación.
Aferradas al amor y por el bienestar y tranquilidad de su hermosa hija, Elizabet...
Las novedades de la supuesta crisis dentro del matrimonio Juliantina tenía a todos los paparazis de la ciudad activados, las redes sociales de las dos actrices a explotar y varias noticias de supuestas teorías en los programas de farándula, que se preparaban para el horario estelar y así hacer el festín correspondiente sobre la supuesta debacle de la exitosa pareja.
—Estaba como si nada, Camz –Valentina estaba con Camila, esta última le estaba acomodando el traje de prueba que le llevaba; la diseñadora siempre cuidaba, personalmente, al máximo los detalles de sus obras sobre Valentina y sobre su propia esposa, eran las únicas a las que les daba tal privilegio.
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—Seguro no estaba tranquila, sólo estaba pensando qué hacer.
—¡Hey! Era un beso, un beso entre Esme y yo, ni se inmutó –replicó.
—Vaya, o sea que querías que te formara una escena...
—No, pero que me dijera algo ante tal hecho. ¿Será que no me quiere?
—Si hablas bobadas mujer... –le regañó– Ahora camina en esa dirección cinco pasos –le indicó.
—¿Tú qué harías si te publican una foto de Kate besando a una equis? –quiso saber mientras seguía sus indicaciones con su estilizado caminar.
—Primero, pues la buscaría hasta en el propio Marte de ser necesario, y le quitaría una a una las uñas, después de dejarla sin una hebra de mi apellido –espetó, la actriz dio un giro y volteó a verla con cara de asombro–. ¿Qué? –encogió sus hombros– Por más que exagere con lo que le haga a quien se atreviese a semejante causal de muerte, sé que jamás pasará. Nunca. Confío plenamente en Kate –dijo mirando cada detalle de su obra maestra.
—Entiendo, pero Juls ha visto esa foto y ni se inmutó. Yo reaccionaría igual que tú. –Sonrieron juntas.
Camila se acercó a ella y le dio una ronda.
—Estás perfecta, ¿entonces estás a gusto con este?
—Sí, todos me encantaron, pero este me parece el apropiado, tendré mucho ajetreo ese día.
—Bueno este será –la diseñadora se apartó y caminó en busca de su copa de vino, dando por terminado su trabajo–. Ante tu incógnita, sólo hay dos respuestas: –explicó mientras tomaba asiento cómodo en el sofá de la habitación de Valentina, y esta se desvestía sin pudor alguno– O Juliana sabía los detalles de esa escena con tu amiga, o simplemente se acostumbró a tus burradas. –Se ganó la mirada matadora de Valentina, que dejaba parte de su traje sobre el maniquí modista.
» No digo nada que no sea cierto –le restó importancia y bebió otro sorbo–, y ya deja de darle vueltas a tu cabeza, más bien analiza porqué Juliana estaba retando a Esmeralda en el tocador.
