Continuación de:
💫COMPLICITY💫
Siete años después del matrimonio Valdés Carvajal, se ven enfrentadas a uno de los retos más importantes que puso en riesgo su relación.
Aferradas al amor y por el bienestar y tranquilidad de su hermosa hija, Elizabet...
Juliana estaba en su oficina, era una amplia con una decoración moderna, regia, en el piso más alto de los siete pisos que pertenecían al grupo Valdés, ella se encargaba desde allí de todos los negocios del grupo en el país con la ayuda de Kate.
La ojiverde era su mano derecha, experta en negocios, empresaria, manager y la de su esposa, así como de otras súper estrellas más, incluyendo a Melissa Benoist.
Su hermano Frank estaba en Miami, desde allí se encargaba del conglomerado internacional.
Al principio Juliana se sintió reacia a llevar el control de un pequeño grupo de empresas que le cedió Macario, pero después y con la ayuda de Kate todo pudo fluir, empezó a funcionar junto con su profesión. Un par de años después y con su hermano de regreso al país fue convencida de tomar mayores responsabilidades, sus padres se querían ir por el mundo a viajar por un año, pero luego ese año sabático sumó uno más y luego dos, lo cierto es que Macario estaba satisfecho con el resultado de sus hijos como gerentes; él sólo se quedó a cargo de algunos de sus negocios.
Juliana llevaba todo en orden, combinó su faceta de madre y esposa, con la de empresaria, directora y actriz, le apasionó el mundo de la actuación. Y para la dirección y producción cinematográfica creo su propia empresa, era una de las más importantes del ramo y con sede en NYC, contra todo pronóstico tuvo éxito en todo lo que emprendió.
Lo único que lamentó fue dejar su trabajo en la Universidad. Sin embargo, bajo convenios ha podido sacar excelentes obras de allí brindando el apoyo a muchos jóvenes que como ella podían a brillar desde su proyecto de grado.
Estaba cómoda en su oficina, escuchando a Adele de fondo y justamente revisando unos contratos para dar paso a su nuevo proyecto en cine. Fue sacada de su concentración al escuchar los murmullos lejanos de Kate, sabía que estaba discutiendo con alguien. Se le extrañó dicha situación, Kate se había convertido en la persona más calmada y racional que podía conocer, todo en ese aspecto lo mejoró desde que su matrimonio con Camila estuvo en ruinas.
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—No puedo contigo, cada vez haces lo mismo. –escuchó que dijo ofuscada al entrar a su oficina, ya le había hecho señas para poder entrar, a través del cristal de su oficina con vista al pasillo, al cual miraba la morena expectante por el ruido que hacía su amiga.
—Esta vez no me voy a arriesgar, tú asumirás las consecuencias. –terminó la llamada y se sentó en la silla al frente del escritorio de Juliana, la miró he inspiró para calmarse, estaba tratando de canalizar todo antes de hablar.
—Hola preciosa. –le sonrió.
—Hola, bebé ¿estás bien? –preguntó la morena, estaba muy a la expectativa.
—Tu esposa..., tu esposa... –suspiró– Pero no voy a dejar que me robe mi paz. –sentenció, en ese momento la secretaria de Juliana las interrumpió para darles el respectivo café que siempre acostumbraban a tomar cuando se reunían en la mañana, era una especie de ritual para engranarse con toda la agenda del día. Ambas lo recibieron y tomaron sus sorbos sin quitarse la mirada. Juliana estaba ahora intrigada.
