Miedo

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—¿Qué haces aquí? –le pregunto a la morena, desde el umbral de la puerta de su oficina.

—Aquí trabajo Kate. –respondió malhumorada, ya estaba posicionada en su oficina, revisando su ordenador para agilizar su agenda. Al activar su usuario en red, Kate subió a saludar a su amiga.

—Uy... y, ¿ese humor es cortesía de Carvajal?

—Ni hablar...

—Según tengo entendido no le ibas a decir nada... ¿Qué sucedió? ¿No te pudiste contener? ¿Tal y como lo predije? –sacó sus conclusiones.

—No, nada que ver. Te dije que iba a esperar que ella misma asumiera su responsabilidad, por lo menos ahora que le facilité lo de no tenerla a cuestas... –suspiró con pesar, levantó la mirada para ver a la ojiverde– Pero –continuó–, contra todo pronóstico recibo una escena de celos. ¿Puedes creerlo? –se levantó y caminó hacia el ventanal, efectivamente no estaba concentrada, de hecho, aún era dominada por la ira luego del encuentro con su esposa.

 ¿Puedes creerlo? –se levantó y caminó hacia el ventanal, efectivamente no estaba concentrada, de hecho, aún era dominada por la ira luego del encuentro con su esposa

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—Puedo creerlo... claro. Pero, ¿otra vez por Mel? –hizo alusión al recordar lo de las fotos de Mel y ella en LA.

—Sí, y contigo para variar... –Kate puso los ojos como platos– Se le metió en la cabeza que Ustedes mis amigas pudieron filtrar lo del divorcio. –expresó con su mirada perdida y fija al horizonte.

—Jul, yo...

—Ni al caso, obvio que no voy a desconfiar de ti... –la interrumpió– Ni mucho menos de Mel, Ustedes son las únicas al tanto de todo –la miró con sinceridad, exhaló e inhaló con fuerza mientras aflojaba sus brazos y ladeó su cabeza.

—Mejor dime cómo has controlado todo hasta ahora. –preguntó Juliana ya más relajada, se dispuso a sentarse en su sillón de descanso e instó a Kate a que se sentara.

—Peor, pasó lo que esperaba, con la información regada, buscaron la copia de la demanda en el juzgado; digo lo esperaba porque era obvio que cualquier trabajador de allí sabría que valdría oro puro. Y así fue.

—¡Rayos! Y, ¿ahora? –su angustia comenzó en aumento.

—No cabe duda que fue un acto deliberado, aunque el portal que inició todo diga que sólo fue un sobre anónimo con la información –explicó con molestia–. Pero bueno, aunque las he tenido en silencio a ustedes para terminar de averiguar quien fue, que te aseguro que les saldrá caro, ya es necesario dar un comunicado.

Se levantó y le pasó su notebook para que leyera la nota de prensa.

Juliana le prestó atención como siempre a cada palabra. Hizo notar la sorpresa evidente de lo que todo implicaba a medida que avanzaba entre líneas.

—No quiero esto. –indicó al terminar de leer.

—¿Qué?

—Lo de que fue Valentina. Esto la va a desequilibrar. –terminó explicando.

Complicity 2Where stories live. Discover now