孤 独 • ❀

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Ese día había iniciado tan normal y rutinario

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Ese día había iniciado tan normal y rutinario. Después de despertar se había alistado, saludó a sus padres, y luego de vencer a su hermano en otra estúpida competencia de desayuno fue directamente a la escuela, encontrándose en el camino con Asumi y Yui, quienes lo esperaban con sus típicas sonrisas y buen humor. 

Sí, todo había sido bastante normal esa mañana. 

Kusuo nunca hubiera podido sospechar que ese sería el último día en que sus amigos pudieran recordar sus poderes.

Ya estaban en segundo año de primaria, y dentro de poco pasarían a tercero. Todo parecía ir bien entre el grupo de amigos, bueno, a excepción del clásico problema de Asumi y Yui.

— ¿¡Eh!? ¿Quién hizo esto? —Preguntó Asumi.

Alguien había escrito en el pizarrón de la clase "Niño llorón moja pantalones" y lo acompañó con un dibujo denigrante del rubio.

—Yo la había guardado aquí, ¡Estoy segura! —Yui buscaba la tarea dentro de su mochila mientras sentía a su costado la mirada severa de su maestra.

Al final del día encontró su cuaderno en la alberca que estaba atrás de la escuela.

Como en casi todos los casos de acoso infantil, la razón de las burlas y malos tratos era algo tan simple como el hecho de que ambos niños fueran un poco diferentes al resto. Asumi era un chico demasiado hablador e inteligentes, mientras que Yui, además de que siempre estaba con él, era muy poco femenina. Esto al parecer era suficiente para que Takashi, Mitzuki, y el grupo de amigos de cada uno, les hicieran la vida imposible a ambos niños.

Aveces Kusuo también era víctima de burlas por estar con ellos, pero sabía cómo defenderse y en más de una ocasión ayudaba a sus amigos. Lastimosamente no podía estar en todas las situaciones, y ese día tuvieron la mala suerte de pelear por una tontería.

—Touma dile a Kusuo que no le voy a hablar.

La castaña y el pelirosa se daban la espalda mutuamente mientras tenían los brazos cruzados.

—Vamos chicos, solo fue un accidente.

—Exacto, solo fue un accidente, pero el señorito indignaciones no quiere hablarme, el cree que su gelatina de café es mucho más importante que mis disculpas.

Saiki hizo una mueca.

No es mi culpa que tengas los pies grandes

La castaña reaccionó indignada.

— ¡Y tú tienes los ojos raros! —Le sacó la lengua.

Oh vamos —rodó los ojos— madura.

—Pensé que no me ibas a hablar.

Tú eres la que me está hablando.

— ¡Eres lo peor!

S O L E D A D『𝚂𝚊𝚒𝚔𝚒 𝙺𝚞𝚜𝚞𝚘 𝙽𝚘 𝙿𝚜𝚒 𝙽𝚊𝚗 Ψ』Where stories live. Discover now