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¿Alguna vez has pensando que quizás te estas ahogando en un vaso de agua? que tu problema no es tan grave, que otros la pasan peor. Pero aun cuando lo sabes no puedes evitar que te siga doliendo.
¿Alguna vez te has sentido débil?
¿Alguna vez te has sentido la persona más patética del mundo?
Después de la post fiesta y del rechazo que recibió a su confesión, las cosas dentro de Yui habían sido un caos que se identificaba bien con las anteriores preguntas.
En la mente de la castaña solo había pensamientos de autocompasión o pena de sí misma. Todos aquellos intentos de mejora que había estado haciendo se habían desplomado con solo unas cuantas palabras, que para colmo ni siquiera intentaban herirla, pero que igualmente lo habían hecho.
Esto sin duda era lo que la hacía sentir peor.
Fue como estar construyendo una torre, ladrillo a ladrillo, la cual pretendías que fuera indestructible, y que con el más ligero soplido del viento esta se callera, dejando ver lo frágil que siempre fue.
—Watanabe ¿Qué sucede? —Preguntó el profesor Matsuzaki, quien también era el consejero de la escuela— Los profesores me han dicho que no has entregado ninguna de tus tareas, que es como si no estuvieras. Pasaste de tener buenas notas a no prestar el mínimo de atención en las clases.
Yui solo escuchaba a medias, encogida en la silla que estaba frente al escritorio del consejero.
Obviamente no le iba a decir la verdad. "Me rechazaron" ¿Suena como una excusa valida? claro que no, si le dijera eso seguramente no lo comprendería. La castaña casi podía ver en su mente la imagen del profesor regañándola por ser tan infantil y por tener tan poco carácter.
