(ᴘᴀʀᴛᴇ 2)
Poco a poco los rayos del sol naciente comenzaban a acariciar con sutilidad los tejados de las casas. Las enormes manecillas del Big Ben señalaban que eran las seis en punto.
En las calles ya podían verse algunos transeúntes con distinto tipos de abrigos, intentando rehuir del frio de la madrugada. Algunos caminaban a paso acelerado para alcanzar el metro, otros abrían las vitrinas de sus puestos de trabajo para empezar desde temprano sus rutinas mañaneras, y algunos otros valientes solo iban en short y camiseta cumpliendo con sus estrictas horas de ejercicio matutino.
La ciudad de Londres comenzaba a despertarse, pero cierta castaña ya se les había adelantado.
Yui se había despertado muy temprano, seguramente porque también se había dormido temprano el día anterior, y como no pudo volver a conciliar el sueño decidió deslizarse por las blancas sabanas de la cama hasta el suelo y comenzar a deambular un poco por el penthouse en el que se encontraban.
Sus pequeños pies descalzos no generaban casi ruido cuando se posaban sobre la alfombra marrón que recubría el suelo de los pasillos, por lo que pudo entrar sin ningún problema a las habitaciones y ver con diversión como todos seguían durmiendo.
Naturalmente surgió en ella los deseos de una travesura infantil.
Primero caminó a hurtadillas a la alcoba de los señores Saiki. Mientras Kurumi dormía como toda una princesa en una pequeña esquina de la cama, Kuniharu, por otro lado, estaba completamente extendido, con una pierna afuera de la cama y soltando sonoros ronquidos. La pequeña sonrió al ver que aún se encontraban profundos y se dirigió al tocador que estaba al frente de la cama, tomando un poco del maquillaje de Kurumi.
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S O L E D A D『𝚂𝚊𝚒𝚔𝚒 𝙺𝚞𝚜𝚞𝚘 𝙽𝚘 𝙿𝚜𝚒 𝙽𝚊𝚗 Ψ』
Fanfiction❀ 𝙴𝚗 𝚜𝚞 𝚜𝚘𝚕𝚎𝚍𝚊𝚍, 𝚎𝚕 𝚊𝚕𝚖𝚊 𝚋𝚞𝚜𝚌𝚊 𝚕𝚊 𝚌𝚘𝚖𝚙𝚊ñí𝚊. 𝙿𝚎𝚛𝚘 𝚊 𝚟𝚎𝚌𝚎𝚜, 𝚎𝚗𝚌𝚞𝚎𝚗𝚝𝚛𝚊 𝚕𝚊 𝚜𝚎𝚛𝚎𝚗𝚒𝚍𝚊𝚍 𝚖á𝚜 𝚙𝚛𝚘𝚏𝚞𝚗𝚍𝚊 𝚎𝚗 𝚕𝚊 𝚖ú𝚜𝚒𝚌𝚊 𝚜𝚒𝚕𝚎𝚗𝚌𝚒𝚘𝚜𝚊 𝚍𝚎 𝚜𝚞 𝚙𝚛𝚘𝚙𝚒𝚘 𝚜𝚎𝚛 ❀ Después de...