~Hogar~

2.4K 141 17
                                    

     Magnus abrió los ojos y giró instintivamente la cabeza hacia la derecha para poder ver a su nefilim, que aún dormía rozando suavemente el cuerpo de Magnus con su brazo, como si incluso en sueños intentara protegerlo. Magnus sonrió como el estúpido enamorado que era y colocó suavemente uno de los oscuros mechones de Alec tras su oreja, dejando así despejado su rostro. Y el corazón de Magnus dio un pequeño brinco cuando Alec le sonrió, aún con los ojos cerrados.

     -Buenos días, cielo- murmuró aún medio adormilado Alec llevando una de sus manos al hombro de Magnus donde dejó una caricia.

     -Buenos días, Alexander- respondió Magnus acercando al nefilim para así poder abrazarlo, cosa que Alec aceptó encantado, sonriendo y reposando su cabeza sobre el hombro de Magnus mientras éste trazaba de memoria las runas de la espalda de Alec con sus dedos. Al cabo de un rato el mayor volvió a hablar.

     -¿Sabes cuándo fue la primera vez que me di cuenta de que estaba perdidamente enamorado de ti?- preguntó Magnus haciendo que Alec le mirara sorprendido. Y el brujo sonrió al ver la luz en los ojos de Alec al oír que Magnus le amaba

     -¿Cuándo?- preguntó tímidamente como si le diera miedo que eso fuera un sueño y hablar demasiado alto fuera a despertarlo.

     -Solo llevábamos saliendo tres semanas y estaba con Cat en una cafetería a la que solemos ir. Es un sitio tranquilo cerca del hospital en el que trabaja, poco ruido y poca gente, muy adecuado para Cat- dijo con otra pequeña carcajada y Alec la secundó al notar el cariño con el que su novio hablaba de su mejor amiga- Estábamos sentados, hablando y pensé en ti, pensé en lo maravilloso que sería que estuvieras ahí con nosotros, te imaginé a mi lado, pasando distraídamente las páginas de un libro...

     Alec no necesitaba oír más, sabía lo mucho que eso significaba pero también sabía que Magnus quería explicárselo él mismo, así que besó suavemente su mejilla esperando que continuara hablando.

     -¿Sabes cuándo pensaba en Etta?

     Alec sabía quién era Etta, y no solo por la libreta pues después de aquel primer paso Magnus siguió contándole pequeños fragmentos de su vida sin que Alec lo pidiera siquiera. Esa libreta fue la muestra de que Magnus había derrumbado sus muros para Alec y así se lo demostró día a día.

     -Me acordaba de ella cuando me aburría, cuando no tenía nada mejor que hacer y deseaba que estuviera ahí para pasar el rato. ¿En Camille? A las tres de la mañana, cuando volvía borracho de alguna fiesta con ganas de sexo. Con todos era así, siempre lo había sido, hasta que llegaste tú. Pensar en ti a las cuatro de la tarde mientras estaba con mi mejor amiga, quererte ahí conmigo, esa fue la última prueba que necesitaba para darme cuenta de que sí, que estaba locamente enamorado de un nefilim menor de edad.

     -Eeeh, que ya tenía 18 años- dijo sonriendo Alec empujando en broma el hombro de Magnus.

     -Vale, vale, pues me enamoré de un nefilim adulto, maduro y responsable- siguió Magnus la broma haciendo que ambos rieran- Ahora en serio, cariño, mira dónde estamos ahora. Sábado por la mañana en pijama, desmaquillado y estampado en la cama cuando hasta hace dos meses estaría en el sofá con una resaca que ni mi magia podría borrar y eso si estuviera en casa. Toda mi vida he pensado que jamás haría nada como esto, que nunca caería en una rutina, que nunca me ataría a una persona.

     Magnus vio cómo el rostro de Alec se entristecía un poco aunque el nefilim trató de ocultarlo.

     -¿Te arrepientes?

     -¿De estar contigo?- Alec asintió- ¿Quieres que sea sincero?- Alec volvió a asentir, ahora más temeroso pero totalmente seguro de su respuesta- Vale, pues no, ahora no me arrepiento. Pero tampoco creo que pueda seguir así mucho tiempo más, no sé, ya llevamos 5 años y...- no pudo seguir porque se le escapó una carcajada.

     Alec al oírla se dio cuenta de que todo era una broma y al fin volvió a respirar.-

     -Joder, Magnus. No vuelvas a asustarme de esa manera, ¿sabes el miedo que he pasado?

     -Lo siento, cielo, pero tenías que haber visto tu cara...

     -¿Qué cara pondrías tú si el hombre al que amas habla de dejarte?- dijo enfurruñado

     Magnus abrazó más a Alec dejando pequeños besos en su cabeza y su frente.

     -¿De verdad has pensado por un solo segundo que algún día voy a cansarme de ti, idiota?- Alec se aleja de Magnus y se queda tumbado boca arriba mientras que Magnus se apoyó sobre su codo para mirar a Alec a la cara, acariciando con su mano libre su mejilla- ¿Sigues creyendo que eres una molestia para mí, verdad?

     Alec asintió desviando la mirada de Magnus, avergonzado de sí mismo.

     -Sé que me amas, Mags, Raziel, claro que lo sé. Y sé que yo te amo a ti más que a mi vida, los 5 años que he pasado contigo son los mejores de mi vida.

     -De nuestra vida, pequeño- matizó Magnus haciendo que Alec se relajara un poco

     -Pero a pesar de saberlo, sí, aún sigo creyendo que soy una carga para ti. No como me pasaba al principio, no es porque piense que no soy suficiente para ti o que mereces a alguien mejor, tú te has encargado de eliminar todas esas dudas de mi cabeza. Pero Mags, tú mismo lo has dicho, te estoy atando y te estoy haciendo perder miles de oportunidades

     -¿Oportunidades?

     - Hace dos años, por ejemplo, te ofrecieron el puesto de Brujo Supremo de Venecia, sé que adoras esa ciudad y lo rechazaste sin siquiera pensarlo. ¿Quieres que crea que no tengo nada que ver en esa decisión, que no te até a Nueva York?

     -Claro que tienes que ver con esa decisión, pero no como tú te crees, Alexander. Sí, adoro Venecia, es una de mis ciudades favoritas, al igual que me encanta Egipto o Perú. He visitado todas las ciudades del mundo, pero ¿sabes dónde no había estado hasta hace 5 años? En casa, nunca había estado en casa.

     -Casa...- murmuró Alec embelesado y mirando a Magnus aún con temor en los ojos

     -Sí, he tenido mansiones, pisos, lofts, palacios, áticos... todas las viviendas que te puedas imaginar. Todas ellas magníficas, majestuosas, capaces de impresionar a reyes y magnates. Pero todas eran frías, solitarias a pesar de estar siempre repletas de gente. Pero hace cinco años encontré un lugar cálido, acogedor, protector, en el que me sentía amado, seguro... toda mi vida persiguiendo la grandeza para acabar encontrando mi hogar en un par de brazos llenos de runas, en unos sinceros ojos azules... no es que hayas convertido este loft en mi hogar, Alexander, sino que tú eres mi hogar. Y no importa si pasan 5 o 50 años, jamás me voy a cansar de ti o te voy a considerar una carga.

     Alec se giró atrapando a Magnus bajo su cuerpo mientras ambos se abrazaban.

     -Te amo, te amo tanto, Magnus Bane... Creí que esas ideas de amar hasta la muerte eran estúpidas hasta que te conocí, hasta que me enamoré y lo dejamos y hubiera preferido mil veces la muerte a permanecer un segundo más lejos de ti, lejos de casa- sonrió confirmándole al brujo que él también era su hogar-hasta que te imaginé en Edom, sufriendo, y necesitaba desesperadamente estar a tu lado... nunca vuelvas a bromear con alejarme de ti, por favor, porque no podría soportarlo.

      -Nunca lo volveré a hacer, lo siento, cariño- dijo tiernamente Magnus dejando un beso en el cuello del nefilim.
Y así pasaron el resto de la mañana, atrasando lo máximo posible el salir de la cama porque no querían alejarse ni un centímetro de los brazos del otro, esos que se habían convertido en su hogar.

.

.

.

Aquí dejo otro pequeño capítulo, espero que os guste y espero poder actualizar dentro de no demasiado tiempo

➰nefilim➰

One Shots Malec/ Alec Y Jace(parabatai)Where stories live. Discover now