Olvido~parte I

3.6K 224 51
                                    

La segunda parte la subiré mañana ya que no pude subirla el domingo.

Espero que os guste.

...............................................................................................

Alec enfilaba la calle que conducía al loft del brujo a toda prisa y, a pesar de que todas las fibras de su cuerpo ardían, cuando vio la ventana romperse con unas llamas azules aumentó el ritmo.

Creía que su mundo se había acabado seis días antes en aquellos túneles subterráneos pero cuando se enteró de que estaban planeando asesinar al Gran Brujo de Brooklyn la poca estabilidad y serenidad que le quedaban desaparecieron y salió corriendo hacia el loft.

Abrió el portal de una patada y lo mismo hizo con la puerta principal, que cayó con un golpe seco dejando ver una escena que parecía salida de la peor de las pesadillas de Alec.

Magnus Bane estaba tirado en el suelo sobre un charco de sangre que seguía brotando de un corte profundo e irregular en su vientre. Con la poca energía que le quedaba intentaba mantener su barrera protectora, que apenas podía ralentizar a los 8 demonios que trataban de alcanzarlo.

Finalmente su energía se agotó, la barrera cayó y los demonios se abalanzaron sobre el brujo, que cerró los ojos esperando su muerte.

Pero esta no llegó, no sintió dolor ni ninguna herida así que abrió los ojos y vio una figura que se interponía entre los demonios y él, tratando de mantener a los 8 a raya.

Magnus reconocería a esa persona en cualquier sitio: era Alexander. Sonrió haciendo que la sangre brotara de sus labios. Se preguntó si ya estaría muerto y eso era una simple alucinación pero, aunque así fuera, se alegraba de que lo último que sus ojos vieran fuera Alexander, el amor de su vida por el que llevaba seis días llorando.

Sus ojos se estaban cerrando cuando el nefilim, girando en un arco que decapitó a dos demonios, logró mirarle a los ojos: era real, ese era su Alexander y estaba ahí para salvarle.

Susurró sin darse cuenta su nombre y eso distrajo al nefilim, que bajo sus defensas y un demonio lo aprovechó para clavarle su aguijón en la espalda. Antes de cerrar los ojos Magnus vio como el aguijón descendía por la espalda del nefilim abriendo su carne como si fuera simple papel.

Y Magnus quería mantener los ojos abiertos, asegurarse de que el joven estaría bien, pero la pérdida de sangre y energía pudieron con él y cayó inconsciente.

Abrió los ojos y un fuerte dolor de cabeza se hizo presente a la vez que la luz del sol. Miró a los lados desorientado y se dio cuenta de que estaba en su propia habitación, tumbado en su cama.

En su cabeza volvió a revivir el ataque de los demonios y la salvación de Alexander, pero no conseguía recordar nada más del último mes, su memoria estaba borrosa y eso le estaba empezando a preocupar.

Pero toda preocupación se disipó cuando su novio apareció por la puerta y, al ver al brujo despierto, corrió a arrodillarse junto a la cama.

-¿Estás bien, Magnus? – el brujo observó sorprendido cómo Alec se contenía para no ponerle la mano sobre el vientre.

En ese momento se dio cuenta también de que tenía la parte del vientre vendada y, cuando trató de moverse recordó por qué, un demonio le había atacado con una de sus pinzas y había logrado rajárselo.

-Eh, Magnus, ¿estás bien?- repitió el nefilim y Magnus volvió a la realidad

-Sí, tranquilo, cariño.

Magnus no paraba de sorprenderse con el comportamiento de Alec pues, al oír el apodo, una mueca de dolor pasó por su cara. Se fijó más en el rostro del nefilim y vio que estaba demacrado: estaba demasiado pálido incluso para él, sus labios se estaban tornando de un color liliáceo poco saludable y unas profundas ojeras negras se dibujaban debajo de sus ojos-

Magnus no era consciente de ello pero llevaba durmiendo tres días y Alec no se había movido de su lado ni un segundo, había pasado las noches en vela, cambiando vendas, preparando ungüentos, poniéndole toallas empapadas de agua helada en la frente para combatir la fiebre...

Y todo ello sumado a las seis noches anteriores que había pasado llorando en su habitación para después pasarse el día entrenando o en misiones, sin pararse para comer ni para ponerse ni una iratze.

Magnus iba a decir algo pero entonces sus ojos volvieron a conectar con los de Alec y se fijó mejor en esos pozos azules, que le devolvieron una mirada enrojecida. Magnus sabía que lo único capaz de causar ese tipo de rojez eran las lágrimas y en su cabeza el único motivo que podía haber hecho llorar a Alec en esa situación era el pensar que el moriría, tenía que asegurarle a su pareja que eso no pasaría.

-Eh, mi ángel, estoy bien.

Oír ese apodo, contrariamente a lo que pensara Magnus, hizo que las lágrimas volvieran a los ojos de Alec.

Cat se lo había avisado, le dijo que Magnus despertaría desorientado, que tal vez hubiera olvidado los últimos momentos de su vida pero que estos regresarían en un par de horas como mucho.

Y las palabras de Magnus lo confirmaban, creía que estaban juntos.

Y Alec pensó que sería muy fácil seguirle la corriente, aprovechar el tiempo que tardaran sus recuerdos en regresar para poder volver a besar esos labios que llevaba días anhelando, para poder oír un "te amo" en boca de Magnus...

Pero no podía hacerlo, Magnus no le amaba y Alec jamás se aprovecharía de él. Con la voz rota y las lágrimas acariciando sus pestañas habló.

-Magnus, estás desorientado, llevas tres días inconsciente...

-¿Tres?- dijo atónito el brujo a lo que el nefilim asintió antes de seguir hablando

-Cat me dijo que lo más seguro era que esto pasara, que desertaras con tus recuerdos borrosos pero no te preocupes, se aclararán en apenas unas horas. Pero hay algo que quiero que sepas para que durante esas horas no pienses que te he abandonado o que no te amo: antes del ataque habíamos cortado-

-¿Qué? ¿Cómo que cortado? ¿Por qué?

-Porque soy un gilipollas, porque te traicioné, traicioné tu confianza y te oculte secretos. Cortaste conmigo y me pediste que jamás volviera a acercarme a ti.- las lágrimas corrían libres por las mejillas de Alec y Magnus estaba en estado de shock- Siento haber incumplido tu deseo presentándome en tu casa, pero no podía dejar que te asesinaran. Estos tres días Cat ha tenido que trabajar y yo me he negado a dejarte solo pero ya le he mandado un mensaje, estará aquí en menos de un minuto- y efectivamente el característico ruido de un portal comenzó a llenar la estancia procedente del salón- Cuídate mucho, por favor, no podría soportar tu muerte.- el ruido cesó y Alec se giró para abrir la puerta de la habitación y así irse cuento antes a su casa, pero antes le dirigió más palabras a Magnus

-Espero que no te moleste que le haya pedido a Cat que me vaya informando sobre tu estado, te juro por el Ángel que cuando sepa que estás bien dejaré de molestarte.

Antes de que Magnus pudiera replicar la puerta se abrió y por ella entró su amiga de piel azul. Nada más entrar supo que sus suposiciones eran ciertas: Magnus estaba con los ojos vidriosas en la cama y Alec le daba la espalda, con el rostro cubierto de lágrimas y con sangre procedente de su labio, que se había mordido por el nerviosismo.

-Cuídalo, por favor, Cat.

Y con estas palabras, Alec salió por la puerta, dejando a un Magnus asombrado y a una Catarina consternada



One Shots Malec/ Alec Y Jace(parabatai)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu