Maldición ~Parte III

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Jace salió de su habitación, donde descansaba su hermano, y vio a Izzy saliendo de la habitación de Alec, la joven le vio y se dirigió hacia él.

-¿Dónde está Alec?

-En mi habitación

-¿Le ha pasado algo?- Izzy intentó esquivar a Jace para pasar a su habitación pero el joven la cogió de los brazos frenándola.

-Iz, Iz, tenemos que hablar. Vamos a tu habitación.

Entraron en la habitación de la joven y Jace la sentó en su cama para arrodillarse ante ella.

-A ver, cómo te digo esto, Alec está enfermo.

-¿Cómo enfermo?- dijo Izzy preocupada

Jace se lo contó todo y cuando acabó abrazó a su hermana cuyos ojos estaban completamente negados.

-Un mes... Alec... un mes- murmuraba contra el hombro de Jace mientras este besaba su cabeza suavemente

-Encontraremos la cura, Izzy.

-Primero Max, ahora Alec... no puedo perder a Alec...

-Y no lo vamos a perder, Izzy, me niego a dejarle ir.

Izzy besó la mejilla de Jace agradeciendo que el rubio estuviera ahí para su hermano mayor.

-Magnus, tenemos que llamar a Magnus él... él podrá hacer algo... o Cat, ella tendrá una solución...

-Ha sido Cat la que nos lo ha confirmado todo, Izzy. Y en cuanto a Magnus... lo han dejado

-¿Cómo que lo han dejado?- Izzy no podía sorprenderse más

-Ya conoces al idiota de Alec, no quiere dañar a Magnus y está convencido de que al dejarle y darle un mes entre la ruptura y su muerte le evitará el dolor de esta.

-Voy a verle

Izzy se levantó de la cama secando sus lágrimas y, tras dejar una caricia en la mejilla de Jace, se dirigió a la habitación del rubio a ver a su hermano.

Cuando entró vio a Alec intentando levantarse de la cama.

-Eh, eh, eh, vuelve a la cama, cabezón

Alec se giró al oír la voz de Izzy

-Esto... yo he... he salido a cazar con Jace y un... un demonio me ha atacado y...- el joven empezó a balbucear, era horroroso mintiendo e Izzy lo sabía.

-Jace me lo ha contado todo

Alec palideció y empezaba a tartamudear de nuevo cuando Izzy se lanzó a sus brazos donde volvió a deshacerse en lágrimas.

-Estoy bien, Izzy.

-No, no lo estás. Pero lo estarás, Jace y yo encontraremos una cura y te pondrás bien y volverás con Magnus...

-Izzy...- los ojos de Alec se anegaron por completo al ver así a su hermana.

Y al mirarla sintió lo mismo que cuando habló con Jace, seguiría luchando por ellos dos, no se rendiría hasta que su corazón se negara a latir y aun cuando este lo hiciera le obligaría a aguantar un poco más.

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Así pasaron tres semanas, Jace pasaba las noches al lado de Alec al igual que parte de la mañana. Llegado el medio día Izzy cuidaba de su hermano que, hasta la primera semana y media insistía en seguir entrenando pero, pasados 11 días ni siquiera podía levantarse de la cama y sus hermanos se limitaban a estar a su lado, rememorando viejos momentos e intentando aliviar un poco su dolor.

Cuando Izzy relevaba a Jace el rubio se iba a buscar cualquier pista que pudiera haber sobre la maldición de su hermano, se citó con todos los brujos de Nueva York y contactó con todos los más importantes del mundo (excepto con uno con ojos de gato); invocó demonios e intentó llegar hasta el mismísimo demonio ofreciendo incluso su propia alma por una cura, pero fue inútil; convocó incluso a las hadas más importantes de la corte Seelie sin importarle una mierda la Paz Fría pero todo fue inútil, nadie sabía si quiera qué demonio podía ser el causante de dicha desgracia.

Una noche, pasadas 3 semanas y 3 días desde que Cat les dio un mes, Jace se levantó sobresaltado por una fuerte quemazón en su runa y miró alarmado a su lado, a la cama en la que yacía Alec. Se lanzó de rodillas al suelo al ver cómo su hermano temblaba mientras de su nariz y labio escurría un reguero de sangre.

-No, no, no, no... Aún no, Alec. Quedan 4 días, encontraré una cura, pero debes aguantar un poco más, por favor, Alec. ¡Alexander! ¡Abre los ojos, por favor!

El joven pareció oírle porque sus ojos se abrieron lentamente, parpadeando ante la luz que dañaba sus pupilas, esas que parecían ya muertas y que acabaron de matar la poca esperanza que le quedaba a Jace.

-Déjalo, Jace... no puedo aguantar más...- con gran esfuerzo levantó la mano y secó las lágrimas de Jace- Parece que la maldición ha llegado al corazón...

-No, no, no. Cállate, Alec. Sólo ha sido un ataque más fuerte de lo normal, aún nos queda tiempo...

Rápidamente cogió su móvil y le mandó un mensaje a Cat. Llevaba las tres semanas de enfermedad hablando con la joven, le informaba del estado de Alec mientras que ella seguía investigando a ver si encontraba alguna cura pero todo seguía siendo completamente inútil.

Cat, Alec no aguantará mucho más. Te necesita

Lo que no sabía Jace es que ese mensaje no fue leído por Cat sino por Magnus.

-Cat qué... ¿qué significa esto?

Le enseñó el mensaje a la bruja y su piel azulada palideció.

-Yo... verás...

Cat no pudo aguantar más, llevaba un mes intentando consolar a un Magnus inconsolable que parecía un cadáver andante.

El brujo no quería salir, no quería comer, no quería atender a ningún cliente... no quería seguir su vida sin Alec en ella.

Y lloraba, lloraba desconsolado al creer que su nefilim ya no le amaba, que ahora pasaba sus días con otro, que sus labios bailaban al son de los de otro...

Y los ojos de Cat también lagrimeaban al saber que Magnus estaba equivocado, que el nefilim le amaba con todo su corazón, el mismo que no solo sufría por su separación sino por el peso de aquella maldición.

-Alexander... mi... mi Alexander se... ¿se muere?

-Deberían quedarle un par de días, pero...

-Tengo que ir con él... Tengo que salvarle...

-No se puede hacer nada

Algo más encajó en la cabeza de Magnus, algo que pegaba demasiado con Alec

-¿Me ama?- su voz se quebró y rompió en sollozos al oír la respuesta de Cat

-Más que a su vida.

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.......

Aquí está la tercera parte de Maldición, espero que os esté gustando y merezca la pena la espera.

➰nefilim➰



One Shots Malec/ Alec Y Jace(parabatai)Where stories live. Discover now