One Shots Malec/ Alec Y Jace(parabatai)

Mini-shot 4~Malec

Alec abrió la puerta del loft de Brooklyn con su juego de llaves para encontrarse una imagen que le robó una sonrisa de ternura. Magnus estaba dormido en el sofá, con la camiseta ligeramente levantada, mostrando su vientre plano y el lugar donde debería haber estado su ombligo.

A pesar de lo hermosa que era esa imagen en el exterior hacía frío y no podía arriesgarse a que su pareja cogiera frío y enfermara. Dejó sus llaves en la mesita y se dirigió a su habitación, la que compartía con el brujo, y del armario sacó una manta de lo más calentita.

Volvió al sofá y la desdobló con cuidado y la tendió sobre su novio, asegurándose de que quedara bien tapado y estuviera cómodo. Cuando estaba retirándose Magnus abrió los ojos y el nefilim vio temor en ellos, pero cuando lo enfocaron todo rastro de ese miedo desapareció y dejó lugar al amor y alegría que Alec provocaba en Magnus.

     -Alexander...-ronroneó aún un poco dormido

     -Sien...siento haberte despertado, Magnus. Creí que tendrías frío.- trató de justificarse esperando no haber molestado al brujo.

     -Me alegro de haberme despertado, tenía muchas ganas de verte.

Magnus se incorporó hasta quedar sentado en el sofá, aún con la manta sobre sus hombros, y le hizo un gesto a Alec para que se sentara a su lado, cosa que el joven hizo. Y Magnus aprovechó para acurrucarse en sus brazos a lo que el nefilim no protestó. Normalmente habría chasqueado los dedos para encender la televisión, pero Alec le había cambiado sin siquiera pretenderlo, así que se movió un poco hasta alcanzar el mando y la encendió.

Estaban tranquilos viendo una película que habían encontrado, Magnus había cambiado de posición, ahora apoyaba su cabeza en el hombro del nefilim, dejando sus rostros demasiado cerca.

Y Magnus estaba deseando besarle, pero no quería intimidar a su novio, sabía que Alec era demasiado cortado y se lo demostró con una pregunta casi susurrada.

     -¿Pu... puedo...?- Alec estaba demasiado nervioso pero en sus ojos Magnus vio que le estaba pidiendo permiso para besarle.

El Gran Brujo de Brooklyn se acercó a él juntando sus labios. Siempre que estaba con Alec se sentía en una especie de paraíso reservado solo para ellos dos, pero cuando se besaban se olvidaba incluso de su nombre. Y Alec sentía exactamente lo mismo, pero cuando se separaron Magnus vio que aún seguía nervioso.

     -No tienes que pedir permiso, Alexander. Soy completamente tuyo.

Y el corazón de Magnus se aceleró al ver la sonrisa que sus palabras formaron en el rostro de Alec, pero en apenas unos segundos fue sustituida por una mueca de duda.

     -¿Por qué?- dijo separándose del abrazo e incorporándose levemente.

    -¿Por qué qué?

    -¿Por qué eres tan bueno conmigo? Soy un desastre como persona y mucho más como novio. No soy ni amable ni cariñoso contigo, no soy atractivo y ni siquiera soy lo suficientemente valiente como para decirles a mis padres que te quiero. Sabiendo todo esto, ¿por qué sigues a mi lado? ¿Por qué te esfuerzas en hacerme sentir tan bien?

     -Por Lilith, jamás había conocido un nefilim tan estúpido. Alexander, nada de lo que has dicho es cierto. Según tú eres un desastre, ni cariñoso ni amable. Bueno, cada vez que me despiertas con un beso, que me miras como si estuvieras viendo una obra de arte, que me abrazas, cada segundo que has pasado a mi lado me has demostrado lo contrario. Jamás nadie me había tratado como tú lo haces, me cuidas sin esperar nada a cambios, por Raziel, Alec, acabas de arroparme para evitarme un simple resfriado sin siquiera pensar que por mi sangre de demonio no me afectan.

En ese momento Alec se sintió un poco tonto por ello pero en los ojos de Magnus vio que lo que había hecho era algo bueno, algo que había encantado al brujo.

     -Y me da igual si piensas que no eres atractivo, porque para mí eres la persona más bella del mundo. Y respecto a lo de contarles a tus padres, ya lo harás. No me importa esperar mientras sea contigo.

Alec se quedó asombrado y rodeó el cuello de Magnus con sus brazos, este paso los suyos por la cintura del joven y enterró su rostro en el cuello.

      -Gracias, Magnus Bane, por estar siempre a mi lado- susurró con dulzura. Se quedaron así un par de minutos, con el ruido de la tele de fondo hasta que Magnus cayó en algo de lo que Alec había dicho.

     -Mmm... ¿Alexander?

     -¿Sí?

     -Me ha parecido oírte decir que me quieres.

    -Sí, creo que eso es exactamente lo que he dicho- aclaró separándose un poco de él para poder mirarle a los ojos. Llevó sus manos a las mejillas del brujo y las acarició lentamente- Porque es la verdad. Puede que aún no pueda hablar de amor- dijo enfatizando ese aún- pero lo que sí tengo claro es que lo que siento por ti no es una simple atracción.

Magnus imitó el gesto del nefilim y dirigió sus manos a las mejillas de Alec para después volver a juntar sus labios, sin palabras para describir lo que Alec le hacía sentir. Estaba completamente loco por él y sabía que jamás podría compararse con ninguno de sus amantes pero jamás esperó que le nefilim correspondiera sus sentimientos y mucho menos que se lo dijera de una forma tan bella.

     -Te quiero, mi nefilim estúpido.

Y volvieron a juntar sus labios, sin saber que no faltaba mucho para que el otro se convirtiera en su mundo.

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Espero que por lo menos la espera haya merecido la pena, muchas gracias por leer estas historias y espero que os hayan gustado.

➰nefilim➰