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Bien, llegó el día. Llegó el día en el que le diría toda la verdad y esperaría lo que tenga que pasar.

Obviamente sé qué tal vez no se lo tome bien por el hecho de que le mentí, pero como decía Kira, no podía seguir ocultándole algo importante como eso.

Incluso aunque eso lo aleje de mí.

—¿Lista?.

La voz de Adam me llamó la atención y me volteé para sonreírle y asentir. Noté que el auto ya había parado justo al frente del bar donde los amigos de Adam lo esperaban y dónde por fin los conocería. Más bien conocería a su otro amigo, Marcus, a Travis ya lo conocía de la última fiesta en la fraternidad de mis hermanos y me cayó bastante bien y, según él, le caigo bien.

Sé que no tendría que estar haciendo esto, conocer a sus amigos para luego soltarle la bomba. Pero sabía que, si hubiera rechazado, quedaría mal con él y si no se lo digo sé que lo seguiré aplazando.

Bajamos del auto y, luego de poner la alarma, Adam se acercó a mí y tomó mi mano para guiarme hacia el lugar. No tuvimos problemas para hacer fila, Adam directamente pasó con un pequeño saludo hacia el guardia. Una vez dentro, el lugar estaba repleto de personas sobre todo bailando o haciendo fila para comprar bebidas.

—¿Cómo encontraremos a tus amigos en este lugar? —pregunté en su oído.

—No nos quedaremos aquí, acordé de vernos en el VIP —contestó con total naturalidad.

Claro, como si fuera tan fácil entrar.

Pasamos por el costado de la pista de baile y nos acercamos a las escaleras donde había otro guardia. Adam y el hombre compartieron un par de palabras cuando el tipo se hizo a un lado. Le regalé una sonrisa de agradecimiento y subimos las escaleras.

—A veces olvido que eres un niño rico —bromeé.

Mientras más subíamos, la música dejaba de ser tan fuerte por lo que era más fácil escucharnos.

—Yo también, hasta que recuerdo que tiene ventajas —contestó con una sonrisa fingiendo orgullo.

Me reí cuando llegamos al VIP. Este lugar no era tan grande como la parte de abajo, había varios sillones con gente hablando y una barra que decoraba el centro del lugar. La música era más suave y provenía del pequeño balcón que te dejaba una vista hacia abajo.

Antes de que pudiera notarlo, Travis acompañado de otro chico, quién creería que es Marcus, se acercaron a nosotros y este último le dio un efusivo abrazo a Adam. Sonreí ante la escena de su amigo colgado a él y cada tanto dándole palmadas en la espalda.

Travis se acercó a mí con una sonrisa y pude notar que ya no llevaba el cabello morado sino un azul metálico.

—Nova, gracias por venir —saludó.

—Por nada, quería saber de dónde vino la idea de Adam reconsiderando teñirse de blanco —saludé con una sonrisa.

—Estoy orgulloso de admitir que meses de influenciarlo están dando sus frutos —me contestó quitándose la pelusa invisible de sus hombros.

Me reí cuando Marcus se acercó a nosotros.

—¡Pero miren nada más a la flamante dama! —exclamó.

—Nova, te presentó a Marcus —comenzó Adam.

—La persona más efusiva que existe —comentó Travis a mi lado.

—Y Marcus ella es...

—Ivanova Jones, ¡Cómo no voy a conocerla! ¿Crees que vivo debajo de las piedras? —lo cortó Marcus y me dio una sonrisa alegre—. En serio es un gusto al fin conocerte, te lo habrán dicho mucho, pero Adam se la pasaba hablando de ti.

No me llamo Cenicienta [Princesas Modernas #1]Where stories live. Discover now