No me llamo Cenicienta [Princesas Modernas #1]

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If you think you can be my one and only true love
You must promise to love me
And damn it, if you f- me over
I will rip your f- face apart

High School sweetharts ~Melanie Martínez

Dos años después.

Lo último, y lo único en realidad, que recuerdo de esa noche fue ese destello. Un par de días después desperté en la cama de un hospital con mamá llorando y mi padre a punto de hacerlo, y con todos mis hermanos afuera de la habitación, hasta Aaron que casi nunca sale de casa.

Mamá me explicó que un inútil se había cruzado en nuestro camino y por mas que Kira haya querido evitarlo, terminamos chocando.

Tuve visitas de mi abuela y el tío Jem, pero fue dos días después que Kira entró a la sala. Todo ocurrió en camara lenta, las lágrimas salían de sus ojos y al verme corrió a abrazarme como pudo, ya que tenía un yeso en su brazo. Acepté el abrazo y parecía estar aliviada cuando le dije que estaba bien, pero cuando pregunté por Samara ese alivio se esfumó y volvió a llorar.

Ese día supe lo que nos había ocurrido, Kira fue la que salió mas ilesa, yo terminé con una leve contusión en la cabeza y Samara se llevó lo peor del accidente.

Ella hasta el día de hoy sigue en coma.

Kira y yo vamos a visitarla todos los fin de semana esperando alguna mejoría, pero los doctores nos dicen que esta igual, pero no peor, de lo que estuvo hace un año.

Por mas que yo se lo niegue, Kira sigue con ese sentimiento de culpa, piensa que es la responsable de que Sam este así. Pero eso no es cierto, accidentes como estos pasan casi todos los días.

Las dos tenemos la esperanza de que alguno de estos días despierte.

—Hija, ¿me escuchas?.

Salí de mi ensoñación cuando noté que papá estaba al frente mío.

—Fuerte y claro —le hice un saludo militar—, pero si me lo repitieras estaría muy bien.

Papá rodó los ojos y me explicó lo que tendría que hacer.

Siempre desde pequeña ayudé a papá a reparar autos. La verdad que los amo y me encantaría tener uno a futuro. Mamá cuando le dije que quería ayudar a papá en el negocio de los autos me dijo que fuera mas femenina, como quiere que lo sea si me crié con cinco hermanos hombres. No me considero una marimacho pero tampoco es que sea la princesa mas delicada del mundo.

—Te encargarás del auto del señor Daniells, ¿ok? —dijo.

Asentí con una sonrisa. Me coloqué mi gorra, tome la caja de herramientas y me dirigí directo al auto.