Epilogo 2/2

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8 meses después (4 meses para que se cumpla el año)

-¡Lilith por décima vez te dije que no te traje nada de regalo, deja de hurgar en mis cosas! -me quejé mientras alejaba mi bolso de mi hermana.

Mi hermana hizo un puchero exagerado con sus labios mientras se cruzaba de brazos.

-Vuelves de viaje luego de casi un año ¿y ni siquiera un regalo? -reprochó.

-No es como si me hubiera ido de vacaciones -contraataqué-, además, solo me quedaré el fin de semana y luego volveré a Washington, no seas un dolor de culo.

Lilith achicó los ojos y apretó los labios con un claro enojo para luego irse caminando en dirección al comedor y gritar.

-¡Pa, Adam está aquí, pero sin regalos!

Rodé los ojos y caminé detrás de ella. Por más que fuera una molestia andante, admito que extrañé a mi hermana, en sí extrañé la casa en general, fueron ocho meses demasiado largos y, como me tuve que poner al día con años y años de no estar en la farmacéutica, estuve bastante ocupado.

Llegamos hasta el comedor donde se encontraban mi padre y mi abuelo. Papá me regaló una sonrisa y se acercó a saludarme, por otro lado, el viejo se lamentó negando con la cabeza, como si el solo hecho de verme fuera lo peor que le pasó en su vida.

-Adam, qué bueno que pudieras venir a visitarnos -comenzó papá.

-Qué lástima que no se cayó el avión -comentó el abuelo desde atrás.

Le regalé una sonrisa aparentando ser amarga y me volteé a verlo.

-Qué lástima que vine por una visita ocasional y no para tu funeral, viejo.

-Ay Adam -se quejó papá volviendo a sentarse.

Él nunca había entendido el tipo de trato que tenía con el viejo, pero ya estaba acostumbrado a ello.

-Yo ya dije que pienso enterrarlos a todos -se quejó el viejo.

Lilith se rio mientras se abalanzaba sobre el abuelo pasando sus brazos alrededor de su cuello y abrazándolo desde la espalda.

-No dejes que te engañé, hasta llegó a admitir que te extrañaba -comentó.

Arrugué el ceño confundido mientras una sonrisa divertida se asomaba por mi rostro. Por su parte, el viejo miró a Lilith por sobre su hombro con el odio irradiando desde sus ojos. En un solo movimiento, apartó a mi hermana y se estremeció con asco.

-¡Nunca dije eso! Lo que te dije fue que prefería tener a este bastardo o a la noviadzilla que ni me hacen caso antes que soportarte un solo día más molestándome, niña castrosa -explicó el abuelo.

-Y eso es más entendible -me reí.

-¿Por cuánto tiempo piensas quedarte? -preguntó papá ignorando a mi abuelo quien intentaba sacarse a Lilith de encima.

-Cuando piensas irte, esa es una mejor pregunta -contestó el abuelo detrás.

-Tengo un vuelo a Washington para el lunes a la mañana, así que pienso quedarme solo el fin de semana -expliqué-. Además, no me perdería el cumpleaños de alguien tan especial...

Ante mi comentario cargado de sarcasmo, el abuelo bufó mientras se cruzaba de brazos.

-Si piensas que por venir a ver como cumplo un año menos de vida voy a darte algo de dinero estas bastante equivocado, bastardo -advirtió el abuelo.

-Mis pequeñas vacaciones coincidieron con ese día oscuro para la sociedad que fue tu nacimiento, no te ilusiones -reproché con una sonrisa triunfante.

No me llamo Cenicienta [Princesas Modernas #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora