No me llamo Cenicienta [Princesas Modernas #1]

54_(Parte 2)

Nos sentamos en los lugares asignados y no tardaron nada en traer nuestra comida. Miré a mi alrededor. La punta de la mesa estaba ocupada por Tyron, los primeros cuatro lugares a los lados estaban ocupados por papá, sus hermanos y Verónica, luego venían Camenbert y Meilin cada uno de cada lado y, por último, veníamos la mujer que no conocía, mamá, mis hermanos y yo.

Era como si los primeros seis asientos fueran una burbuja y los demás luego estuviéramos en otra burbuja totalmente distinta. Se robaron a papá de nuestra burbuja y la pusieron en la suya.

—Hola ma —dije al sentarme a su lado.

—Oh, hola cariño ¿Por qué se tardaron tanto? —preguntó preocupada.

Pensé en todo lo que pasó en la entrada y negué con la cabeza.

—Nada importante —Fue lo único que contesté.

Su acompañante me observaba algo curiosa y yo miré a mamá esperando que nos presentara.

—Ah, cariño, ella es Ava —comenzó mamá.

—Lo siento, pero la última vez que te vi tenías como esta altura —comenzó Ava con una voz dulce y poniendo su mano en el aire para marcar una corta altura de su mano al suelo.

La miré confundida ya que nunca nos habíamos conocido antes cuando mamá rió y habló antes.

—No, esa es Germaine, Ava ella es Nova, mi otra hija —explicó.

—Ah… ya me parecía raro —dijo Ava riéndose.

Me sorprendía a gran escala el que fuera tan dulce y alegre. ¿Qué parentesco tenía con ella? O una pregunta mejor ¿Qué parentesco tenía ella con los Jones?

—Eres hermosa y me encanta tu vestido —comenzó Ava.

—Oh… gracias —dije con una sonrisa y me sorprendí al tomar con la guardia baja su cumplido—. Tú también eres hermosa.

La alagué al notar que su comentario había sido sin malicia alguna. Tenía una sonrisa genuina y amable en su rostro. Y no mentía al decir que era bonita, de tez trigueña, ojos marrones y su cabello castaño caía en ondas por sus hombros.

—Es un gusto, ¿Eres alguna otra prima perdida o algo por el estilo? —me cercioré ya con más confianza.

Ava negó con la cabeza sin quitar la sonrisa de su rostro.

—No, pero vendría a ser alguna extraña especie de tía política —explicó—. Soy la pareja de Breiden.

—Ah…

Y ahí si tuve que ocultar mi genuina sorpresa. ¿Cómo era posible que alguien tan alegre, amable y dulce como Ava estuviera con alguien tan serio, amargado y despectivo como Breiden? He conocido casos del típico “Los opuestos se atraen” pero carajo, ellos eran el ejemplo principal.

La cena comenzó bajo charlas. Tyron, papá y sus hermanos al parecer hablaban de negocios mientras que nosotros solo nos dedicábamos a escuchar. ¿Qué podríamos comentar? Si ni siquiera teníamos la confianza para hacerlo. Mamá hablaba abiertamente con Ava y yo comentaba algo de vez en cuando pero no más de eso. Me sorprendía bastante también como papá ni se achicaba en la conversación, es más, hasta había veces en las que cuando él hablaba sus hermanos lo escuchaban. Sabía demasiado de negocios y no se escondía para nada ni se avergonzaba de dar su opinión.

Por mi parte, decidí mirar alrededor. Además de nuestra mesa, había muchas más esparcidas en el salón mientras una banda tocaba música suave de jazz e iba acorde a las luces cálidas que envolvía el lugar con varias puertas dobles abiertas que daban al parque trasero. Las mesas estaban llenas con otras familias de la élite, hasta pude reconocer a Rochelle y a Liz, quienes me saludaron a lo lejos en una de esas mesas, por lo que supuse que alguno de los demás también estarían.