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Su celular había sonado cuatro veces, sin parar, pero ella estaba decidida a no perder de vista el autobús escolar.

Al cabo de unos diez minutos, ya molesta por el pitido lo sacó de su chaqueta y contestó sin ver el nombre.

— Estoy ocu...

— ¿A que es una dulzura, no?— sonó la alegré voz de Alice del otro lado de la línea.

Clare frunció el ceño confundida por eso, ¿dulzura?...¡Click! Alice sabía de eso, de seguro que habrá tenido una visión de esa niña.

— ¿Sabías de ella?— interrogó al instante con sorpresa— ¿Quién es? ¿Porqué la estoy siguiendo como una psicópata? ¿Ya viste sus rizos? ¡Son hermosos!

— ¡Lo sé! No puedo decírtelo todavía, pero es algo que harás de todos modos— respondió la pequeña Cullen.

— ¿Quién es ella?

— Tu sólo conduce, llegarás en cuatro minutos— fue la simple respuesta que le dió antes de colgar dejando a Clare con miles de dudas.

Lanzó su móvil al asiento de al lado y justo como había dicho Alice en cuatro minutos el autobús había parado en un recinto privado. Era un orfanato, a unos dos kilómetros a las afueras del centro de Forks.

Dudosa se estacionó un poco más alejada mirando como las niñas salían ordenadamente siendo escoltadas por las monjas de vestimentas grises. Se detuvo mirando a las infantes, todas de distintas edades y rasgos. Y entre esas estaba la más pequeña, la niña de cabello rubio fresa con dos coletas.

La miró atentamente, era definitivamente el ser humano más dulce que había visto. Pero algo no andaba bien, esa aura de melancolía la rodeaba con fuerza a la pequeña, estaba callada y ligeramente apartada de las otras niñas.

Clare vio como todas entraban en el orfanato de estilo gótico, era como ver un castillo viejo y polvoriento.

— ¿Qué se supone que deba hacer?— se preguntó a ella misma y como si su don le respondiera sintió esa extraña atracción de dirigirse hacía el orfanato.

Miró el reloj en el tablero y este marcaba las 19:40, ya era demasiado tarde. Soltó un suspiró y volvió su vista al lugar, notando un cartel con información.

Visitas de 9a.m. a 7p.m.
Se aceptan donaciones.
Fono: 128-990-245
"Dios es mi pastor".

— De acuerdo— suspiró suavemente dándole la vuelta al vehículo rápidamente, si había una persona que tuviera respuestas sin duda era Alice.

Aceleró a fondo caminó a la casa de los Cullen, ansiosa y a la vez decepcionada de no haber podido ver a la niña de más de cerca. Pero su imagen había sido grabada en su mente permanentemente.

[PAUSADA] B R E A T H-Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora