[PAUSADA] B R E A T H-Jasper Hale

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Aviso: Capítulo extra-largo
¡Especial cuarentena!

— Está pelota debe ser tuya— habló el moreno alzando la pelota de béisbol con una pequeña sonrisa. La lanzó hacía el mayor de los Cullen quién con agilidad la atrapó en el aire.

— Gracias— dijo Carlisle con cortesía.

Clare los examinó con más atención, estaban descalzos y sus ojos eran de un inquietante rojo oscuro. Apartó la mirada en cuanto la mujer la miró a ella, quién sonrió con burla al ver la timidez de la chica.

— Me llamó Laurent, ellos son Victoria y James.

— Soy Carlisle; está es mi familia— dijo haciendo una ademán hacía los que estaban a su lado.

— Hola— saludó de forma amistosa el moreno mirando a todos.

— Sus actividades de cacería nos están causando dificultades.

— Les pedimos disculpas, no sabíamos que este territorio pertenecía a su familia.

— Si, bueno, nuestra residencia permanente se encuentra muy cerca.

La castaña rojiza podía ver como el rubio de vez en cuando olfateaba el aire cerrando sus ojos. Cerró sus ojos al sentir una punzada en su pecho, estaba nerviosa pero tenía que calmarse. De pronto una ola llena de paz le recorrió el cuerpo, Jasper le dio un sutil apretón sin apartar la mirada de los desconocidos.

— ¿En serio? Bueno, ya no les causaremos problemas, sólo pasábamos por aquí.

— Los humanos nos rastreaban pero los guiamos al este, ustedes estarán a salvo— habló la pelirroja dándole una pequeña sonrisa al final a todo el clan Olímpico.

— Excelente.

Carlisle hizo un intento de sonrisa, pero Clare podía ver que no estaba cómodo con la presencia de esos vampiros.

— Entonces, ¿no les gustaría tener tres jugadores más— ahí fue cuando el líder de los Cullen quedó más serio mirando a Laurent completamente desconfiado— Oh, vamos. Sólo una vez más— ánimo con su sonrisa amistosa el moreno.

— Seguro, ¿porqué no? Algunos ya se iban, pueden tomar su lugar— dijo dándoles una sonrisa— Bateamos primero— añadió para lanzar la pelota la cuál fue atrapada al instante por la pelirroja.

— Mi especialidad son las bolas curvas— su voz era tan ligera como el viento, pero a la vez seductora y firme.

— Bueno, creó que podemos con eso— dijo Zachary dándole una mirada a Emmett con quienes chocaron ligeramente los hombros divertidos por la vampira. Algunos soltaron risas y otros seguían con su mirada seria, cómo Edward y Jasper.