[PAUSADA] B R E A T H-Jasper Hale

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Jacob aparcó su motocicleta con urgencia bajando y apagando el motor de esta. Se dirigió a la entrada de la gran casa del clan de vampiros, su nariz ardió al percibir la esencia de la especie en el aire.

Nisiquiera tocó cuando Carlisle ya estaba abriendo la puerta de entrada, ingreso con el mentón en alto escudriñando el interior.

—¿Es verdad?

—Hola, Jacob, ¿comó estás?— dijo con cierta ironía el hombre rubio.

Jacob soltó un bufido, quería respuestas de porque Charlie había ido a su casa contando que Bella ya había llegado esa mañana y que sonaba enferma. Era raro y lo ponía nervioso el que hubieran tantos secretos.

—Escucha, dime la verdad...

—Jake, ¿eres tú?

Sus ojos brillaron mirando a las escaleras que daban al piso de arriba de donde provenía esa voz que reconocería en cualquier parte.

—¿Está aquí?— miró otra vez al patriarca del clan.

—Llegaron hace dos semanas ¡Jake!

El de piel cobriza sin esperar otro segundo se dirigió a las escaleras ansioso de ver a Bella. Al llegar a la segunda planta pudo ver a los demás miembros del clan, notó como todos estabas con caras serias, pero sobretodo el ambiente de mala muerte que logró desconcertarlo. Notó que detrás de la rubia había un cuerpo hecho ovillo, sin duda era Bella.

Se le hizo extraño, pensaba que a este tiempo ella ya debería ser una vampira tras oír las mil y una excusas que ponía para no ver a Charlie. Sin embargo, podía oír su corazón latiendo, más débil. Y su esencia se olía distorsiónada, frunció el ceño. Algo raro estaba pasando aquí.

Miró a Clare sentada en el suelo delante del sofá que la rubia cubría, esta le sonreía con timidez bajando su mirada a sus manos. Al igual que todos, ella parecía igual de nerviosa que los demás.

—Me alegra que vinieras— escuchó la voz de Bella, pero...no era la misma. Se oía rasposa, desgastada. Cansada.

Avanzó tratando de evadir a la rubia quién se movió bloqueandole el paso.

—Hasta ahí.

—¿Cuál es tu problema?— soltó ya harto de la actitud arisca, bueno, siempre era así y no le sorprendía. Pero ahora lo estaba siendo más.

—Rose, está bien— interrumpió Bella el tenso momento que se había creado entre Rosalie y Jacob.

Después de unos segundos la vampira se hizo a un lado dejando a la vista a una pálida Bella. El lobuno se sentó en frente de esta en la mesa de centro.

Sus ojos café oscuros repararon con más atención en el cuerpo de la humana, vio como el hueso de su cara estaba contra su piel, casi como si amenazara en romperse. Y esas oscuras ojeras debajo de sus ojos, esta no era la imagen de la Bella que recordaba en la noche de boda.