Sebastian Stan One Shots

Cuddles

Advertencia:

Contenido sexual: No.

Consumo de drogas/alcohol: No

Violencia: No.

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Los rayos del sol atravesaban el ventanal de la sala. Un calor reconfortante prevalecía en el lugar y las olas que al fondo se escuchaban reventar solo hacían que el ambiente fuera más surreal.

Un disco viejo de Sin Bandera sonaba de fondo en el apartamento espacioso y tú te movías de un lado a otro siguiendo la melodía. La calma que sentías era sin duda alguna algo que querías tener siempre.

Te paraste frente a la gran ventana que daba a la playa, deleitandote con el atardecer y con las personas que se encontraban paseando por ahí. Unos brazos rodearon tus caderas y sonreiste, sintiendo el mentón del mayor descansar en tu cabeza. Dejaste el peso de tu cuerpo reposar en el suyo, gustandote de más cómo encajaban tan bien.

Sin decir nada se quedaron así un rato, sus cuerpos tambaleándose siguiendo la música de fondo y tenías una pelea interna entre si cerrar los ojos y sentir más el momento o dejarlos abiertos, apreciando el atardecer que pareciera estuviese solo avanzando por ustedes.

Escuchaste a Sebastian murmurar un par de palabras, queriendo seguir la letra de la canción que ahora sonaba. Reíste por lo bajo, sabiendo que su español no era para nada bueno. Antes de que pudieras hacer algo sus rostros se encontraban frente a frente, él todavía con sus manos en tu cintura, sujetandote cerca.

— No te burles.— Reíste un poco más y el hizo un puchero, reprochandote.— Podría cantar y entender la canción si te dignaras a enseñarme español.— Está vez sonreiste, teniendo en cuenta que lindos se veían sus ojos siendo iluminados por el sol de la tarde.

— Si no fueras tan testarudo para aprender, quizás.— Subió las cejas, haciendo como si estuviera molestamente sorprendido. Luego sonrió, acercadose lentamente para rozar tus labios y  besarte.

Por algún motivo te sentías cansada. Talvez era el hecho de que habían pasado toda la mañana en la playa. Así que luego de estar un momento más juntos, cuando él tuvo que atender un llamada, te fuiste al sillón, encendiendo el aire y poniéndote un suéter de Stan.

Luego de un rato él llegó, con un pantalón de pijama y sin camisa, dejando tus ojos recorrer una parte de su cuerpo definido. Con cuidado se acostó a tu lado, acomodandalos a ambos en el amplio sofá para que quedaras recostada en su torso, entre sus piernas. Su manos se colaron entre tú blusa y las dejó ahí, haciendo pequeñas caricias. La televisión estaba encendida, por lo que ustedes solo se concentraron en terminar de ver la película que pasaban.

Se encontraban en el segundo capítulo de una serie que comenzaron esa misma tarde. Ya era de noche cuando te diste cuenta de cómo estaban ahora. Sus roles habían cambiado y ahora el descansaba sobre tu barriga mientras tú masajeabas con cariño su cabello. Notaste cómo se movió despacio, acomodándose y cuando pudiste ver mejor su rostro, sus ojos estaban cerrados, haciendo que sus pestañas se vieran más largas y tupidas. La boca la tenía entre abierta, causando que sus labios se vieran más suaves. Sonreiste y te lo más que pudiste para darle un pequeño beso e intentar despertarlo.

Sus ojos se abrieron poco a poco. Por alguna razón ese día los tenía más claros y bonitos. Esta vez sonrió él, sabiendo que se había dormido.— Hora de dormir, amor.— Asintió como un niño chiquito, haciendo que tu corazón sé encogiera de amor. Se levantó y mientras tú acomodabas un poco todo, se quedó ahí parado, medio dormido, esperándote.

Una vez terminaste extendió su mano y tú la tomaste para que luego los guiaras a la habitación. Una vez allí él se derribó encima de la cama. Reíste un poco e hicistes lo mismo, acomodando las sábanas. Sentiste como sus manos volvían a acerca tu cuerpo y luego un beso cálido en tu cuello. Sonreiste.

— Buenas noches, linda.

— Buenas noches, feo.— Sentiste como sonrió y te acercó aún más, acariciando tu piel.

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Lot of love.
TDG.