Mía

7K 297 40
                                    

Advertencia:

Contenido sexual: Si [10%]

Consumo de drogas/alcohol: No

Violencia: No.

_________________________________

- No me interesas.- Aunque sentía que por dentro iba a derrumbarme ahí mismo, mis palabras sonaron firmes.

- ¿En serio?- Su voz gruesa sonaba más ronca de lo normal, pude jurar haber muerto.

- Si. Ya no me interesas.- Odiaba cada una de las palabras que salían de mi boca, porque odiaba mentir.

- ¿Ya? - Resopló y me miró. Era la misma mirada que tuvo cuando antes de todos estos problemas, me había visto en los brazos de mi mejor amigo. Yo asentí, deseando que todo acabara.- ¿Qué te hizo cambiar tan rápido de opinión?- Su sarcasmo se sintió como puñaladas a mi corazón y su ceja levantada como un puñetazo.

Joder, se veía tan bien así.

Su cabello estaba ligeramente despeinado, su barba ya se notaba y todos los músculos de su mandíbula estaban tensos. Ni hablar de cómo estaba vestido.

- No eres lo que quiero, Stan.- Lo que quería era correr, salir de allí y nunca más volver. Me estaba matando por dentro.

Noté como tensó aún más su mandíbula y de pronto, aquella venas que habían sido mi perdición días atrás, se hicieron notorias en su cuello. Sin previo aviso sé acercó a mi peligrosamente hasta estar a tan solo pasos.

- ¿Y quién es? ¿Él?- Hizo un movimiento con la barbilla a las puerta que deba al lugar donde antes nos encontrábamos, con todos los demás, en el inmenso salón.- ¿Quieres que crea que eso fue un beso? - Él estaba cada vez más cerca y tuve que retroceder unos pasos para evitar caer nuevamente.

- A mi me gustó ese beso.- Se quedó en silencio por un momento y después asintió con una sonrisa amarga en sus labios.

Volví a admirar sus facciones. Le quedaba demasiado bien ese corte y amaba las manchas blancas que ahora aparecían en su barba. Amaba su nariz tan perfecta, sus cejas tupidas y las pecas que le había contado aquella mañana cuando lo conocí. Fui directo a sus labios, los cuales más de una vez me habían robado suspiros. No pasé por sus ojos, tenía miedo de que si me veía directamente, se diera cuenta que estaba a nada de colapsar.

- Entonces mírame.- Lo detestaba.

Su voz había sonado increíblemente grave, demandante y seguía caminando hacía mi. Yo, por inercia, volví a retroceder, buscando una salida, pero lo único que encontré fue un pequeño impacto de mí espalda con una superficie lisa.- Mírame y dime que te gustó ese beso.- Mi corazón comenzó a latir más rápido. Como pude llegué hasta la puerta y cuando la estaba abriendo, todavía mirándolo, una mano, un poco por encima de mi cabeza, la cerró de golpe. - Dime que no deseaste que esos fueran mis labios...- Cuando su aliento caliente chocó contra la piel de mi oreja, un cosquilleo recorrió todo mi cuerpo.- Y que ese no fuera uno de mis besos.-

Sus brazos estaban a cada lado de mi cabeza acorralandome contra la puerta. Podía sentir su olor por la cercanía y no sabía si mis piernas soportarían. Su cabeza se encontraba un poco agachada por la diferencia de altura y la poca luz que iluminaba el lugar no favorecía a la situación.

- Mírame.- Ordenó con voz firme y ronca. No podía, no debía subir mi mirada. Al notar que no lo haría acercó más su rostro al mío hasta estar a tan solo centímetros del otro. Mi labio inferior temblaba y sentía mi cuerpo arder.- Mírame.- Mis manos sudaban y un corrientazo volvió a recorrererme. Subí la mirada lentamente y me arrepentí cuando noté el azul profundo de sus ojos. Pude distinguir una pequeña sonrisa pícara de su parte.- Dime que no querías que ese fuera yo.- Deslizó su lengua por su labio inferior y podía jurar que en cada milímetro que recorrió, me había perdido.- Que ya no quieres sentir lo que yo te hago sentir.- Se acercó aún más, tanto que sus labios rozaban ligeramente los míos.

- ¿Qué te hace pensar que no siento eso estando con él?- Sabía que estaba matando el momento, pero era necesario. Aunque, a decir verdad, no sé de dónde había salido mi coraje para hablar.

Seguí cada expresión y movimiento de su rostro. Cerró los ojos y sonrió. No entendí de que se reía, realmente no lo entendía a él. No entendía porqué nos encontrábamos en esta situación.

- Talvez el hecho que él no consigue que tus piernas tiemblen.- Sólo sentí su voz gruesa erizar cada espacio de mi ser. Se había movido sin que lo notara hasta estar susurrando en mi oído.- O talvez, que él no sabe como suenan tus gemidos y mi nombre en tus labios.- Mis sentidos se activaron aún más cuando mordió ligeramente el lóbulo de mi oreja.- O, la idea de que él no puede comerte como yo lo hago.- Pude sentir su sonrisa así no la estuviera viendo.

Volvió a estar frente a frente conmigo. Inclinó un poco su cabeza y se acercó hasta volver a rozar mis labios.

- Tu escoges.- Iba a decir algo cuando mordió mi labio inferior y lo estiró un poco. No pude detenerlo. Volvió a sonreír mientras apretaba los músculos de la mandíbula.- Quizás, el hecho de que él no sabe lo que es sentir tu mirada desnudandolo, o contando sus lunares, repasando cada parte de su cuerpo, imaginando como sería besar y morder.- Estaba hablando sobre mis labios, nuestras respiraciones se habían unificado.- Puedes decir todo lo que quieras. Que lo quieres a él, que lo prefieres a él y que él te hace sentir algo.- Bajó lentamente a mi cuello.- Pero sabes que lo que realmente deseas, es poder besarme. Y que te haga mía en este momento.- Y depósito un beso en el lugar donde antes estaba hablando.

_______________________________________

Después de años de no publicar, aquí les traigo otro. Espero que les guste, comenten y voten.

[Sé que es corto pero, prometo intentar publicar más seguido]

Much love.
TDG.

Sebastian Stan One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora