CAPÍTULO VEINTIUNO

614 109 74
                                    

Solo después de dar por terminada la reflexión, Alexander se levantó y subió su mirada, encontrándose sorpresivamente con la de su amigo.

—¡Por Dios! ¡¿Cuánto tiempo llevas parado ahí?! —preguntó sobresaltado agarrando la cruz que llevaba al cuello.

—¿Sigues diciendo esas frases en vez de la que te enseñé con tanto cariño? —dijo el otro a modo de saludo, mirando con cierto desagrado la forma en la que el cura se aferraba al pedazo de madera mal tallado.

—Eso no responde mi pregunta... —probablemente el hombre no quería admitir que había olvidado la frase, y se avergonzaba de haberlo querido llamar momentos antes.

—Llevo aquí lo suficiente como para quedar asqueado de tanta autocompasión —le contestó el ser con ironía.

"¿Qué? Espera, pero yo no he dicho nada en voz alta ¡¿acaso todo este tiempo él ha sido capaz de escuchar mis pensamientos?!". Se preguntó el cura.

—¿Por qué esa cara? ¿Creíste que estaba hablando de ti? Me refiero a tu pololo* ese que está medio llorando en el patio ¿no crees que deberías ir a verle? —prosiguió el Diablo pensando "Casi se da cuenta de que siempre escucho todo lo que está en su mente, debo tener más cuidado".

Alexander se ruborizó y con cierta molestia contestó sin negar nada —Puede que esté así por una de las bromas que le hice...

—No lo creo, más bien pienso que el culpable esta vez soy yo — en ese momento Luci pudo ver como la expresión de su amigo cambiaba para mal —. Verás, el otro día le dije algo que quizás no debía.

—Supongo, mi estimado que usted no ha sido tan estúpido como para decirle que es el Diablo o algo así ¿no? ¿Qué cosa tan mala podrías haberle dicho? —Acotó el cura con esa risa nerviosa de quien sabe la respuesta a lo que pregunta, mas prefiere creer que la ignora

—¡Pero te juro que no le dije que tú sabías que lo soy!

En ese momento Alexander sintió una molestia extraña, algún tipo perturbado de preocupación, quizás de miedo y no pudo controlar sus palabras. —¿Lo has visto? ¿Él estaba mal por eso? ¿Le causaste daño por gusto?

—No entiendo cuál pregunta quieres que responda.

—¡No quiero que respondas nada! ¡¿No te has dado cuenta de lo que hiciste?! ¡¿Es que realmente no eres capaz de entender nada de los humanos?! ¡Le dijiste a un tipo que vive por la religión, a un hombre que lucha día a día por borrar una parte de sí mismo, que eres el Diablo! ¡¿Por qué no mejor vas y le dices que te lo llevas al infierno por existir y lo fuerzas al suicidio?! —Alexander tomó un poco de aire para tratar de no sonar alterado —. Mira, que yo no tenga problemas en vivir como si estuviera muerto, no quiere decir que los demás también puedan o quieran hacerlo. Miguel, él es una persona frágil...sé que la mayor parte del tiempo soy un exagerado, pero hasta yo puedo darme cuenta de ciertas cosas si me lo propongo, y puedo ver que su mente está incluso peor que la mía...si él por una de tus bromas termina haciéndose daño, ¿qué debería hacer?

Alexander no se dio cuenta, pero mientras hablaba se había colocado justo en frente del espejo, que ahora lo reflejaba a la perfección como una sola imagen, como uno solo que actuaba, como uno solo que pensaba.

—¿Recuerdas con quién estás hablando? Llevo bastante más tiempo que tú rodeado de humanos, rodeado de arrepentimientos, odio y locura; yo sé hasta dónde llegar. —Luci por primera vez en mucho tiempo parecía hablar en serio, él nunca en otras circunstancias había sacado a relucir sus años de existencia al hablar con el cura.

Alexander sintió algo de miedo al notar su seriedad, pero un recuerdo lejano de su primer encuentro lo tranquilizó, "Estaba listo ese día, si quiero puedo estarlo ahora".

CONFIESO QUE NO CREO [COMPLETA]Where stories live. Discover now