CONFIESO QUE NO CREO [COMPLETA]

CAPÍTULO OCHO

"Sí, estoy extremadamente feliz de que me recuerdes lo retorcido que soy, y que me traigas a un fanático religioso para que me quede gustando, digo ¿qué es lo peor que podría pasar? ¿Que me quemen vivo? ¿Que me echen de la iglesia? ¿O que termine preso, con esta cara? Ah cierto, lo peor que me podría pasar es que me mate a golpes con la biblia debajo del altar, a ver si me arrepiento mientras agonizo y así llege al cielo con gusto por las mujeres...definitivamente ese sería el escenario más malo que me puedo imaginar por el momento, y de ocurrir...¡Sería tu culpa imbécil! ¡¿Y aún así dices ser mi amigo?!". Pensó Alexander, pero no lo dijo.

El sacerdote en lugar de hablar y decir lo que había pensado hacía unos segundos, tomó el camino que cualquier persona molesta que no halla dentro de su mente y corazón las palabras adecuadas para expresar correctamente lo que siente toma, golpear a su interlocutor.

—¡¿Qué te pasa?! ¡Te he hecho un regalo! ¡¿Por qué no estás feliz?! —Le gritó el Diablo.

—¡Oh, claro que estoy feliz! ¡Detesto que me regales cosas! ¿¡Y qué clase de loco ofrece un ser humano como regalo?! ¡Estamos en 1933 y la esclavitud fue legalmente prohibida en 1823! —contestó Alexander, sin saber muy bien hacia dónde se había fugado la conversación.

—¡Claro que sé cuando se prohibió, yo estuve ahí! ¡¿Quién crees que le dio la idea a José Miguel Infante*?! ¡¿Y qué clase de imagen se ha formado en tu cabeza que has relacionado una cita a ciegas con esclavitud?!

—Espera ¿estuviste con José Miguel Infante durante la promulgación de la ley para la abolición de la esclavitud? Eso es algo bueno y tú eres el Diablo, ¿por qué hiciste una cosa tan amable? —Cuestionó el cura sorprendido de su benevolencia y por sobretodo, tratando de ignorar la última pregunta.

—Porque luego de eso muchos empresarios esclavistas se suicidaron, no tienes idea de cuántas almas junté en un solo año gracias eso, fue una muy buena decisión...un segundo, ¿¡Me estás cambiando el tema?! —Solo Alexander, que ya tenía mucha confianza en la amistad que había forjado durante cinco años con el que llamaba "Luci", podría haberse atrevido a tratar de engañar al Diablo...

Sería capaz de pasar las quinientas páginas si me pidieran que escribiera los rumbos que tomó esa discusión durante la noche, y créanme que les hago un favor al omitir información, hay cosas que se hablaron esa tarde que todos vivimos mejor sin conocer. Lo que sí puedo decirles es que en algún punto se abrió una botella de vino tinto y luego de una cantidad imprecisa de tiempo, Alexander terminó siendo de nuevo el mejor amigo del Diablo.

Ya habiendo pasado por todos los estados de ánimo que es posible encontrar en una persona, cuando ya estaba muy cerca el amanecer, el cura terminó escribiendo su diario, destacando entre todo el corto poema casi premonitorio que fue mostrado hace ya dos capítulos atrás.

Si esto fuera un texto lógico que necesita avanzar, probablemente escribiría que a la mañana siguiente el temporal se había calmado y Miguel podría haber ido tranquilamente a casa, pero no. El pobre durmió pegado al brasero, sin poder acostumbrarse del todo al clima, para despertar aún escuchando una lluvia con granizo que no parecía querer detenerse. Recordemos que el religioso era un recién llegado en el sur, él provenía de la zona campesina del centro de Chile, más específicamente de un área rural que hasta el día de hoy lleva por nombre Peñaflor, un pueblo extraño por decir lo menos que cuenta con siete entradas y salidas, una de ella conocida como "El camino del Diablo".

Me gustaría decir que es un lugar famoso por sus leyendas, pero no lo es y solo algunos de los que viven allí conocen las historias que alberga. Curiosamente todas y cada una de sus leyendas siempre hablan de la presencia del innombrable en las calles, representado muchas veces como uno más de lo habitantes, y es que en efecto era uno de los sitios favoritos de Luci para hacer pactos con personas desesperadas...

Miguel durmió muy poco debido al frío, pero eso no fue impedimento para levantarse antes del amanecer, rezar 15 veces y rogar por el perdón divino.

"Otra vez he vuelto a pecar, le ruego padre que me perdone...he soñado una vez más con vengarme en lugar de perdonar, ruego me disculpe padre, hoy rezaré más y no odiaré, de hacerlo pagaré con un castigo físico, pero por favor padre no condene mi alma...". Decía el religioso en su mente durante su oración matutina. "Por favor padre, cuide a esos niños no permita que mueran antes de descubrir la fe que naturalmente le tendrán, por favor le ruego que les proteja en el lugar en el que estén, hasta que les encuentre, aún no me he rendido...".

Mientras el cristiano rezaba, Alexander dormía y soñaba con ver a su familia, el anhelo que tenía más reprimido dentro de su corazón y el Diablo les escuchaba a ambos en secreto, ¿qué clase de ser sobrenatural sería si no pudiese escuchar los deseos y plegarias de los humanos?

-Me es sorprendente que Sánchez no haya cambiado nada, ¿cómo es qué sigue creyendo que Dios le escucha cuando ya no le pertenece su alma? Creo que me excedí con las bromas que le hice...espero que Alexander le pueda ayudar. Estoy cansado de lo frágiles que llegan a ser los humanos, el límite entre la cordura y la locura se quiebra con muy poca dificultad... —Dijo el Diablo sin esperar que nadie le escuchara, mientras se colocaba la sotana para comenzar un nuevo día fingiendo humanidad.