Pues no mi ciela.

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No se en que momento terminamos en esta situación tan incomoda, Sakura y Shikamaru en mi casa.

La poderosísima y tóxica estaba aquí son decir nada, totalmente sonrojada, y bueno al parecer mi Adonis se veía molesto. Y para colmo yo estaba en medio de aquellos dos.

Jesús si existes, matáme.

Ok, cabe resaltar que aquello no lo veía venir, para nada y absolutamente no. Hasta donde yo sabía y creó que todo el mundo lo sabía, Sakura aventaría la casa por la ventana por el Uchiha, pero ahora resulta que no.

Sin importar de donde lo viera, esto se veía falso, empiezo a creer que la confesión hecha de Sakura a Naruto para que deje de perseguir a Sasuke, pues lo esta aplicando ahora.

Al parecer nadie en la habitación diría algo, ya que pareciera que el ambiente se quebraría, y terminaríamos todos muy...

Sin más solté un suspiro ahogado, observe de nueva cuenta aquel sobre y lo deje en la mesa, moviéndolo hacia donde estaba la pelirosa.

Tal vez estaba decepcionada de que Naru no quedará con Sakura, una poderosísima Diosa, no con la inútil ama de casa.

Pero, digo ahora tengo la oportunidad de crear el rumbo de la historia, pero justo por esa razón es que no iba a dejar que ninguna chica tuviera una vida con el rubio. En cuanto a los chicos, le daría chance a todos.

Sonreí para mis adentros. La decisión la había tomado, y no iba a retroceder, aquello sería faltar a la moral del rubio que es una verdadera alegría para esta aldea.

—Lo siento Sakura_Chan, pero estoy interesado en alguien más. A demás, ¿no le molestara esto a Sasuke?— Sonreí amablemente mientras le acercaba la carta y la dejaba frente a ella.

Ella parecía sorprendida, algo decepcionada y ¿Triste? Bueno, en mi defensa cuando eres Sakura chikita ni a Dios le caes bien. Ya grande caes mejor, pero ahora no. Nos quedamos un buen rato en aquel silencio muy incomodo, por un buen rato diría yo.

Luego de varios minutos, Sakura se levantó de su lugar con una sonrisa, hizo una reverencia y se fue, suspire pesadamente, respirando por fin, al parecer esto seria más complicado de lo que pensé. Mire hacía la mesa y ahí estaba aquella carta, sonreí un poco al notar las acciones de la pelirosa, al parecer no es tan odiosa como se muestra.

Gracias Sakura.

Mire hacia mi derecha, donde se encontraba Shikamaru con los ojos totalmente cerrados, toque su mejilla con mi dedo índice, provocando que abriera los ojos. El silencio ya no era tan incomodo el ambiente se había vuelto ligero. Y fue ahí donde creí desfallecer, el castaño me miraba directamente a los ojos con una sonrisa juguetona. Y yo bueno he de parecer tomate.

¿Recuerdan que los momentos mágicos de miradas no existían? Bueno, en momentos así les digo que estaba equivocada, muy equivocada.

Shikamaru me veía fijamente, y nuestras miradas conectaron de una manera muy especial que hizo que me olvidara de mi al rededor solo para enfocarme en sus ojos de color café. El se acercaba y yo permanecía estática, no me besaría por supuesto que no, conozco este tipo de escenas.

Su rostro estaba cada vez más cerca del mio y yo ya estaba teniendo una crisis.

¡Me va a besar!.

Solo faltaban unos centímetros, era casi nula la distancia, cuando alguien volvió a llamar a la puerta. El castaño cerró los ojos derrotado y se alejo.

Pues no mi ciela.

Repetía aquella frase en mi cabeza luego de creer que mi Adonis me quisiera besar. Estaba por pararme cuando recordé algo, algo muy importante, no es posible.

Corrí lo más rápido posible a la cocina y ahí estaba mi clon, sirviendo la comida. Suspire pesadamente y me gire. Ya iba a la sala cuando otro golpe en la puerta se hizo presente, me di un golpe mental por olvidar aquello y me dirigí a la puerta, al abrirlo pude ver al culo de pato, al parecer fastidiado.

—Kakashi_Sensei quiere vernos— Dijo y dio media vuelta.

Yo cerré la puerta, y me dirigí a la sala donde estaba Shikamaru viéndome un tanto incrédulo, le sonreí como pude.

—La comida ya esta, como y después iré con Kakashi y los demás, al parecer quiere decirnos algo— Hable con simpleza.

El se levanto del sillón y suspiro con pesadez, camino hacia mi y puso su mano derecha en mi hombro izquierdo.

—Quiero saber que tan bien cocinas Naruto— Unas palmadas y me dejo ahí, como pendeja.

Ahora me preguntaba si este Shikamaru era real, digo antes todo se le hacia tan problemático, pero ahora venir a mi casa y estar aquí le sentaba de maravilla.

Comimos en silencio, unas cuantas miradas coquetas y ya, no había mucho que hacer, luego me aliste con ropa normal, mi porta Kunais y ya, no le daría muchas vueltas al asunto.

Me despedí del castaño y salí de mi casa. Caminaba a paso lento, no llevaba prisa o algo por el estilo. Pero el ambiente era tenso, sentía la mirada de todos los aldeanos en mi, y eso era abrumador, no me agradaba para nada. Todos me observaban meticulosamente, esperando me cayera o algo por el estilo, y aquello no me agradaba.

Solte un suspiro pesado, acelere un poco el paso, el ambiente era muy pesado, demasiado diría yo. No pude siquiera pensarlo, ya me encontraba en aquel habitual lugar. El Sol estaba por ocultarse, el atardecer estaba tan latente que las tonalidades de color rojo y naranja le jugaban un gran espectáculo visual.

Al llegar al puente solo pude distinguir a dos personas, al parecer aún no llegaba el pervertido del maestro. Me acerque a donde estaban el culo de pato y la tóxica me acerque a la chica y le sonreí amablemente trate de mantener distancia, porque estar con ella a cierta distancia era mejor para no volver el ambiente tan tenso.

Pasaron varios minutos más y la noche ya se veía venir, estaba empezando a molestarme el silencio. Soltero un suspiro.

—Oye Saku...— Y antes de poder terminar una bomba de humo apareció frente a nosotros.

Genial.

No entiendo como es que logra aparecer en momentos como estos, digo es muy tétrico.

—Lamento la demora, en fin, los convoque aquí por un cambio de planes— Nos miraba serio esto empezaba a dar miedo— Recordarán la noche muy lejana charla con el Hokage— Los tres asentimos con la cabeza— Resulta que aquello se pospondrá, ahora realizaremos los exámenes chunnin.

Su voz era tranquila, ok, para empezar no entendía nada, digo era estúpido cambiar de planes tan precipitadamente, algo no encajaba. Fruncí mi ceño con obvia confusión y al parecer el prodigio de sus días lo noto, tal vez no debería de ser tan desconfiada, pero esto me intrigaba demasiado.

—¿Tienen alguna duda?— Los tres negamos, no estaba del todo convencido peto diría que si— Bien, este examen debe de hecho en equipo, si uno de ustedes se niega a hacerlo ninguno de ustedes presentará el examen hasta el próximo año, tienen hasta mañana para darme su respuesta, a esta misma hora— Tras ello desapareció en una bomba de humo.

—Así que los exámenes chunnin— La voz del pelinegro se escuchó tras un corto periodo de silencio.

—Saku, deberías de pensarlo bien, la vida es larga de cualquier forma— Le sonreí de forma tranquila, di media vuelta dispuesta a irme— No te presiones... De verás.

Y tras aquello me fui, no pensaba presionar a nadie, pero tenía ansias de participar, después de todo esta es la etapa en la que le parto el ego a Kiba y a Neji, a demás el mapache pelirrojo aparece luego de mucho tiempo.

El regreso a mi departamento fue igual que el camino para ir al punto de reunión, lleno de miradas y cuchicheos, esto era cada vez más molesto. Camine un buen tramo hasta llegar al punto en el que decía.

Barrio Rojo.

Me adentre en aquel lugar, después de todo no me quedaba de otra, este era el camino más corto sin tener que rodear la aldea, era el más corto, pero también el más peligroso.

Estúpida democracia.

¡No Soy Él!Where stories live. Discover now