Mátenme

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Abrí los ojos lentamente, el dolor palpitante en mi cabeza había disminuido luego de la larga siesta que había tomado, pero aún había otros síntomas de la resaca del día anterior, aún así me reincorpore lentamente en la cama, tratando de no moverme demasiado y hacer que mi cabeza diera vueltas por un buen rato. Estuve sentada en la orilla de la cama por un buen rato, mirando a la nada, recordando que, mañana tendría un examen y por lo tanto hoy tendía que ir al bar a ver como son las cosas e integrarme un poco en esa vida, aunque haya decidido dejarla atrás en el pasado, cuando estaba, bueno, en mi mundo. Lentamente me levanté de la cama, estaba bastante agotada pese a haber dormido gran parte del día, por no decir que todo, y me dirigí al baño, necesitaba un baño, era lógico que apestaba a alcohol, bebí toda la noche y llegué a dormir a casa, es algo molesto ahora que lo pienso.

Tras darme una larga ducha me cambie, decidí ponerme lo primero que vi, literal, lo cual era una camisa de manga corta y gorra sin botones, por lo que iba abierta dejando al descubierto mi pecho de color naranja y un short de color caqui que me llegaba arriba de la rodilla. Antes de salir tome un poco de agua y observe el lugar detenidamente, dándome cuenta de lo maltratadas que estaban las paredes del lugar, solté un suspiro agobiado, el realmente vivía muy mal. Me dirigí a la salida del lugar calzando las usuales sandalias de color azul cielo, hice una mueca, tal vez debería de comprar unas de color negro y cambiar mi estilo. Lleve una mano a mi oído derecho, donde estaba el arete que había colocado hacía  ya un tiempo y solo pude soltar un suspiro ahogado, ¿por qué tomaba decisiones como esas? Este no era mi cuerpo y en algún momento volvería a ser el de Naruto, siendo el al cien por cierto. Aunque aún recordaba mi platica con Kurama, sobre el rubio y no pude hacer nada más que atormentarme, siendo sincera no sabría que pasaría, me estaba quedando sin ideas para poder solucionar aquel problema. Y nuevamente suspire, tras colocarme las sandalias me levante del suelo y salí de casa. Pese a que mi rumbo era cierto, yo sentía que caminaba en círculos porque todo se veía tan igual, todo se veía tan parecido.

Mientras caminaba al bar pude ver un puesto de dangos, revisé si traía dinero en mi bolsillos, y vaya fue la suerte al ver que así era, me acerque con una mirada seria al establecimiento y salude cortés mente, sin embargo el servicio al cliente no fue de la misma manera, puedo decir que quede muy decepcionada, chasquee la lengua y di media vuelta, no tenía el animo para ver las malas caras que la gene ponía, antes de poder seguir mi camino hacía el bar una voz extrañamente conocida me detuvo, gire la cabeza en la dirección proveniente de aquella voz y pude ver a Shino y Shikamaru parados hay, con un aire molesto y preocupado. Bufé y solo seguí con mi camino, tenía que hacer las cosas lo más rápido posible. Pese a que mi paso se volvió considerablemente lento y se veía cansado no deje de caminar, pesé a eso podía sentir las pisadas de Shino y Shikamaru detrás mío, hice una mueca de molestia, pero no tenía ganas ni fuerzas para enfrentar les.

Una vez frente a la tienda, la cual íbamos a atracar y razón por la cual termine en vuelta esto, vaya mierda ¿Verdad? Mire a ambos castaños que estaban detrás mío, mi orden fue clara, se quedarían afuera hasta que yo saliera de aquel lugar, mire nuevamente la tienda, un minimercado que estaba abierto las veinticuatro horas del día, si lo hubiera sabido antes, tal vez hubiera venido en la mañana o más tarde, mire a ambos lados, viendo a unos cuantos tipos observando todo no viento mio, suspire nuevamente y entre a la tienda, empujando la puerta hacia adentro. Al entrar pude ver al mismo empleado de ayer, quien al verme se acercó a mi de manera apresurada y con miedo, yo solo alce una ceja y lo mire con indiferencia, mire el lugar y pude ver que la tienda estaba vacía, no había nadie allí. Me acerque a uno de los estantes y tone un paquete de cigarrillos, al Diablo los pulmones de este cuerpo, sacudí la caja frente al chico y se acercó al mostrador entregándome un encendedor, al girar para ver el exterior del vidrio, dos miradas de decepción se posaron en mí, volví q ver la caja de cigarrillos, y solo bufé, se la entregue al chico de nuevo y tone tres paletas de aquel lugar para luego dirigirme a la entrada y pare en seco frente a ella.

¡No Soy Él!Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon