Capítulo XXX

962 34 0
                                    

Estaba entre las piernas de Sebastián disfrutando de sus caricias, él jugaba con el recogido de mi cabello, que ya estaba húmedo; dejó un recorrido de besos por mis hombros y brazos; yo  jugaba como una pequeña niña con el jabón del jacuzzi, me en...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Estaba entre las piernas de Sebastián disfrutando de sus caricias, él jugaba con el recogido de mi cabello, que ya estaba húmedo; dejó un recorrido de besos por mis hombros y brazos; yo  jugaba como una pequeña niña con el jabón del jacuzzi, me encantaba armar figuras con la espuma, de niña siempre veía en las películas como las parejas pasaban momentos espectaculares y cursis en estos lugares, como toda mujer soñaba que algún día pudiera cumplir esa fantasía.

-Extrañaba tanto tenerte de este modo- dijo él un susurro sobre mi cuello- no sabes cómo sufrí el tiempo que te fuiste- dijo Sebastián en un quejido y mi pecho se comprimió de pensar lo que tuvo que pasar completamente solo, esperando por mi regreso; tampoco es que la pasara tan bien alejada de él.

-Lo siento- le dije con sinceridad – me sentía traicionada, también quería tiempo para tomar el valor de decirte lo mucho que te amaba y te amo- dije girándome y arrodillándome frente a él; el agua alcanzaba a tapar mis pechos, en esta postura quedaba más alta que él.

-Lo entiendo- dijo él sacando su mano del agua y pasándola por mis hombros- no sientas que te recrimino algo nena, también me sirvió para entender mis errores y entender que somos un equipo, más que una pareja- explico- estaba tan aterrado que algo te sucediera que rompí tu confianza y te lastime- confeso con su mirada llena de arrepentimiento- ese tiempo solos me permitió pensar.

-Fue algo bueno para ambos- suspire- prométeme que no nos separaremos de nuevo, a menos que sea necesario, no quiero perderte Sebastián y menos ahora que se lo mucho que te amo- le dije con un leve sonrojo en mis pómulos- cuando me llamaron aquella mañana a decirme que sufriste un accidente- dije recordando ese momento, no hablamos de nada de eso y por alguna razón sentía que este era el momento indicado- creo que pensé las miles de formas en las que podía enloquecerme si te perdía- mis ojos se llenaron de agua- sentía que te perdía y sin poder decirte lo que realmente sentía.

-Shh no llores- me dijo acercándose a mi rostro para besarlo- acá estoy y no me iré nunca-  aseguro- te amo lo suficiente para saber que no te dejaría libre en ningún momento cariño- dijo él posando su mano en mi cuello y dejando algunas caricias- estaré siempre contigo- me prometió.

-Más te vale- dije en forma de amenaza- porque si no iré hasta el mismo infierno para que regreses a mi lado- le asegure con gracia, él se acercó con una sonrisa y beso mis labios con insistencia.

- ¿No te parece sorprendente? - me pregunto él y lo mire confundida- ya ha pasado bastante tiempo, ya casi es navidad y tú y yo seguimos juntos, no creí que me enamoraría de mi mejor amiga- dijo él riendo, contagiándome de su humor- y mucho menos que estaría tan empecinado a pasar el resto de mi vida con ella.

-Ambos nos enamoramos de lo prohibido cariño- le dije recostándome en su hombro- ambos nos dejamos llevar por el deseo y el pecado-  aseguré, todo comenzó como un juego en el que no podíamos contener la tensión sexual, en un juego en el que no entendíamos que significábamos el uno para el otro.

-He perdido en mi propio juego Lombardi- me dijo riendo- me enamore de mi venganza, no creí que lo que encontraría debajo de esas sexys blusas que sueles usar, seria amor-  deje un casto beso sobre sus labios y suspire encantada, era lindo ver como después de tanto tiempo, él y yo seguíamos juntos, ahora mucho más unidos que antes, mucho más maduros, sensatos y entregados.

-No pensé que diría esto, pero agradezco que Bruno se acostara con mi hermana – dije riendo y él soltó una carcajada con fuerza, me recosté en su pecho y deje que el tiempo pasara, el agua ya se estaba enfriando y no me importaba con tal de estar en sus brazos, como cada noche, sentir el latido de su corazón y como su pecho se llenaba de aire. Él acaricio mis brazos y disfruto del ambiente, eran pocos los momentos que podíamos tomarnos para estar juntos y relajarnos.

-Cásate conmigo- dijo de repente sacándome de mi ensoñación, me levante insegura de lo que escuche salir de su boca, lo mire fijamente y él me sonrió con suficiencia.

- ¿Qué? - le pregunte desconcertada, intentando que repitiera lo que me dijo, sus manos se posaron en mis hombros y me miro fijamente.

-Sara cásate conmigo- repitió mirándome fijamente y lo mire sin saber que responder, Sebastián Ricci perdió la cabeza y en el proceso me la haría perder a mí- se mi mujer Sara, por hoy y para siempre- me pidió y sello su petición con un beso, no sabía si era en serio su petición o producto de los últimos acontecimientos, sentí un fuerte cosquilleo en mi vientre.

Ya no tenía miedo de amarlo, ya no tenía miedo de estar enamorada de lo prohibido, ahora me aterraba amar lo descocido.

Me abrumaba amar a Sebastián Ricci, quien se convirtió en el amor de mi vida.

Me abrumaba amar a Sebastián Ricci, quien se convirtió en el amor de mi vida

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Enamorada De Lo Prohibido ( #1 Saga Amor prohibido)Where stories live. Discover now