Él y ella no podían estar juntos, pero el destino se empeñaba en unirlos.
Ella nunca debió querer conocerlo mejor, y él jamás debió desear ver lo que había bajo esa blusa.
Sara Lombardi, una joven italiana de 21 años, universitaria, a punto de gra...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Un par de semanas pasaron desde aquella noche en la que Sebastián hizo pública nuestra relación, salieron varios tipos de reportajes, revistas amarillistas hablando cosas terribles sobre mí; mi hermana participó en muchos programas televisivos dando declaraciones absurdas y fui perseguida por la prensa hasta el cansancio; deje de ser una chica tranquila e invisible, para ser el centro del ojo público.
El relacionista público de Sebastián sugirió que les diera la entrevista a varios medios de comunicación, acepte darla a la pequeña revista a la que le dimos la primera declaración el día de la gala de bienvenida, mientras Sebastián iba a los grandes centros de comunicación, yo iba al pequeño lugar, le ayudaría con la venta de su programa y también impulsaría un poco su fama. Mi móvil interrumpió mis pensamientos y mire el identificador en donde aparecía una foto de Sebastián haciendo una mueca graciosa; él detestaba aquella fotografía, para mí era espectacular y muy divertida.
-Mocoso- dije con una sonrisa boba plasmada en mi rostro hace mucho no teníamos la oportunidad de pasar mas de 24 horas juntos; avance bastante en el caso contra Víctor y encontré varias cosas que libraban de líos al padre de Sebastián y a las compañías; sin embargo, existían cosas que manchaban la imagen del padre de Sebastián que luego podríamos negociar con la fiscalía.
-Preciosa- dijo él en respuesta- ¿ya estás en el lugar? -me preguntó- yo la verdad estoy al borde de enloquecerme con estas víboras ponzoñosas- dijo provocando que soltara una carcajada- quiero verte nena, desde el domingo no estamos juntos, es increíble que tenga que pedir una cita con Camile para ver a mi novia.
-Amor no te molestes- dije riendo- sabes que he trabajado fuerte tratando de conseguir las suficientes pruebas para presentar el caso contra Víctor- eso me tenía un poco preocupada, sabía que yo tenía la protección de Stefan, nuevamente me estaba involucrando en el mundo criminal como la enemiga directa del líder de un grupo criminal de lavado de activos y por ello tuve que recurrí a mis antiguos contactos para contar con su protección.
-Lo sé, este fin de semana no podremos vernos porque debo viajar- dijo él quejándose, me molestaba un poco ese hecho, él debía irse hoy y regresar hasta el sábado en la noche, yo estaría ocupada el domingo trabajando con otro de los casos que tenía pendientes; la camioneta se detuvo frente a un pequeño edificio. La prensa estaba enloquecida rodeando el auto, la exclusiva salió por el pequeño programa de radio de la revista.
-Cariño ya llegué- dije suspirando- y si no quiero perder mi móvil tratando de ingresar a la revista tengo que dejarte ahora- él suspiro despidiéndose con un te quiero, no le respondí porque corto la llamada, sé que la distancia lo estaba afectando y sinceramente a mi también me estaba volviendo loca.
-Señorita- dijo Ignacio en mi dirección, los años pasaban y yo no lograba que él me llamara por mi nombre- bajaran dos escoltas frente a usted y yo iré detrás recuerde, no conteste sus preguntas, mantenga la mirada gacha, ponga sus lentes y no se aparte de nosotros- la última vez que lo desobedecí, una periodista me golpeo. Mi puerta fue abierta y siguiendo las indicaciones de mi jefe de seguridad logre llegar a la entrada en donde ya me esperaba la jovencita que asistió a la alfombra.
