Él y ella no podían estar juntos, pero el destino se empeñaba en unirlos.
Ella nunca debió querer conocerlo mejor, y él jamás debió desear ver lo que había bajo esa blusa.
Sara Lombardi, una joven italiana de 21 años, universitaria, a punto de gra...
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Mi cuerpo dolía y mi cabeza igual, abrí mis ojos con lentitud e intente mover mi mano, pero estaba aprisionada por un fuerte agarre, levante mi cabeza y me lleve la sorpresa de que estaba en el hospital, lo último que recordaba era que estaba tratando de recuperar el control de mi auto.
- ¿Sara? - pregunté sorprendido al ver a mi mujer con su cabeza recostada en un lado de la camilla, su rostro estaba más delgado, pálido y sus ojos estaban adornados por unas muy prominentes ojeras que tenían una tonalidad casi morada- nena- llame nuevamente tratando de despertarla y ella abrió sus alarmada.
-Estas despierto- fue lo único que dijo antes de lanzarse a besar mis labios, me sorprendí por su arrebato y me queje por el dolor de mis costillas, no permití que se apartara y disfrute del contacto de sus labios después de tanto tiempo sin verla- te estoy lastimando lo siento- dijo ella apartándose, con mi única mano libre la tome del brazo.
-Dime que no es un jodido sueño – dije preocupado y ella me sonrió con ternura- dime que eres real y que estas aquí conmigo- ella se acercó y mordió mi labio con un poco más de dureza de la normal.
-Estoy aquí y no me iré en mucho tiempo- me aseguro- ahora debo llamar a Lucian- exclamo apurada saliendo por la puerta de la habitación y dejándome solo, toque mi frente, me queje de dolor, realmente mi cuerpo necesitaba descansar, me sentía bastante adolorido. Por la puerta de la habitación ingreso mi novia y mi amigo con una sonrisa, no era consciente de cuánto tiempo estuve dormido; por sus rostros aliviados debía ser bastante.
-Hermano despertaste- dijo Lucian con alivio- creo que si no lo hacías esta pobre dama moriría- se burlo de mi novia que se sonrojo con timidez- vamos a echarte un vistazo- se acerco haciendo algunas revisiones, además de preguntas de mi estado de salud- al parecer todo está bien, te dejaremos un par de días en observación para ver como evolucionas y podrás ir a casa si el progreso continua- Sara respiro aliviada.
-Llamaré a la familia- dijo ella dejándome solo con Lucian que me sonrió aliviado.
- ¿Cuánto estuve dormido? - le pregunté a mi amigo y él se sentó en un lado de la camilla para charlar un poco y hacerme compañía.
-Cinco días- dijo él mirándome fijamente- cinco días de auténtica tortura para Sara, esa muchacha por poco y me estrangulaba porque no despertabas- dijo con gracia- jamás te abandonó- me aseguro.
-Debió asustarse- le dije a mi amigo y él asintió- ¿Cómo están todos? -él suspiró relatándome todo lo que en estos día sucedió, la empresa estaba en manos de Bastián y Nicola, este último } regreso en el instante en el que se enteró de mi accidente, junto con su esposa que se encargó del trabajo de la oficina de ella y de Sara. Todos apoyaron a mi novia en este momento y agradecía que ellos estuvieran para darle la fuerza de no rendirse y estar a mi lado.
Ella entró por la habitación con su rostro un poco más alegre, veía el agotamiento en su mirada, Lucian se despidió de nosotros y prometió que vendrían con algo de comida para mí.
