Capítulo XV

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Abrí mis ojos al escuchar el sonido de mi teléfono anunciando que era hora de despertarme; odiaba dormir hasta tarde, aunque fuera sábado y no tuviera que trabajar; Sebastián estaba a mi lado profundamente dormido, él era una persona que disfrutab...

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Abrí mis ojos al escuchar el sonido de mi teléfono anunciando que era hora de despertarme; odiaba dormir hasta tarde, aunque fuera sábado y no tuviera que trabajar; Sebastián estaba a mi lado profundamente dormido, él era una persona que disfrutaba bastante de las oportunidades que tenía para dormir un poco de más. Estire mis brazos y las sabanas dejaron ver mi cuerpo, me encontraba completamente desnuda por la noche tan agitada que tuvimos él y yo, me levanté con pereza, tenía muchos planes para el día de hoy y debía apresurarme.

Puse una almohada en mi lugar para que Sebastián la abrazara, él odiaba despertar solo, por hoy debía ir en contra de sus deseos si quería que mi sorpresa estuviera lista, me puse algo de ropa deportiva para ir al gimnasio personal de la casa; antes de cualquier cosa debía hacer ejercicio, era una mujer con un enorme apetito y desafortunadamente todo lo que contaban en los libros no aplicaba en mi caso, debía ejercitarme si quería conservar mi figura o engordaría.

Cuando termine mi rutina, fui a darme una ducha, estaba bastante temprano, todo estaba saliendo a la perfección, en silencio entre a la habitación; dudaba que tuviera que preocuparme de algo, podría pasar un terremoto y Sebastián no se despertaría, a menos de que su apetito voraz lo hiciera abrir sus ojos; puse un conjunto de ropa de cómoda, y camine con rapidez hasta la cocina antes de que Clara apareciera, para mí mala suerte ella ya estaba perfectamente lista en la cocina.

-Buenos días Sara- dijo ella con una dulce sonrisa- ¿desea que le prepare el desayuno? - me pregunto y negué, quería sorprender a Sebastián el día de hoy y parte de eso era preparar el desayuno; yo no era una persona romántica y tenía pocas ideas para complacer a una persona,  él estaba haciendo tanto por mi desde que Bruno y mi hermana me lastimaron, que quería realmente hacerle saber lo mucho que lo quería, así eso significara que tuviera que volverme cursi y romanticona.

-Oh no Clara- le dije- ¿te acuerdas que ayer te pedí algunas cosas? - dije y ella asintió, girándose hacia una de las estanterías, todos los ingredientes que le pedí estaban en ese lugar.

-Sé que el día de hoy usted desea hacer algo especial- dijo ella sonriéndome- me gustaría ayudarle, quiero que me vea como una amiga más en esta casa  futura señora Ricci- dijo burlándose de mi miedo al compromiso- usted manda el día de hoy- dijo  extendiéndome un delantal para que cubriera mi ropa y no se manchara.

-Si algún día llegase a casarme con ese hombre- le dije a Clara siguiendo su broma, en este punto ya ni siquiera me parecía una locura esa idea- te prohíbo que me llames señora- dije estremeciéndome, esa palabra me provocaba repelús- además la señora Ricci es la esposa del padre de Sebastián- lo último que desearía era parecerme a esa mujer.

Ella soltó una carcajada y no me abandono ayudándome a preparar todo, junto con el resto de escoltas, hoy era el día en el que le propondría a Sebastián que formalizáramos lo nuestro; él ya estaba listo desde hace mucho tiempo, era tan jodidamente perfecto que me dio el tiempo correcto para que confiara absolutamente en él.

Enamorada De Lo Prohibido ( #1 Saga Amor prohibido)Where stories live. Discover now