Capítulo XXVII

664 36 0
                                    

Perdí por completo la noción del tiempo, Islandia era un mágico lugar, era tal y como me lo imagine; me estaba hospedando en un pequeño hostal a las afueras de la capital y disfrute de mi tiempo libre, ya llevaba mucho tiempo fuera de mi hogar, tr...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Perdí por completo la noción del tiempo, Islandia era un mágico lugar, era tal y como me lo imagine; me estaba hospedando en un pequeño hostal a las afueras de la capital y disfrute de mi tiempo libre, ya llevaba mucho tiempo fuera de mi hogar, trabaje con Camile desde la distancia, no podía abandonarla con todo el trabajo, ahora que Antonelli estaba de luna de miel.

Recibí todos y cada uno de los mensajes de Sebastián, en este tiempo separados, pude comprender tantas cosas que no me arrepentía de haberme ido por tanto tiempo, sin embargo, ya me hacía falta su cariño, su amor, nuestro hogar, mis cachorros y mi familia; cuando subí al avión aquella madrugada, no pensé en nada más que en huir del dolor, la confusión y el miedo.

Hoy, tres semanas después de aquel suceso, me sentía mucho más tranquila, deje ese absurdo miedo al compromiso y estaba mucho más segura de mis sentimientos por el hombre que deje atrás, ahora que él me explico todo con pelos y señales me sentía más confiada, a pesar de no darle respuesta a sus mensajes.

Mi móvil me sacó de mi ensoñación, disfrutaba del último atardecer en este lugar, hasta que me fijé en un mensaje de Sebastián, en Italia ya debía estar entrando la noche, teníamos dos horas de diferencia y allá ya debía estar anocheciendo; abrí la notificación sonriendo con nostalgia, eran los cachorros y a su lado estaba el dueño de mi corazón con una sonrisa apagada.

Mi idiota

<<Te extrañamos, regresa por favor>> 

Un par de lágrimas se escurrieron por mi rostro y con toda la valentía del mundo, me levanté de aquel sillón y tome mis maletas, hace unas horas decidí que regresaría a Italia, ya no quería huir más y no deseaba en lo absoluto estar más tiempo lejos de mi familia; tome mis cosas y salí para tomar uno de los autos que estaban al servicio de los huéspedes.

-Señorita Lombardi- dijo un hombre en inglés, me sentía afortunada de aprender parte de mi idioma natal, ruso, español e inglés, así podía comunicarme con las personas con más facilidad- ¿ya está lista? - me pregunto y yo asentí en su dirección, ayudándole a subir mis cosas, me despedí de los dueños, que hicieron mi estadía una experiencia maravillosa.

Durante el recorrido al aeropuerto estuve hablando con Camile que se alegraba de mi regreso y me prometía que iría recogerme, si todo salía como lo estaba planeando, sería Sebastián quien iría por mí, casi ocho horas de vuelo me esperaban y no quería que Camile estuviera esperándome fuera del aeropuerto aguantando el frío de la madrugada, tomé mi móvil e hice la tan esperada llamada.

- ¿Sara? - dijo Sebastián al otro lado de la línea con emoción- nena ¿eres tú? - me pregunto con esperanza en su voz, al principio guardé silencio, solté un suspiro temeroso que le dio a entender al muchacho que realmente era yo- mi amor háblame por favor- me suplicó el joven.

-Sebas- dije en un susurro, se sentía tan gratificante escucharlo después de tanto tiempo- ¿estabas dormido? - pregunte con timidez y escuche un suspiro aliviado.

Enamorada De Lo Prohibido ( #1 Saga Amor prohibido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora