Capítulo V

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Me entregaron el alta en el hospital, después de dos semanas por fin estaba empacando mis cosas para ir a mi nuevo departamento, quería dejar mi pasado atrás y por fin enfocarme en mi presente y mi futuro; tenía muy claro que no era una santa y qu...

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Me entregaron el alta en el hospital, después de dos semanas por fin estaba empacando mis cosas para ir a mi nuevo departamento, quería dejar mi pasado atrás y por fin enfocarme en mi presente y mi futuro; tenía muy claro que no era una santa y que en algún momento tendría que pagar todos los errores que cometí en mi adolescencia.

No le temía al karma en lo absoluto, sufrí lo suficiente durante toda mi vida para pagar la cantidad de vidas que arrebate, porque, así no fueran inocentes no estaba en mi poder disponer quienes vivían y quiénes no.

Termine de empacar mis cosas; después de lo que paso tome el impulso para dejar eso atrás y por fin centrarme en lo realmente importante, alejarme de mi hermana, de mis malos hábitos, de mi pasado y de quienes no aportaban algo realmente importante para mi vida; la puerta de la habitación se abrió dando paso a un rostro que últimamente estaba acostumbrada a ver.

Sebastián Ricci entraba por la puerta de aquel lugar dispuesto a llevarme a mi nuevo departamento; durante mi estadía en la clínica pude contarle todo mi pasado y todo lo que en su momento hice al pertenecer a la Bratva, el no me juzgo como espere que lo hiciera y se quedo a mi lado demostrándome que detrás de esa pantalla de niño rico e imbécil, él era mucho mas.

Sonreí en su dirección y le pase la pequeña maleta que él se encargo de traer para que estuviera cómoda en aquella clínica; salimos del lugar en silencio, reconocí uno de los autos del mocoso y me alegraba que no fuera uno llamativo.

Deseaba una vida tranquila sin llamar la atención en donde no tuviera problemas con nadie, durante el recorrido a casa, él me regaló una de esas espectaculares sonrisas que me robaban el aliento; no comprendía muy bien que estaba sucediendo, ni mucho menos qué era lo que estaba sintiendo por aquel hombre;  en este momento de mi vida no estaba dispuesta a detenerlo.

-Linda no es que no me agrade que me mires de esa manera- dijo mi mejor amigo con burla- de hecho, me infla el ego saber que babeas por mí- dijo riendo- me estas intimidando al sonreír así.

-Eres un verdadero idiota Ricci- dije riendo, ese tipo de comentarios ya no me molestaban, desde el momento en el que estuve a punto de morir, entendí que no debía tomarme nada de lo que me dijeran a pecho y debía disfrutar de los pequeños momentos que la vida me permitía compartir con las personas realmente importantes.

Al llegar al departamento entre risas y bromas, olvidé que Ignacio estaba cerca procuraba que su existencia permaneciera en el anonimato, últimamente estuve en la obligación de revelar su identidad de alguna manera; varios de mis escoltas me ayudaron a subir al departamento entregándome el único juego de llaves que existía.

Al ingresar el aire se agotó en mis pulmones, todo el departamento estaba amoblado y muy bien decorado, todo estaba en orden y era un hermoso lugar para vivir; Ignacio estiro una nota en mi dirección.

Te lo debía.

Stefan

Enamorada De Lo Prohibido ( #1 Saga Amor prohibido)Where stories live. Discover now