Capítulo 31

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Los niños permanecen sentados durante la cena, pero después comienzan a estar un poco aburridos. Escuchando a los mayores hablar, hasta yo estoy aburrida.

-¿Queréis ir al jardín conmigo?-les pregunto, mirandoles. Ellos miran a sus padres, y después asienten con la cabeza.

-Ángelo, ve con ellos-le ordena Adriano.

-Yo puedo sola, no hace falta.

-Tranquila, no me importa acompañarte-interviene Ángelo, escuchando un "ooh" de sus tíos.

Tomo la mano de Armani, que es el menor, y salimos hacia el jardín. Ya fuera Ángelo les dice de jugar al pilla-pilla, y yo me quedo sentada viéndoles. Los cinco corren despreocupados, y riendo fuertemente, hasta que Armani cae al suelo. Éste comienza a llorar enseguida, y Ángelo lo coge en brazos. Yo me levanto de mi lugar, y me acerco a ellos.

-¿Estás bien, cielo?-le pregunto, acariciando su pequeña espalda. Él niega, sorbiendo su nariz y me tiende sus manos para que lo coja.-Ven aquí, pequeño.

-¿Puedes?-me pregunta Ángelo, antes de pasármelo.

-Sí, no te preocupes-Armani pasa a mis brazos, y yo le abrazo fuerte.-No pongas las manos aquí, ¿vale cielo?-le digo, señalando mi herida. Él asiente con la cabeza, y esconde su cara en mi cuello.-Iré a revisar su rodilla, a la cocina.

-Vale pi-Alessandra, ten cuidado.

Camino hacia adentro con él en brazos, y los demás nos miran extrañados.

-¿Ha pasado algo?-pregunta Adriano.

-Se ha caído jugando, pero tranquilos, iré a revisar su rodilla-les digo, mientras camino con él.

-Yo te acompaño, cielo-dice Alda.

Ambas entramos en la cocina, y saco el botiquín para curarle. Sólo se ha raspado, así que solo limpio su herida y coloco una tirita.

-¿Ves? Ya estás curado, ya no pasa nada cielo-le digo a Armani, limpiando sus lágrimas.-Corre a jugar, pero con cuidado-le ayudo a saltar de la encimera, y él sale hacia el jardín.

-Vas a ser una mamá estupenda, estoy segurísima-dice Alda, cuando nos quedamos solas.-Tienes que darle una oportunidad a Ángelo, a vosotros como pareja. Adriano nos ha contado todo, y la verdad es que eres un ángel. Ángelo no te ha quitado el ojo de encima, en toda la noche, siempre va detrás tuya cuidándote. Está loco por ti, todos lo vemos.

-Es un poco difícil...

-Lo sé cariño, pero creo que es hora de dejar el pasado atrás. De darte a ti misma la oportunidad, de una nueva vida con él y con tu bebé-ella me abraza, y yo suspiro.-Todo va a salir bien, te lo prometo.

Asiento con la cabeza, y ella me dedica una sonrisa antes de salir. Yo me dirijo de nuevo al jardín, dónde está Angelo sentado viendo a los niños. Me siento a su lado, y él sonríe al verme.

-¿No juegas con ellos?-le pregunto, mirando a los niños.

-No puedo más, corren demasiado. Estoy viejo.-Ambos nos echamos a reír, y eso llena mi corazón.

-¿Qué me querías decir, el otro día?

-Quería saber s-

-Niños, venga a casa-nos interrumpe Armani, por detrás.-Gracias por cuidar de ellos, chicos.

-De nada tío, son unos niños muy buenos-le dice, Ángelo.

-Esperamos volver a verte, Alessandra. Y también, al bebé-dice Antoine, al despedirse.

Mi Ángel De La Guarda Where stories live. Discover now