Limpio las lágrimas, furiosa, triste, desolada, y mil cosas más que pasan por mi interior. Me levanto de la cama, tomando las cartas, y salgo en busca de Adriano. Veo la puerta de su despacho algo abierta, y no dudo en meterme dentro. Allí está él, con sus dos hijos sentados en frente.
-Aless, ¿qué...
-¡¿POR QUÉ NO HICISTE NADA?! ¡¿POR QUÉ NO LO AYUDASTE?!-le gritó, golpeando su escritorio.
-¿De qué hablas, cielo?-me pregunta él, extrañado.
-¡DE ESTO!-le lanzo las cartas, y él las toma sorprendido.-¡LO SABIAS Y NO LE AYUDASTE! ¡TÚ PODRÍAS HABERLO EVITADO!
-Alessandra cálmate, no te puedes alterar-dice Ángelo, tratando de tomar mi brazo.
-¡DÉJAME! ¡QUIERO QUE ME RESPONDAS!
-¡Yo no podía hacerlo, Alessandra! ¡Ambos estábamos siendo perseguidos! ¡Mi hija y mi mujer también murieron! ¡¿ESO NO TE IMPORTA?!-ante los gritos de Adriano, por mis mejillas resbalan las lágrimas y los tres nos quedamos callados. Yo bajo hasta el suelo, hasta que quedo arrodillada frente al escritorio.-Alessandra...
-Lo siento, lo siento mucho-mi cuerpo entero se sacude por el llanto, y siento a Adriano abrazarme.
-No te disculpes cariño, ambos hemos perdido a quienes queríamos. Pero lo importante es, que ahora estamos juntos. Tú, yo, Ángelo, Alexis y el bebé-pone una mano en mi vientre, y lo acaricia.
-Lo mejor será, que me vaya. Solo causo problemas.
-No Alessandra, no te puedes ir-dice Ángelo, uniéndose al abrazo.-Eres una parte de esta familia, si te vas se desmorona.
-Aquí hay un bebé por medio, todos nosotros te vamos a cuidar y no te va a faltar de nada-dice Alexis, uniéndose también.
-Míranos, Alessandra. Todos abrazados en el suelo de mi despacho, has conseguido unirnos más. Tú no causas ningún problema para nosotros, eres el ángel que reina entre nosotros.
Adriano alza mi rostro, y limpia mis lágrimas, dejando un beso en mi frente. Los cuatro nos quedamos un rato así, abrazados, sin decir absolutamente nada.
-Vamos a levantarnos, y así dejamos a Alessandra descansar. Ya sabes lo que te ha dicho el médico-dice Adriano, levantándose él primero. Ayuda a levantar a Alexis, y Ángelo me ayuda a mi.-Anda pequeña, ve a tú cuarto. Le diré a Aimé, que suba tu almuerzo.
Yo asiento con la cabeza, y abandono la habitación con Ángelo detrás mía. Él me sujeta por la cintura, con miedo de que me vaya a caer. Cuando entro en mi cuarto, él me ayuda a acomodarme en la cama y se queda a un lado indeciso. Como si quisiera decirme algo.
-Sueltalo, no te atormentes-le digo, haciendo que él voltee a verme.
-¿P-puedo....-él señala mi vientre, pero no dice nada.-Déjalo, da igual.
Antes de que le pueda decir nada, él se va corriendo del cuarto. Yo observo mi vientre, y lo acaricio suavemente.
-Mi cachito de cielo, mamá antes estaba un poco enfadada. Pero no pasa nada, tú no te asustes, ¿vale?
-Vale, mami-dice una vocecilla, haciendo que yo me sobresalte.-Lo siento, no quería asustarte. Pero estabas muy tierna, hablándole al bebé-dice Aimé, entrando en la habitación con una bandeja. Ambas nos echamos a reír, y yo me siento con cuidado.
-Has traído esto, muy rápido.
-Estaba preparado, porque sabía que te tenías que quedar aquí-ella deja la bandeja sobre mi regazo, y se levanta para irse.
YOU ARE READING
Mi Ángel De La Guarda
Romance"-Te quiero, Píccola" "-Yo también te quiero" "¡¿QUIERES QUE TE VIOLEN?! ¡¿ESO ES LO QUE QUIERES?!" "Aguanta amore por favor, no te vayas. No me dejes amore, te quiero" "Eres el amor de mi vida, te amo" "¡ESPERA, NO TE VAYAS!" "Me has salvado la vid...