Capitulo 6

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-Alessandra, ¿vienes al salón?-me pregunta Alexis, entrando a la cocina. Asiento con la cabeza, y voy detrás de él.

Cuando llegamos al salón, me quedo congelada en el sitio al ver quiénes están allí. Mis padres están sentados en el sofá, hablando con Adrianos muy alegres. Ninguno de ellos se percatan de mi, hasta que carraspeo llamando la atención.

-Alessandra, mira ellos son...-comienza a hablar Adriano.

-Mis padres...-termino yo la oración, interrumpiéndole.

-¿Tú qué haces aquí?-me pregunta, mi madre dándome una mala mirada.-¿Ahora eres prostituta?

-¡OIGA! No le voy a consentir, que le hable así a Alessandra-dice Adriano, levantándose de su lugar.-Ella vive con nosotros, no como ustedes que la abandonaron en la miseria sin dar explicaciones.

-Esta niñata le va a sacar el dinero, es una ladrona. Se va a arrepentir, de tenerla aquí-habla de manera despectiva, mi padre levantando la voz.

-Marcus-llama Adriano, a uno de sus guardaespaldas.-Saca a estas personas de aquí, y asegúrate de que no se acercan a esta casa.

Marcus hace lo que Adriano le ordena, y mis padres abandonan el salón dándome una mala mirada. Cuando la puerta se cierra, Adriano y Alexis se sientan en el sofá. Mientras que Ángelo, se queda de pie observando por la ventana.

-Comprendo, si queréis que me vaya. No pasa nada-les digo, aún en la entrada del salón.

-Por supuesto que no, tú te quedas con nosotros Alessandra-contesta Adriano.

-Padre, ¿y si ellos tienen razón?-habla esta vez, Ángelo.-Puede que ella sea una ladrona, y se quiera llevar todo nuestro dinero.

-Basta Ángelo, basta. Deja de hablar así, de Alessandra.

-Ellos tienen razón...-comienzo a decir.-Soy una ladrona, sé por qué lo dicen. Cuando era más pequeña, ellos nos obligaban a mi y a mis hermanos a robar en las tiendas. Algunas veces eran para comer, y otras veces objetos con valor para venderlos-agacho la cabeza, y muevo mis manos sin parar.-Necesitábamos sobrevivir...

-Y ahora viene a robarnos a nosotros-vuelve a decir, Ángelo.-Por eso va, de mosca muerta.

-¡SILENCIO!-grita Adriano, poniéndose de pie. Los tres nos asustamos, y en seguida Ángelo se calla.-Se acabó de decir, que Alessandra es una ladrona. He sido yo quien la ha traído, y yo soy el que decide si se queda o no.

Ángelo abandona la habitación, chocando su hombro contra el mío y Adriano se vuelve a sentar en su sillón. Alexis me hace una seña para que salgamos, y me dirige hacia uno de los coches. Abre la puerta del copiloto, y hace una seña para que entre. Posteriormente, cierra la puerta y él también toma asiento a mi lado.

-¿A dónde vamos?-le pregunto.

-Vamos a dar un paseo en caballo, así te presento a relámpago-se pone el cinturón, y pone en marcha el coche. Él conduce relajado, mientras que yo contemplo todo el paisaje.-Perdona por el comportamiento de Ángelo, tuvo una mala experiencia en el pasado y desde entonces, no confía en nadie-dice Alexis, alternando la mirada entre la carretera y yo.

-No pasa nada, Alexis. Lo comprendo, para él solo soy una extraña.-Él me sonríe, y no dice nada más.

Cuando llegamos al establo, él aparca a un lado y se apresura en bajar para abrirme la puerta. Me tiende su mano, y me ayuda a bajar. Asiento con la cabeza, en forma de agradecimiento, y en cuanto él cierra el coche echamos a andar hacia el establo. Alexis mira hacia un lado, con el ceño fruncido, pero sólo hay otro coche aparcado. Quizá sea un amigo suyo, o algo.

Él me da un pequeño tour, por el establo, y me enseña a todos los caballos. Escoge uno para mi, y después escoge uno para él. Me ayuda a subir, dándome instrucciones sobre cómo manejarlo, y juntos salimos del establo. Alexis va a un lado de mi, y me guía cuando ve que se complica la cosa.

Un disparo suena, a nuestro alrededor, el caballo que llevo yo se asusta y comienza a galopar a toda velocidad.

-¡ALESSANDRA!

-¡ALEXIS! ¡AYUDA!

Trato de controlar el caballo, como él me dijo, pero es imposible. No deja de galopar, haciendo que me agarre fuerte. Alexis trata de alcanzarme, mientras grita mi nombre. A mi lado, aparece Ángelo que va galopando otro caballo y trata también de alcanzarme. Cuando llega a mi altura, se acerca a mi caballo y me tiende su mano.

-¡SALTA Y SUBE A MI CABALLO!-niego con la cabeza, asustada.-¡CONFÍA EN MÍ!

Tomo su mano con fuerza, y salto hacia su caballo. Él me toma por la cintura, y me sienta frente a él de forma que estamos cara a cara. Lo abrazo fuerte, escondiendo mi cara en su cuello. Ángelo disminuye la velocidad, con su brazo aún posicionado en mi cintura.

-¡Alexis! ¡Ve a buscarlo!-le grita a Alexis, para que vaya en busca del caballo.-¿Estás bien, pequeña?-pregunta en mi oído, haciéndome estremecer.

Me separo un poco, asintiendo con la cabeza y él deja un beso en mi frente. Frunzo el ceño, y le miro, ¿qué mosca le ha picado? ¿No decía que yo era una mosca muerta? Será bipolar, o algo.

Ángelo vuelve al establo y, en cuanto llegamos, baja él primero para después ayudarme a mí tomándome por la cintura. Mis piernas tiemblan como gelatina, y siento que en cualquier momento caeré al suelo. Cuando toco el suelo, él se queda mirándome fijamente. Como si buscara algo, dentro de mis ojos.

-¿Todo bien?-le pregunto. Pero no contesta, sigue en una burbuja imaginaria.-¿Ángelo?

Sacude un poco la cabeza, y se separa de mi como si quemara. Toma las riendas del caballo, y entra por completo al establo. A lo lejos viene Alexis, con su caballo. Al parecer, no ha conseguido encontrar al otro caballo. Y sé que Ángelo, se pondrá furioso en cuanto lo sepa. Me acerco poco a poco a ellos, tratando de controlar mi temblor,  y cuando estamos juntos acaricio el pelaje del caballo.

-¿Estás bien, Aless?-me pregunta Alexis, abrazándome. Asiento con la cabeza, y le sonrío.-¿Dónde está Ángelo?

-Ha entrado dentro del establo-respondo, encogiéndome de hombros.-¿No has podido encontrarlo?

-No, he sido capaz de pillarlo corría más rápido que relámpago-explica él, aún observando todo el exterior.

-Es tu culpa, Alexis-dice Ángelo a nuestras espaldas, mientras se acerca.-No debiste dejar que ella, llevara el caballo sola. 

-Se le daba bastante bien, íbamos tranquilos. El caballo se asustó, cuando se escuchó un disparo-le explica Alexis.-Voy a dejar a relámpago, y cogeré a otro caballo para buscarlo junto a alguno de los chicos. Tú lleva a Alessandra, a casa.

Ángelo suspira, pasando sus manos por su cabello, y me hace una señal para que lo siga. Salimos del establo, y él me guía hasta su coche. Él me sorprende abriendo la puerta, para que entre, y cerrándola cuando ya estaba dentro. Toma asiento en su lugar, y comienza a poner el coche en marcha hacia la casa.

Mi Ángel De La Guarda Where stories live. Discover now