-¿Diga?-la escucho decir, cuando descuelga.
-¿Aimé? Soy yo, Alessandra.
-¿Aless? Aless, ¿dónde estás? ¿Por qué no me has llamado?
-Luego te lo explico, escucha. Debes de ayudarme a salir de aquí, me están drogando y me quieren matar.
-¡¿CÓMO?! Pero, ¿tienes alguna forma de salir? ¿Sabes dónde estás?
-No puedo salir de la mansión, está rodeada de guardias. Solo sé que está oculta, dentro de un bosque. Por favor, ayúdame. Ellos no tardarán en volver, han ido a una gala.
-Tranquila Aless, haré todo lo posible por ayudarte.
Ella cuelga el teléfono, y yo me quedo envuelta en lágrimas en el suelo del baño. Intento idear algún plan, pero me es imposible. No sé cómo voy a salir de aquí, quizá podría tomar algún arma. Pero no sé, dónde las tienen guardadas.
*NARRA ÁNGELO*
-¡ÁNGELO! ¡ALEXIS!-escucho los gritos de mi padre, y enseguida corro hacia su despacho. Allí coincido con Alexis, y nos miramos extrañados.-¡La hemos encontrado! Coged las armas, vamos a por ella.
Los tres corremos hacia la sala de entrenamiento y, junto a los guardias, tomamos todas las armas que podemos. Subimos a los coches, y vamos a toda velocidad hacia donde nos indica mi padre. Veo una mansión escondida, dentro del bosque, y enseguida mi corazón comienza a latir como un loco. Ella está aquí.
Mi padre da la señal de que apaguemos las luces, y nos escondemos a un lado. Después nos da indicaciones sobre cómo atacar, y entre todos rodeamos la mansión.
-Buenas noches, chicos-le dice mi padre, con total calma, a los guardias de la puerta.-Vengo a buscar a Alessandra, ¿me dejaréis entrar o lo hacemos a las malas?
-Ella no está aquí señor, le vamos a pedir que se retire amablemente.
Con dos disparos, mi padre se deshace de ellos y, comienza el balacero. Alexis y yo corremos, hacia dentro de la mansión para comenzar a buscarla.
-¡Busca arriba, Ángelo!
Hago lo que me indica Alexis, y subo las escaleras de tres en tres. Abro algunas puertas, pero no la encuentro. Abro la última, entrando a la habitación, y sintiendo su olor. Pero no está, abro la puerta del baño y tampoco. Cuando voy a salir, veo la puerta del armario un poco abierta y, me paro. Camino hacia ella, y la abro viéndola aterrorizada.
-¡Alessandra!-trato de abrazarla, pero enseguida me echa hacia atrás.
-No me toques, no me toques.
-Píccola, tenemos que salir de aquí. Vamos, confía en mí.
Le tiendo mi mano, y ella la toma un poco desconfiada. Echamos a correr escaleras abajo, y aviso a Alexis de que la he encontrado. Salimos los tres de la mansión, y enseguida somos abordados por los Montesco. Tiro de su mano, corriendo más rápido, pero de repente siento como cae al suelo. Le han disparado, y a mi se me ha paralizado el corazón.
-¡ALESSANDRA!-ella mira su herida, en el hombro, y la toca para después mirarme a mí.-Tranquila amore mío, vas a estar bien.
-¡Vamos Ángelo, tenemos que irnos!-me grita Alexis, cubriéndonos.
La tomo en brazos, elevándola del suelo, y la llevo corriendo hacia uno de los coches. Entro en los asientos traseros, con ella en mi regazo, y trata de incorporarse para sentarse a un lado. Ella sisea por su herida, y se queda quiera mirando hacia otro lado. Alexis entra en el asiento del copiloto, y agarra su pierna mientras le grita al guardia que arranque.
-¡Joder! Malditos hijos de puta, me han disparado en la pierna-dice mientras, echa su cabeza hacia atrás.-Tranquila Aless, te vas a poner bien. Ya no hay peligro, te vamos a cuidar.-Él trata de coger la mano de ella, pero ella no le deja.
-¿Y papá?-le pregunto a Alexis.
-Nos está siguiendo, en otro coche.
Veo como Alessandra, llora en silencio y sus ojos se cierran un poco. Limpio sus lágrimas, y acaricio su pelo.
-Ya estamos llegando píccola, no te duermas por favor amore. Vais a estar bien-le digo, apoyando mi mano en su vientre.
-¿L-lo s-sabes?
-Sí, sé que aquí hay un pequeño bebé. Todos lo sabemos, pero no pasa nada.
Beso su frente, y acaricio su vientre suavemente. Ella mete su mano en el bolsillo, y saca algo envuelto en un pañuelo. Lo deja en mi mano, y yo le miro con el ceño fruncido.
-Es el relicario de vuestra madre, lo tenían ellos-explica, dejándonos a Alexis y a mi sorprendidos.
Desenvuelvo el pañuelo, y veo el relicario tan amado de mi madre. Mis ojos se llenan de lágrimas, y Alexis comienza a llorar en silencio. A pesar de eso, los tres nos quedamos callados. En cuanto llegamos al hospital, bajo corriendo con ella y se la entrego a los enfermeros. Quienes se la llevan corriendo, y también a Alexis. Mi padre me alcanza poco después, entrando con los guardias.
-¿Han entrado los dos?-me pregunta.
-Sí. Padre, mira-le enseño el relicario, con las manos temblorosas, y el lo toma sorprendido.-Alessandra lo ha recuperado, lo tenían los Montesco.
-No me lo puedo creer, esa chica es un ángel.
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Mi Ángel De La Guarda
Romance"-Te quiero, Píccola" "-Yo también te quiero" "¡¿QUIERES QUE TE VIOLEN?! ¡¿ESO ES LO QUE QUIERES?!" "Aguanta amore por favor, no te vayas. No me dejes amore, te quiero" "Eres el amor de mi vida, te amo" "¡ESPERA, NO TE VAYAS!" "Me has salvado la vid...
Capítulo 27
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