[PAUSADA] B R E A T H-Jasper Hale

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Lo primero que hizo Alice al ver llegará a Clare fue arreglar su cabello que se había despeinado un poco en el viaje.

— Me encanta tu vestido— halago la vampira de cabello corto guiando por la sala a la recién llegada sin darle tiempo de un respiró. La llevó hacía el segundo piso en dónde sin esfuerzo, la vampira tomó la mochila de Clare con el tanque para subir las escaleras sin problema.

— Alice— llamó Jasper alargando su nombre mientras la seguía a ambas por detrás.

— ¿Te gusta la decoración? Creí que sería bueno hacer algo simple y sin tantas cosas— siguió parloteando mientras seguía teniendo tomada la mano la mortal firmemente quien hacía su mejor intento por seguir su paso dándo pequeños trotecitos de vez en cuándo—. Mira, Clare ¡Coloqué velas por todos lados!, decidí que sería acogedor tener...— Zachary se puso en frente de brazos cruzados mirando a su pareja hacía abajo obstruyendo su paso. Alice lo miró hacía arriba confundida— ¿Qué sucede?

— Devuelve a Bambi a Jasper.

Alice soltó un bufido soltando la mano de Clare quién soltó una pequeña risa por la expresión que había usado el azabache.

Todos en la sala estaban divertidos mirando la escena.

— De acuerdo— murmuró la castaña de cabello corto. Zachary beso su frente acariciando sus hombros— ¡Iré por Bella!— exclamó con entusiasmo dándo un corto beso en los labios de su esposo.

— Y ahí va de nuevo— suspiró el azabache acercándose a la castaña rojiza quién observaba divertida lo que ocurría y el como la vampira subía velozmente escaleras arriba— Me disculpo por Alice, a veces es demasiado intensa para sus cosas.

— Está bien, Zach.

El azabache le dió un corto abrazo para dejar que saludara a los demás de la familia.

Esme se acercó con una bandeja dónde habían pequeños aperitivos que se veían de lo más refinado.

— Decidí hacer algo pequeño para que las dos coman mientras estén aquí y dure la celebración— le dijo después de abrazarla con su brazo libre con cariño.

— Oh, Esme. Eres increíble— exclamó gustosa tomando un panecillo con una pasta ligeramente rojiza y una hoja de cilantro de adorno.

Esme sonrió encantada por su palabras que la habían llegado a emocionar, miró a su esposo quien la observaba feliz, le gustaba ver a su esposa de ese modo. Se veía radiante con su dulce sonrisa adornando su rostro y sabía que todo era gracias a esas dos humanas que habían llegado a la familia.

La pequeña humana metió dentro de su boca el aperitivo saboreando la pasta de pollo y pimentón, estaba perfectamente procesada y era suave. La mejor pasta que había probado.

Tomó otros dos más con cada mano, haciendo reír a los demás, quienes se posicionaron al oír pasos acercándose desde el segundo piso.

Jasper se puso a su lado con su rostro divertido al verla con su boca llena mientras engullida la comida de Esme.