Reencarnación - El señor es extremadamente Hardcore

Capitulo 45: Metamorfosis de anatomía

Cuando Bai Suqing encontró a Zhou Sulun en el estacionamiento, todavía estaba aturdido. ¿Cómo en el mundo podría existir una chica tan pura? Ella era como un ángel ...

"Señor. ¿Zhou?" Bai Suqing gritó dulcemente, sus ojos grandes en su cara delgada. 

Zhou Sulun reaccionó solo medio latido más lento, mirando a Bai Suqing y esbozando una sonrisa. Sin embargo, de alguna manera su entusiasmo por tener una cita para cenar con Bai Suqing se había enfriado un poco.

Zhou Sulun abrió la puerta del auto para Bai Suqing como un caballero. Justo cuando Bai Suqing se movió para entrar, algo desvió su atención y se detuvo en sus acciones. Su mirada miraba atentamente esa escena.

Ou Kaicheng estaba realmente muy molesto con este tipo de cosas. Miró al joven frente a él, ofreciendo tímidamente un regalo con anticipación. En el último medio año, el número de cartas que recibió de niñas en el grado 12 había disminuido y sus confesiones de amor se redujeron a cero. Simplemente estaba disfrutando de la paz, pero desafortunadamente todavía había bastantes estudiantes de los grados 10 y 11 que aún acudían a confesarse, irritándolo.

Sin embargo, Ou Kaicheng realmente no sabía la verdadera razón detrás de la caída en picado de las confesiones que recibió de los alumnos de 12º grado. Corría el rumor de que Ou Kaicheng estaba enamorado de Mu Rulan, por lo que todos eran lo suficientemente conscientes de sí mismos como para saber que Mu Rulan no era alguien a quien pudieran enfrentar. Aunque hubo muchos que aún se negaron a rendirse, no se atrevieron a actuar según sus sentimientos en público, temerosos de que sus compañeros se rieran de ellos.

Los estudiantes en los grados 10 y 11 no sabían acerca de este rumor, por lo que en ese caso sus confesiones de amor aún se recibían sin pausa.

El hielo en sus ojos no titubeó cuando escaneó a la joven que estaba delante de él y que esperaba ansiosamente su respuesta. Sin dudarlo, se alejó y la dejó en pie sin decir una palabra.

Inconscientemente, Bai Suqing sonrió lentamente, su mirada llena de desdén mientras miraba a la chica que quedaba, obviamente molesta y avergonzada.

......

Mu Rulan estaba de excelente humor. Incluso le dijo a Chen Hai que no viniera a recogerla, planeando caminar al hospital K City por su cuenta.

Dio un paseo tranquilo por el camino, el sol brillaba sobre ella y la brisa le levantaba el pelo. La comisura de su boca se arqueó hacia arriba, haciendo una vista atractiva para las personas que la pasaban.

Mo Qianren conducía su automóvil lentamente junto a la pasarela peatonal, su mirada observaba a la joven. Cuando se encontraba con un mendigo al costado del camino, sacaba su cambio de bolsillo para donar. Cuando veía a los ancianos tratando de cruzar la calle, les echaba una mano. También le gustaba jugar con los niños. Todos los lugares por los que pasó quedaron con sonrisas en los rostros de las personas.

Esta chica...

Ella realmente, realmente disfrutó su vida; o más bien, se podría decir que ella parecía ardientemente enamorada de la vida.

Mo Qianren frunció el ceño. Una vez más había encontrado algo nuevo sobre esta chica que estaba en conflicto con la imagen que tenía de ella en su mente. Fue reconocido internacionalmente en los campos de la psicología criminal, la antropotomía (*) y otros campos relacionados. Todo esto le permitiría leer el lenguaje corporal de una persona y comprender su forma de pensar. Sin embargo, ¿no fue capaz de discernir si esta chica estaba mintiendo o no, o si todo era solo un acto?

[(*) Antropotomia: Es el estudio de la estructura del cuerpo humano mediante la disección]

Tal vez por eso Mo Qianren no pudo evitar observar a Mu Rulan.

Esta joven le presentó un desafío en sus campos más consumados y queridos.

Quería diseccionar a esta chica anormal ...

Pisó el acelerador, acelerando hasta la ubicación de Mu Rulan, la ventanilla del coche bajando lentamente.

"Señor. ¿Mo?" Mu Rulan pareció sorprendido de encontrarse con él en un lugar así, antes de que una suave sonrisa se apoderara de su rostro. "Qué casualidad."

"¿A dónde vas? ¿El hospital?" Mo Qianren la miró como si supiera sus partes más profundas.

Mu Rulan lo miró, sus brillantes ojos brillaban claramente como si reflejaran su alma: "No, voy a Loulan Court".

"Bien. ¿Quieres un paseo?" Aunque preguntó esto, ya estaba abriendo la puerta de su auto.

"Claro", sonrió. 

Mu Rulan ya era un cliente habitual, por lo que casi todos los trabajadores de Loulan Court la conocían. Pero esta vez se sorprendieron al ver a un hombre guapo entrar con ella. Normalmente mantenía la compañía de unas pocas personas, ya sea su conductor o sus hermanos menores. Era la primera vez que la veían con un extraño, y un hombre, por cierto.

El gerente salió a saludarla personalmente, sonriendo y guiándolos al segundo piso. Había un cuarto especial, reservado exclusivamente para Mu Rulan en el piso superior, porque Loulan Court era uno de los negocios de Ke Family. Mu Rulan estaba celebrando su decimoquinto cumpleaños el año anterior cuando su abuelo se lo regaló como regalo de cumpleaños.

La habitación estaba muy limpia, iluminada con una cálida luz amarilla, la delgada cortina se abrió para revelar el paisaje exterior. Había unas cuantas plantas verdes y brillantes en la esquina, dejando un olor natural fresco y elegante por toda la habitación.

Mo Qianren estaba vestido con un traje simple, con ambas manos dentro de los bolsillos. Miró distante a la chica que había estado sentada, hojeando un menú. Por su apariencia, notó que su actitud parecía tranquila, sin mostrar ninguna molestia por tener un extraño entrometerse en su tiempo.

"¿La señorita Mu no tiene cautela?" Dijo Mo Qianren, caminando para tomar asiento frente a Mu Rulan.

Solo entonces Mu Rulan levantó la cabeza de leer detenidamente el menú para mirar a Mo Qianren, una leve sonrisa flotando en los bordes de su boca. "¿Está diciendo el Sr. Mo que debo mantenerlo alejado?"

"¿Has oído hablar de Jin Moli?" Mo Qianren cambió el tema de repente, su mirada fría la miró fijamente como si estuviera tratando de descifrar su acto para echar un vistazo al interior