Lights | ᴠᴍɪɴ

|| I ||

Reencuentro

La alarma empezó a sonar, provocando que el pelirrubio se despertara y se viera obligado en apagarla. Cubrió su rostro con sus manos, mientras ahogaba un grito frustrado. No quería que este día llegara: El primer día de clases de su último año en la preparatoria. 

En los primeros días de las vacaciones de  verano, había pasado tiempo con sus amigos y se había dado cuenta que poco a poco se estaba enamorando de nada más y nada menos que su mejor amigo: Kim Taehyung. Jimin siempre supo que había una conexión diferente y especial con su amigo: pero al pasar el tiempo, todo se aclaró. 

A unas cuantas semanas en que había iniciado las vacaciones, Taehyung partió hacia Daegu para continuar el verano en su tierra natal. Jimin había agradecido que partiera y que no lo volviera a ver durante varias semanas, porque haría que Park se volviera loco si seguía a lado de él. 

Evitó sus llamadas, mensajes, e incluso a sus demás amigos con quien convivía en el colegio. Lo único que hizo en sus vacaciones, fue ayudar a su madre en la florería familiar. 

Se levantó y se dirigió a su guardarropa para coger lo mejor de ella y después se alistó para salir de se habitación. Bajó y se encontró con su madre haciendo un arreglo floral que le habían encargado para venderlo.

― Me voy madre. ― dijo el chico, plantándole un beso a su madre en la mejilla, sorprendiéndola. 

― ¡Con cuidado Jimin! ¡Que te vaya bien! ― exclamó la mujer, segundos antes de que él saliera por la puerta. 

Jimin se colocó los auriculares y empezó a escuchar su música para distraerse de todos sus pensamientos. 

Iba a ver a Taehyung después de tantas semanas en no verlo y en que se había dado cuenta de que estaba enamorado de él. ¿Volverían a tener la misma amistad que antes?

Cuando llegó a la entrada del colegio, se quitó los audífonos mientras veía de nuevo el plantel donde volvería a encontrarse con su viejo amigo. En sus pensamientos, había un gran debate en entrar ahora o minutos después en que iniciara su primera clase, para evitar a encontrarse a Taehyung. 

Sonó la chicharra y no le dio el suficiente tiempo para pensarlo, así que optó por entrar e ignorar a todos. 

Entró y encontró a varios chicos menores que él, estorbándole en su camino. Esquivó y golpeó uno que otro para llegar al salón de su primera clase., hasta llegar a la puerta de esta. 

― ¡Jimin! ¡Amigo! ― exclamó el peli café y el más alegre de todos, acercándose a Jimin con una gran sonrisa. ― Me alegra verte amigo. 

― Lo mismo digo de ustedes, Hoseok. 

El mayor rodeó su brazo al rededor del cuello de Jimin y lo llevó a donde sus otros dos amigos se encontraban sentados sobre las paletas de las butacas en el centro del salón. 

― Jimin. ¿Cómo estás? ― Su amigo Namjoon se acercó para abrazarlo fuertemente, al igual que su amigo Jin. 

Se sentía culpable Jimin de alejarse de ellos, cuando ni siquiera tenían la culpa de sus sentimientos por Taehyung y su cobardía en verlo.

Después, un señor de edad avanzada, con traje y un portafolio en brazos cruzó la puerta, todos los estudiantes fueron a sentarse en su butaca correspondiente. Jimin decidió sentarse a un lado de Jin y atrás de Hoseok, sintiéndose a salvo de no haberse encontrado a Taehyung aún.

― Buenos días jóvenes. ― habló el profesor ― Soy el doctor Choi y así prefiero que me llamen...

Las palabras del viejecillo poco a poco se iban desapareciendo y lo único que Jimin pensaba era: ¿Dónde estará Taehyung? Aunque no lo quiera ver, se sigue preocupando por él.

Cuando el profesor se dio la vuelta a buscar algo en su portafolio, el chico de cabello castaño, alto, ojos color oscura, piel algo morena, y una  sonrisa cuadrada; entró al salón sigilosamente para no llamar la atención del doctor.

El corazón y el pulso de Jimin se aceleró tanto, que parecía que le iba a estallar. Sintió su estómago contraerse y sus mejillas colorarse. Si que lo tenía mal.

― ¡Taehyung!  ― susurró Hoseok animado de ver a su amigo, mientras se acercaba a ellos.

― Te apartamos un lugar. ― Habló Namjoon, quitando su mochila de la butaca de enfrente.

El pelirrubio estaba cabizbaja, evitando la mirada del castaño quien se sentó y volteó a ver a sus amigos.

― Hola chicos. Me alegro de volver a verlos. ― dijo con una sonrisa cuadrada y todos le correspondieron; excepto Jimin que lo miró fugazmente y le dio una pequeña sonrisa para después bajar su mirada.

El corazón de Taehyung se contrajo al ver a su mejor amigo tan indiferente con él. No se explica el motivo por cual se alejó desde el verano. ¿Se enojó porque se fue a Daegu repentinamente?

Confundido y triste, se dio la vuelta y empezó a leer lo que el profesor colocaba en la pizarra para empezarlo anotar en su libreta.

Blah, blah, blah.

Oía Jimin en su mente. Lo único que quería era irse lo antes posible, antes de que se viera más avergonzado ante la clase.

Los alumnos empezaron a recoger sus pertenencias y a salir del aula. Rápidamente Jimin vio la oportunidad de huir de Taehyung y guardó su cuaderno de notas y el bolígrafo que uso, pero alguien fue más rápido y se poso en frente de él.

― ¿Me extrañaste?

El pulso de Jimin parecía estar a mil por minuto. El chico que tanto extraño en estos días y que era imposible quitárselo de su mente, estaba ahí; sonriendole.

― Por supuesto que sí.

Confesó.

Sin dudarlo, Taehyung obligó a su amigo levantarse para abrazarlo repentinamente, haciendo que el menor se tensara al sentir su cuerpo pegado al de él.

Extrañaba su aroma singular, su tacto y lo feliz que era estando con él, pero era una tortura abrazarlo limitadamente y no poder acariciarlo.

― ¿Cómo está, Jimin? ― le preguntó separándose de él, sintiendo el pelirrubio que le habían arrebatado al chico que quería de sus brazos.

― Bien, bien. ― contestó, bajando la mirada y rascándose la nuca.

Taehyung quería contarle a detalle todo lo que le había pasado durante sus vacaciones, sus pensamientos, sus deseos y todo lo que le ocurrió en Daegu; pero él se dio cuenta que Jimin se sentía un poco incómodo, quitándole la actitud que tenía unos segundos atrás.

― ¿Vamos por algo de comer? ― preguntó Hoseok hambriento.

― Sí. ¿Por qué no? ― contestó Namjoon.

En el transcurso hacia la cafetería, entre ambos mejores amigos había una notable incomodidad. Taehyung quería saber lo que le ocurría a Jimin, pero este se alejaba cada vez más. De pronto, el celular del pelicafé empezó a sonar, llamando la atención de Jimin.

― Ahorita vengo.  ― dijo Taehyung, yéndose a contestar la llamada.

A Jimin se le hizo bastante extraño que él se marchara para contestar una llamada, ya que había mucha confianza entre ellos, ¿no?

Sabía que algo había pasado en el verano de Taehyung, que actuaba tan raro como era unos meses antes. Pero Jimin no sabía que al saber aquel secreto, le partiría el corazón.