|| XXXVI ||

2.5K 239 18
                                    

Save Your Tears ~ The Weeknd

°•°•°•°

La última noche

Taehyung se encontraba en su habitación reflexionando todo el día las palabras de Yoongi. De verdad que estaba agradecido que el chico que siempre creyó que estaba de mal humor, le hubiera dado su anécdota personal para que él no repitiera la misma historia. ¿Cuántos chicos no debieron de haber vivido lo mismo?

Estaba contento que el peligris hubiera encontrado a alguien mejor después de su primer ex novio y haber arruinado su relación, pero Taehyung estaba seguro que no le iba a ocurrir lo mismo. El solo quería a un hombre y ese era Jimin. Estaba seguro que no iba a sentir con alguien más aquella atracción, aquel cariño con otro hombre si no era con él.

¿Entonces por qué no arriesgarse a enfrentar a su padre para estar con el rubio?

Después de escuchar el caso de Yoongi, quiso creer que la mayoría de los padres, por tan estrictos que fueran, siempre te iban a querer e iban respetar tus gustos y tolerarlos por lo menos. ¿Y si su padre no era así? Incluso desconocía a su progenitor desde que cambió su actitud hacia Taehyung.

¿Por qué le afectaba demasiado lo que opinaba su padre de él?

Porque siempre quiso ser un orgullo para él. Presumirlo a todos sus amigos de trabajo que por fin su hijo se había graduado de la preparatoria, que su hijo había ganado un concurso de fotografía el año pasado, que su hijo había conocido a alguien que lo hacía feliz. Quería enorgullecerlo como todo hijo a su padre, pero lo único que escuchaba era de Dahyun y Seungmin. De él no.

Taehyung suponía muchas cosas, pero el miedo lo consumía muy rápido, el temor a equivocarse, de decepcionar. Todo eso lo bloqueaba y no lo dejaba pensar positivamente aunque fuera una vez.

Pero luego estaba la pequeña luz que iluminaba la vida de Taehyung: Jimin.

Siempre sacaba lo mejor de él, siempre le hacía reír y sonreír desde que tenían cinco, cuando el pequeño pelinegro de ese entonces se le acercó para pedirle prestado el crayón verde porque él se lo había llevado. Desde ese día, había algo en los ojitos del llenito y cachetón Jimin que lo habían hipnotizado. Una luz que lo llenó y que después ya no iba a poder dejar de ver.

Aún lo seguía sintiendo, cuando veía a Jimin sonreír con o sin él, y era por eso que se sentía completo estando a su lado. Haría todo por el rubio, porque incluso cuando él sufría, Taehyung también lo hacía. Quería llorar cuando lloraba, se sentía enojado cuando estaba Jimin molesto, feliz cuando el otro lo estaba. Compartía las mismas emociones como si solo fueran uno mismo.

Odiaba los fines de semana cuando eran niños, porque debían de esperar dos días para verse; y es por eso que cuando ambos fueron adolescentes hasta se veían esos días para completar aquel vacío que sentían al no estar juntos físicamente. Amaban cuando se mensajeaban hasta altas horas de la noche, sabiendo que eran la última y primer persona que saludaban y despedían. Los primeros en saber lo bueno o lo malo que pasaba en sus vidas, eran ellos.

Siempre eran Jimin y Taehyung. Siempre.

Por eso sentían a asfixiar cuando estaban peleados y cuando se ignoraban. Tal vez Taehyung siempre quiso a Jimin más que un amigo, pero no fue hasta cuándo lo vio perderlo y aceptó aquel sentimiento oculto.

Lights | ᴠᴍɪɴWhere stories live. Discover now