|| XXI ||

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Saliendo del clóset

La luz entraba por la ventana, por lo que a Jimin le molestaba. Intentó abrir los ojos, pero un gran dolor de cabeza lo obligó a cerrarlos una vez que el potente sol brilló en sus ojos.

―Mierda... ―maldijo, porque cada parte de su cuerpo y cabeza le dolían.

Una vez que empezó a volver en sí, se asustó de que no recordaba nada de la noche anterior, así que rápidamente se levantó de la cama y empezó a revisar en que lugar se encontraba. Ojalá y no hubiera tomado la palabra de Jackson en usar sus habitaciones.

Su respiración se tranquilizó cuando observó sus muebles y fotos pegadas en su ropero. Sí, se encontraba en su habitación.

Después notó el peso de un cuerpo abrazándolo, tanto con su brazo en su cintura, como su pierna en las de él.

―Diablos. Diablos. Diablos. ―masculló el rubio, rezando que no fuera un chico o peor, una chica en su cama; y tener la gran decepción de haber perdido su virginidad inconscientemente.

Cuando volteó hacia su izquierda, se encontró con un Hoseok adormilado y con toda su ropa puesta que tenía desde el día de ayer. Jimin revisó bajo las sábanas y también estaba vestido.

No había pasado nada malo al parecer.

Nuevamente se iba a acostar, pero su cabeza sentía que iba a estallar con tan simples movimientos, que no pudo evitar soltar una maldición.

―¡Joder!

El cuerpo a su lado se removió y se dió cuenta que había despertado a Hoseok, quien se estaba estirando en la cama.

―¿Estás bien, Jimin? ―preguntó preocupado el pelinegro a su amigo.

― Me duele demasiado la cabeza.

― Es la resaca. ―respondió― deja buscar algo para que se te quite el dolor de cabeza. Ahorita vuelvo.

Dijo el mayor de los dos, yéndose a la cocina por lo medicamentos que la madre de Jimin guardaba abajo del lavadero.

Jimin intentó recordar lo que había hecho ayer, pero de verdad que no lo podía hacer. La última imagen que tenía en mente, era ver a Taehyung y a Yongsun muy encariñados, riendo y divirtiéndose, mientras que él estaba bebiendo en la barra para intentar olvidarse de ellos por unos segundos, y a un Hoseok enojado gritándole que dejara de tomar. Por lo menos estaba seguro que Hoseok siempre cuidó de él.

El pelinegro llegó a la habitación con una pastilla y un vaso con agua en las manos, para dárselas a Jimin y se las tomara.

―Gracias. ―dijo Jimin devolviéndole el vaso, pero no recibió ni una respuesta.

― Jimin... ¿Recuerdas algo de lo que pasó ayer? ―cuestionó directamente Hoseok, porque no podía aguantar más sus dudas.

―No... Lo último que recuerdo, fue estar en la barra de bebida contigo. ¿A caso hice algo malo?

Hoseok no sabía cómo decirle la verdad, de que besó a su mejor amigo de toda la vida y que eso fue su declaración de amor frente a toda la escuela. Que por culpa de él, había manchado su reputación y que ahora todos también sabían, que por lo menos Jimin gustaba de hombres también.

― Ay Dios... Jimin... No sé cómo decirte esto, pero no hay otra manera de como decirlo que no sea directa. ― inhaló aire y dijo:― Ayer besaste a Taehyung durante la fiesta.

El rostro tranquilo de Jimin se fue enseguida, cuando escuchó las palabras de su amigo.

― No estoy para bromas Hoseok...

Lights | ᴠᴍɪɴWhere stories live. Discover now