|| XXXII ||

2.7K 252 47
                                    

Una gran oportunidad

Después de esas semanas con tantos sentimientos nuevos, las cosas habían cambiado un poco a diferencia de los meses anteriores. Jimin y Taehyung aún seguían sin hablarse, pero ahora era por pena.

Tal vez no se dirigían la palabra, pero las miradas y contactos de sus dedos nunca faltaban; más bien, era Jimin quien lo hacía, porque Taehyung era el que menos ponía de su parte.

El pelicafé quería ser discreto con el tema, pero con un Jimin que le dedicaba miradas cada cinco minutos, no le ayudaba bastante a decir verdad, obligando que lo ignorara algunas veces. Pero eso no importaba, ¡A Jimin le encantaba esos segundos donde sus ojos se podían ver!

Jimin estaba locamente enamorado de Taehyung.

Un jueves cualquiera, donde los cinco chicos estaban sentados en sus butacas escuchando su clase de salud, anotando lo que el profesor decía sobre las partes del corazón, cuando un alumno de otra clase interrumpió la exposición del profesor tocando la puerta.

El hombre subió la mirada un poco fastidiado por la interrupción, pero hizo que el alumno entrara al salón.

―Perdón por interrumpir su clase doctor, pero pidieron la presencia del alumno Park Jimin y el alumno Kim Namjoon a la oficina del director.

―¿Qué? ―musitó Jimin al escuchar al otro chico antes de que se fuera de la entrada.

Los susurros y los chismes no tardaron en escucharse entre los demás alumnos, ya que no era normal escuchar que necesitaban a dos ejemplares alumnos su presencia con el director.

"¿Habrás hecho trampa en el examen de matemáticas?" '¿Jimin le hizo una mamada a Namjoon en los baños y los cacharon?" "Seguramente no es nada malo." "Ojalá y sea para algo malo". Esos y más susurros se escucharon antes de que Jimin y Namjoon dejaran el salón.

Ambos estaban nerviosos, nunca antes habían ido a la oficina del director y eso los estaba matando. Estaban a punto de graduarse en menos de un mes, no habían hecho nada malo para negarles su santificado o su graduación.

―No hiciste nada malo ¿Verdad Jimin? ―cuestionó Namjoon mientras caminaban en el pasillo, unos metros antes de llegar a la puerta de su destino.

―Por supuesto que no. ―dijo ofendido ―¿Y tú? ―el otro negó.

No tenían ni la remota idea del motivo de su visita, pero eso solo lo iban a averiguar una vez que tocaran la puerta frente a ellos, con el director dentro de la oficina.

Jimin tocó la puerta y esperó una respuesta, cuando escuchó el "adelante" del hombre de unos cincuenta y tantos años, ambos pasaron temerosos.

―¡Oh chicos! ¡Adelante! ¡Pasen! ¡Tomen asiento! ―exclamó cálidamente el director, aún sintiéndose más confusos los dos amigos cuando se sentaron en las dos sillas frente al gran escritorio del mayor. ―Quiten esos rostros. No los voy a regañar.

Jimin y Namjoon se miraron fugazmente por la actitud del señor director, quien pareciera de esos señores que conducen el Marca y gana en las televisoras.

―Dos de los mejores veinte alumnos de su generación están frente mío. ¿Cómo se sienten? ¿Orgullosos?

―Ah... Sí. ―respondió el mayor de los dos con inseguridad.

―Me alegra saber eso, porque de verdad esta preparatoria valora mucho su esfuerzo y dedicación, teniendo los mejores promedios de su generación y del instituto. Y saben ustedes que todo su trabajo tiene una recompensa ¿No es así? ―ambos asintieron. ―Señor Kim y Park, ambos ya hicieron su examen de admisión a la universidad el fin de semana pasado ¿No es así?

Lights | ᴠᴍɪɴWhere stories live. Discover now