|| XVI ||

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La boda

Wheein solo pudo dormir un par de horas, después de estar llorando toda la noche y madrugada, hasta que su puerta fue abierta por su hermano quien entró para ayudar a su hermana.

― Wheein. Levántate.

― No quiero. ― masculló y se escondió de nuevo en las cobijas.

― Que te levantes. ―y su hermano buscó entre sus sábanas para sacarla de la cama, cargarla y sentarla en la silla frente a su tocador.― Wheein, escucha. Sé que este día no va a ser feliz para ti, pero por lo menos haz el intento de poder fingir que estás bien. Tu novio va a ir y con él, se te va a olvidar incluso de dónde estás porque lo quieres. ¿No es así?― la chica asintió, pero muy bien sabía que no lo quería de verdad, solo era un capricho.

La chica miró su rostro frente al espejo, encontrándose a una Wheein que ya estaba acostumbrada a ver, pero que poco a poco su rostro se demacraba más por culpa del llanto y la ansiedad.

No se podía reconocer.

― Pero mira como está tu rostro. ―dijo su hermano mientras acariciaba la mejilla de su hermana, limpiando la lágrima traicionera que se le escapó― ¿Sabes? Tú eres preciosa cuando sonríes y eres feliz, no con los ojos rojos, hinchados y con un rostro del asco. ―ambos rieron para quitar la incomodidad del ambiente― Tú no eras así. Yo sé que puedes superar esta etapa de tu vida e iniciar otra con alguien quien en verdad te quiera.

Aquellas palabras de su hermano, le hizo reflexionar un poco a Wheein. Sabía que tenía que olvidar a Youngbae, pero no sabía cómo hacerlo; o más bien, no quería y siempre fracasaba en su intento de superarlo. Pero tarde o temprano tenía que hacerlo. Ella misma se estaba lastimando.

― Bien.― dijo su hermano, interrumpiendo sus pensamientos― Entonces vamos a llamar a Krystal para que te pueda arreglar el rostro, el cabello, para que te veas más bonita de lo que estás.

La rubia río porque siempre lo hacía cuando su hermano se comportaba tan lindo, intentando comportarse como una amiga de secundaria.

De algo que estaba segura Wheein, es que su hermano nunca la juzgaría, que siempre iba a estar para ella, para ayudarla, aconsejarla, animarla y para amarla.

****


Taehyung le había avisado a su novia que iba llegar después de la ceremonia, porque se había retrasado comprando el regalo de bodas.

La verdad, es que no sabía si debía de llevar uno, pero de último momento se decidió de sí llevar un regalo y fue al centro comercial a comprar un portarretrato para el futuro matrimonio. Hasta ese entonces, Taehyung venía con buena actitud.

Cuando el pelicafé llegó a la entrada del jardín, llamó a Wheein para que fuera a buscarlo, pero no contestaba. Llamó de nuevo pero lo mandó directamente al buzón su llamada. Iba a intentarlo otra vez, cuando la voz de una mujer le habló.

―Disculpa, ¿A quién viene a ver?

Por supuesto que el chico se puso nervioso por la mirada inspeccionadora que le daba la mujer. ¿Pues a quién más iba a ver en esa fiesta? Claro que era a su novia y al reciente matrimonio, pero incluso en ese momento se le olvidó a qué iba a ese lugar.

―Amh... Yo...

― ¡Mamá! ―exclamó una voz que bien reconocía.

Su novia se acercó a su lado, sujetándolo por el brazo izquierdo, mirando aquella mujer que llamó "Mamá" unos segundos atrás.

Lights | ᴠᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora