El león y la serpiente

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El pueblo de Hogsmeade lucía apacible y vibrante esa noche de verano. Bill se apareció en la cima de una colina y miró las casas que se extendían a sus pies, los brujos riendo por las calles, los comerciantes en las puertas cerrando sus negocios, charlando sobre las últimas novedades. Las Tres Escobas era por lejos el local más ruidoso, uno de los pocos que quedaba abierto, faltaban dos horas para la medianoche.
Bill se acomodó la correa del bolso en el hombro y bajó en dirección al Cabeza de Cerdo, un lugar no tan agradable como Las Tres Escobas, pero también mucho menos concurrido .
Pasó por una esquina algo más oscura que el resto y una figura se unió a su caminar, siguiendo su ritmo tranquilo, a Bill le había tomado cinco segundos en la cima de la colina descubrir que lo estaba esperando ahí, así que no se inmutó ante su presencia.
-Llegas tarde.
-Cena familiar- se excusó Bill- Ron fue nombrado prefecto.
-¡Qué orgulloso debe estar su hermano mayor!
-La verdad es que sí.
-¿Y ése bolso?
-Ropa, ____ se queda en Hogwarts ésta noche.
-¿Tan rápido aceptó?
-No, Acho se accidentó y Hagrid lo está curando. No creen que sea bueno hacerlo aparecer, Buckbeak lo hirió.
-Mierda, ¿Pero está bien?
-Ya no sangraba cuando me fui.
-¿La dejaste sola?
-Brad y Stuart no pudieron quedarse, pero Edi sí- miró de reojo esperando una reacción, pero el nombre de Edison no despertó ninguna- están con Dumbledore y Hagrid, no les pasará nada.
-Ellos no están con Dumbledore- se rió abriendo las puertas del bar- él está allí, me pidió reunirnos esta noche.
El contraste de Dumbledore con el lugar era impresionable. La sabiduría, prolijidad y educación del profesor no combinaban con el Cabeza de Cerdo donde los olores de la bebida, el tabaco, la tierra e incluso un dejo de sangre se elevaban en el ambiente haciendo que Bill arrugase un poco la nariz al atravesar en umbral.
El director tenía sus arrugadas manos sobre la barra y hablaba animado con el dueño del local que unió sus cejas y señaló con la cabeza a Bill y su acompañante.
-Profesor- saludó Bill con incomodidad- no sabía que estaría aquí.
-Creo que también fue una sorpresa para mí enterarme del contacto entre ustedes. Les sugiero que subamos, arriba nadie podrá escucharnos y pienso que hay puntos importantes que tratar esta noche.
Lo siguieron subiendo los escalones bajo la atenta mirada de todos los que se encontraban en el local. Dumbledore los hizo pasar a un pequeño espacio donde una mesa con tres sillas y algunas bebidas estaban dispuestas para ellos.
Bill sabía que estaba en problemas, estaba cometiendo un delito desde que había aceptado encontrarse en ése lugar, incluso desde que recibió la llamada en su casa y decidió no decirle nada a nadie, sin embargo había sido un alumno de Hogwarts malcriado a la hora de pensar que los problemas se desvanecían ante la presencia del sabio director. Y en medio de esa noche problemática volvió a caer en ésa costumbre. Cualquier error que él hubiese cometido iba a ser reparado, cualquier problema en el que estuvieran envueltos iba a ser resuelto en un par de minutos.
-Puedo jurar que éste pan es el mejor que he probado en mi vida. Les ruego que me ayuden a confirmarlo.
-Gracias profesor, pero yo ya cené- dijo Bill con educación, Dumbledore le dirigió una mirada aprobadora antes de pasar sus ojos por el otro muchacho.
Jace se limitó a negar con la cabeza.
-Hace algunos años recuerdo habernos encontrado en una situación parecida. Claro que en ése entonces ustedes no tenían edad de beber whisky de fuego. ¿Lo recuerdan?- Jace y Bill compartieron una pequeña sonrisa de complicidad, nunca olvidarían la visita a la oficina del director cuando en su tercer año decidieron robar de la despensa de Snape una poción que incrementaba la inteligencia y venderla a los alumnos que rendían los TIMOS, estuvieron castigados todo lo que restaba del año y Bill recibió un tormentoso vociferador- pero crecieron bien, quizás tomaron algunas malas decisiones en el trayecto, pero se transformaron en buenas personas.
-Disculpe Dumbledore, pero no estoy aquí para recordar momentos de mi adolescencia- dijo Jace con aspereza antes de llevarse una botella de cerveza a la boca.
-Ruego me disculpes, la vejez aflora la nostalgia con facilidad- sonrió el anciano- sin embargo déjame decirte que estoy orgulloso de tu accionar, conozco el peligro en el que te encuentras envuelto y es un acto valeroso que hayas elegido nuestro bando.
-Yo no he elegido ningún bando.
-Sin embargo estas aquí, ésta noche, con nosotros. Y por tu propia voluntad. Si éso no es elegir un bando ¿Entonces qué es?
-Extraño mucho a Bill, es éso- contestó el rubio con sorna.
Dumbledore lo miró con lástima y él bajó la cabeza a medida que un color rojo subía por su rostro.
-Solemos extrañar a los viejos amigos cuando nos encontramos en apuro. Espero que las decisiones que tomemos ahora sirvan para hacerte dormir mejor.
-¿Cuáles decisiones?- preguntó Bill pensando por primera vez que la presencia del anciano quizás no resultaba tan tranquilizadora.
-Las decisiones sobre ____- Bill y Jace se miraron, ésta vez las sonrisas estuvieron ausentes.
Bill se había reunido con Jace dos veces desde que había sido declarado como fugitivo.
La primera había sido en el desierto, poco tiempo después de que ____ los dejara. Jace ya era un prófugo y las primeras ruinas de su persona se empezaban a hacer visibles. Su piel lastimada por el sol y su casi deshidratación habían impresionado a Bill, aunque no lo suficiente para calmar la broca que sintió cuando lo vio, él había sido el que entregó a ____, provocando que Lena casi la matara. Bill no era una persona violenta y no le gustaba dañar a los demás. Se iba a arrepentir toda su vida si lo mataba, pero esa fría noche en el desierto se encontraba cegado por el odio, mientras tanto Jace no se defendía y parecía recibir un poco gustoso los golpes, éso había hecho que Bill finalmente se detuviera.
Jace le explicó por qué había actuado de esa manera, no trataba excusarse pero tampoco le importaba el perdón de Bill. Sólo le estaba contando el peligro que ____ corría, algo que Bill ya sabía porque ella se lo había aclarado en la nota de despedida. Esa noche le dijo que se iba a mantener en contacto, que en el mundo de los magos el nombre de ____ también comenzaba a hacerse conocido, sobre todo en las bajas esferas que él recorría y le advirtió que hiciera lo posible por hacerla volver. Jace creía que en América corría un mayor peligro, Bill no pensaba que ella estuviera en América, y no tenía manera de contactarla.
Pasaron los meses sin que Bill recibiera más noticias sobre él, hasta que ____ volvió.
Cuando Bill llegó a su casa percibió de inmediato que algo estaba mal, le bastó un soplo de aire proveniente de la ventana entreabierta para confirmarlo, alguien había estado ahí. No sólo por el vago perfume que se sentía en el ambiente, ni por la ventana que él estaba seguro que había dejado completamente cerrada. Era algo más, tenía la certeza de que sus cosas habían sido revisadas, aunque no sabía explicarlo. Tardó dos días en descubrir qué era lo que le faltaba, y dos segundos en saber quién se lo había llevado. Jace, la noche en que ____ y Bill volvían a encontrarse después de tantos meses, había entrado a robar el encendedor que ella le había dejado a Bill cuando partió de Egipto.
La tercera vez que se vieron al menos Jace había llamado por teléfono para avisarle que iría. Aunque no había respondido al llamado de Voldemort, Jace tenía ciertos contactos, y de alguna manera se había enterado que una fuga en masa de Azkaban se iba a producir en los siguientes días. Jace no había pronunciado en toda la noche el nombre de ____ pero en un punto preguntó por Edison y lo encontró con la guardia baja, Bill pensó que había hablado de más, una forma de acercarse a ella era a través de cualquiera de ellos. Pero el daño ya estaba hecho y por más que se enojó y quiso hacerle prometer que no se acercaría a sus amigos, no guardaba muchas esperanzas.
Bill aún había estado decidiendo si decirle o no al director sobre éso, contarlo era revelar que estaba en contacto con un mortífago, pero ocultarlo podía tener graves consecuencias.
La presencia de Dumbledore ésa noche lo liberó de la necesidad de hacer una elección.

Lo que empieza en Egipto (Bill Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora