Refugio

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El traslado de Bill a Londres no fue tan difícil, Stuart, Parker y Edison de alguna forma lo esperaban, la razón de la que la mayoría de los trabajadores fueran jóvenes en Egipto era que uno se cansaba de viajar y exponerse de forma constante, y con Stu pasando los treinta y Edi y Parker por seguirlo muy pronto decidieron tomarse un tiempo de los peligros que representaba el desierto.
Bill consiguió empleo en las oficinas, Parker y Edi en el Ministerio y Stu decidió viajar un tiempo hasta encontrar su verdadero camino. Al menos tenía con quien recorrerlo, Brad y él habían formalizado su relación, algo que sorprendió por completo a todos.
El trabajo con la orden del Fénix era agotador, Bill ya había reclutado a sus compañeros, pensaba que incluso Henry no iba a negarse a formar parte pero ellos no asistían a las reuniones de forma permanente como él por lo que Bill se juntaba cada cierto tiempo a pasarle las noticias que sabía.
Había alquilado un piso cerca de la mansión Black, estaba cerca del Banco, cerca del cuartel general y cerca de la madriguera. Sus padres se estaban quedando en la casa de Sirius que era tan grande que incluso con siete personas más instaladas de forma permanente (Hermione también estaba pasando las vacaciones con ellos) aún quedaban varias habitaciones libres, pero Bill sabía percibir cuando no era bienvenido y aunque el primer encuentro con el animago podía definirse como bueno se alcanzaba a percibir que entre ellos las cosas no estaban completamente perfectas.

-Sirius, espero que tu contacto llegue pronto- Dumbledore habló no sólo con esperanza, la advertencia estaba disfrazada en su voz y Sirius lo miró molesto- sabes que es necesario.
-No, Albus- Bill supo que trataba controlar su temperamento, lamentablemente Sirius estaba fracasando por mucho- no sé si es necesario, yo ya expliqué lo que pensaba al respecto.
-Entiendo tus miedos, pero entiende mi urgencia por favor. Sabe cosas que nos serían muy útiles, y que ninguno aquí conoce.
-Se va a negar, cuando sepa para qué está aquí querrá irse.
-Creo que subestimas su amor.
-De quién hablan?- interrumpió Bill finalmente.
La conversación entre ambos se repetía con frecuencia y el resto no sabían a qué se referían, todos tenían curiosidad pero no lo habían expresado en voz alta, Bill lo había hecho, no porque le importara demasiado sino porque notó que con la respuesta de Dumbledore, Sirius había perdido la paciencia.
-De nadie, niño- volvió su atención a Dumbledore- realmente no me he podido comunicar.
-Has hecho tu mayor esfuerzo?- la mandíbula de Sirius se encajó con enojo pero al responder una sonrisa, ésta vez fría, iluminó sus ojos.
-Hace tiempo que dejé de ser tu alumno Dumbledore, no necesito que controles mi tarea.
-Sirius!- espetó la madre de Bill escandalizada.
-Molly!- le contestó Sirius con sus ojos burlones- permiso, iré a alimentar a Buckbeak.
-Bill, tal vez puedas...
-No- Sirius declaró tajantemente- te respeto mucho Dumbledore pero de ésto me encargo yo.

-Hablaba de _____, cierto?- Bill había seguido a Sirius afuera- tú no quieres llamarla, no quieres decirle que venga pero Dumbledore te lo está pidiendo.
-Esa frase demuestra lo poco que conoces a ____, ella no hace cosas porque se lo ordenen, no vendrá porque se lo diga él.
-Pero es Dumbledore, él sabe lo que haremos.
-Para ____, Dumbledore no es nadie.
-Si yo se lo pido volverá.
-Bill- Sirius levantó su mano armándose de paciencia- no sigas hablando y no te metas, yo veré qué le digo.
-Creo que olvidas que yo no soy como ella, a mí tampoco puedes ordenarme a hacer nada- Sirius lo miró comprendiendo que Bill decía la verdad, no tenía poder sobre él, de hecho la diferencia de edad entre ambos era menor, no mucho, pero lo suficiente para que el pelirrojo no se dejara doblegar- voy a convencerla de que venga.
-Buena suerte intentándolo- siguió su camino pero luego de dos escalones se detuvo y lo miró- niño.

****

Hacía dos días que ____ había cenado con Nicholas. Luego de que cayera desmayado lo llevó al restaurante apareciéndose y le modificó la memoria para que pensara que había pasado la noche ahí. Le había dejado una nota a Isabella donde explicaba que tenía una urgencia familiar y que lamentaba renunciar así y finalmente había decidido regresar a Londres. Necesitaba protección, o al menos un consejo y definitivamente sólo le quedaba Sirius.

Lo que empieza en Egipto (Bill Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora