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El azabache suspiró pasando sus manos por su cara frustrado, volvió a mirar al más bajo, quien, sentado frente a él, jugaba nervioso con el cordel de su poleron, mirándolo de reojo, una vez sus miradas se cruzaron, el rubio le sonrió, en lo posible para que se calmara. En cambio, este desvió la mirada molesto.

-Por tercera vez, ¿me explicarás? - masculló entre dientes.

Volvió a mantenerse callado, bajando la mirada, siguió tirando y enrollando su dedo en el cordel de su poleron.

-Basta- le cogió de las manos deteniéndolo, comenzaba a hartarse- háblame- pidió llevándose ambas manos a sus labios depositándole pequeños besos.

Curvó sus labios ligeramente hacia abajo, con sus ojos a borde de lágrimas, se acercó todo lo posible al mayor, arrastrándose en el sillón se colocó sentado sobre sus piernas escondiendo su rostro en su cuello.

- ¿Qué quieres que te diga? - susurró casi inaudible.

-Quiero que me expliques todo, saber ¿por qué estabas ahí? ¿Por qué tu madre hizo eso? todo por favor, quiero ayudarte- murmuró acariciándole la espalda.

- ¿Todo? - repitió inseguro, alzando la mirada, el azabache asintió- todo- volvió a repetir susurrando, cerró los ojos acomodándose mejor y suspiró- no es la primera vez que me encierra- negó con la cabeza.

- ¿Qué no? ¿Cuantas más? - preguntó molestándose enseguida

-Te mentía- murmuró llevándose una mano a los ojos- Lo siento tanto- sollozó- siempre estuve ahí, todas estas veces.

-Todas las veces- susurró pensando- las veces que desaparecías por días, dos veces me dijiste que estabas donde tu abuela- mencionó recordando- ¿estabas ahí realmente?

-Ya te lo dije, siempre estuve ahí- se encogió de hombros, hundiendo su rostro mojado en su cuello- ni siquiera tengo abuela- trató de reír, soltó un sollozo.

-Debiste haberme dicho- se quejó chasqueando la lengua- ¿te golpeaba?

Se quedó en silencio unos segundos dudando si responder aquello, finalmente asintió.

- ¡¿Es que esa mujer está loca?!- gritó alterado.

-Pe-pero- susurró con su voz entrecortada- era porque me lo merecía- trató de explicar.

- ¿Estas tratando de excusarla? - preguntó molesto, separando de su cuerpo al más bajo, empujándolo por los hombros.

-Es mi mamá- sollozó llevando ambas manos a sus ojos quitando las lágrimas que no dejaban de caer.

-No merece el título de madre- se cruzó de brazos serio.

-Tal vez si la ayudara- murmuró sin dejar de llorar- todos cometen errores- siguió hablando.

El más alto se colocó de pie molesto, revolviendo su cabello frustrado, sin despegar su vista del menor.

- ¡¿Es que estas idiota?!- Se atrevió a gritarle furioso- ¡¿Podrías dejar ese papelito de niño bueno de una vez?! Me estás diciendo que tu madre te golpeaba y encerraba, ¡Y tú me hablas que tal vez la podrías ayudar, que todos cometemos errores! Esa mujer no merece nada de ti- recalcó, el rubio bajó la cabeza cohibido- Debes ponerte firme de una vez o todos te pasaran a llevar.

-Perdón- se disculpó apenado.

-A esto me refiero- masculló cerrando los ojos unos instantes- ¡No te disculpes por todo! No has hecho nada malo, entiende eso por favor.

-Pero te hice enfadar, por eso lo siento- sollozó, el pelinegro suspiró y acercó su mano queriendo acariciarle la mejilla, enseguida notó como este cerraba los ojos tensando un lado de la cara, pronto se recompuso tratando de fingir que no ocurrió nada.

No more smiles / yoonmin ADजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें